La violencia en los liceos, hablan padres, estudiantes, docentes y jerarcas
Si bien es cierto que siempre hubo peleas entre estudiantes y también que siempre hubo “coros” de azuzadores de uno y otro contrincante que incitaban a éstos a pelear, hoy día la violencia es mayor y probablemente las peleas más frecuentes. Otro elemento nuevo son las peleas entre chicas que se dan cada vez con mayor frecuencia. Uno de los elementos nuevos, de innegable incidencia son las redes sociales, en que los jóvenes vuelcan sus opiniones, comentarios y a menudo sus desafíos que están en el origen de estos hechos. La tecnología tiene también su incidencia dado que hoy casi infaltablemente alguien filma las peleas y luego las vuelca a las redes sociales, lo que a su vez promueve nuevos incidentes.
Estos hechos son muestra de una sociedad enferma de violencia que promueve ésta, dado que desde niños palpamos la violencia, aún cuando no se llegue al golpe, pero sí al insulto o el destrato. La adolescencia, cuando normalmente el chico está en el liceo u otro centro de estudios contribuye a que esta violencia haga eclosión y se registran los incidentes.
Las notas que integran este informe procuran poner de manifiesto una realidad cruel a la que aún no se encuentra salida y en la que todos los sectores de la comunidad deben involucrarse si se pretende erradicarla o dominarla al menos.
Se generan en redes sociales o en el barrio
Chiquilinas de ciclo básico son principales protagonistas de peleas
La sucesión de episodios de violencia física que involucra a jóvenes liceales y en los últimos días ha tomado estado público generando alarma en la población, no constituyen para los docentes “hechos nuevos” o situaciones que se hayan comenzado a dar con mayor frecuencia ahora que antes.
“Esta situación se reitera, y no es solo del 2015, viene dándose desde hace rato, lo que pasa es que últimamente se ha hecho más público”, enfatizó el docente Marcelo Suárez, quien además es el presidente de la filial Salto de FENAPES (Federación Nacional de Profesores de Educación Secundaria) e integrante del Comité Ejecutivo.
En este sentido, indicó que es una situación que preocupa y se discute en el ámbito docente, analizando posibles soluciones; pero indicó que la mayoría de las veces los problemas son trasladados desde los barrios, las familias o las redes sociales y al ser el liceo el lugar de encuentro común, detonan allí.
PELEAS ENTRE CHICAS DE CICLO BÁSICO
Respecto a los problemas de índole violento, que derivan en golpes de puño, patadas, cinchones de pelo y revolcones en el piso para tratar de amedrentar al otro, es una situación que “se da más en las chiquilinas” y sobre todo en las que concurren a ciclo básico (primero a tercero del liceo). Se trata de la franja etaria que va de los 12 a 15 años y se transforma en la más crítica y que hay que vigilar para evitar posibles peleas, según comentó el docente.
Esto no quiere decir que no se den episodios violentos entre varones, o en otros turnos, aclaró el profesor, sin embargo, su experiencia docente y sobre todo en la adscripción desde el 2010 a la fecha, le ha permitido notar que las chicas suelen ser las más conflictivas y que intervienen en este tipo de episodios.
SOLO 3 LICEOS CUENTAN CON EQUIPOS MULTIDISCIPLINARIOS
Suárez, indicó también que hay profesores de espacio curricular abierto que tratan la temática de la violencia en sus clases, pero enfatizó en que “éste, no es un problema que se pueda solucionar con tallersitos”.
Asimismo, no todos los liceos cuentan con un equipo interdisciplinario munido de asistentes sociales y psicólogos por un tema presupuestal. En Salto, únicamente cuentan con este apoyo los liceos Nº2, Nº7 y el de Lavalleja, mientras los liceos Nº 3, 4, 5 y 6 carecen del trabajo de estos técnicos y especialistas.
PROCEDIMIENTO ANTE UNA PELEA
Según indicó el docente del Liceo Nº7 de Barrio Artigas, en dicho centro educativo concurren alrededor de 560 alumnos y hay un claro protocolo de cómo proceder ante una pelea estudiantil.
“En nuestro caso se comunica a la Dirección, quien da paso a la intervención del equipo multidisciplinario (asistentes sociales y psicólogos), se cita a la familia y se averigua por qué se está dando esa situación de violencia entre los chiquilines”, comentó Suárez.
Además se trabaja en conjunto con Policía Comunitaria y ésta es una de las herramientas que ha permitido evitar muchas peleas entre adolescentes a la salida del liceo.
“El liceo 7 ha estado estigmatizado durante mucho tiempo, pero es un liceo que tiene un cuerpo docente estable y ha podido controlar este tipo de episodios que terminan en violencia”, comentó.
Si bien Suárez afirmó nunca haber sido testigo directo de una pelea estudiantil, indicó que sí ha podido evitar varias de ellas a través de la disuasión de los adolescentes tratando de calmarlos y el apoyo de Policía Comunitaria.
“Si desde los juegos y las películas son violentas, es imposible que eso no se traslade a la vida cotidiana.
La sociedad está enferma y el liceo puede contener pero no evitar ni solucionar todos los problemas”, concluyó el docente.
“La tarea educativa es la principal vía para evitar los hechos de violencia”
Diego Fernández – Inspector de Institutos y Liceos que comprende las ciudades de Artigas y Salto vuelca sus reflexiones ante esta realidad compleja como son los hechos de violencia que se dan en las instituciones educativas.
De acuerdo a su mirada, la violencia es un hecho que se percibe desde todos los ámbitos y desde los medios; inclusive se advierte un cambio cualitativo ya que antes las situaciones de violencia se daban más entre varones y hoy es más frecuente entre chicas.
Lo cierto es que con los adelantos tecnológicos la difusión es mucho mayor… muchas veces estas peleas entre chicos o chicas es grabada a través de los celulares; ello se sube a las redes sociales y allí se torna viral.
“El tema tiene varias aristas; la primera cuestión que consideramos es la familia, que tiene responsabilidad en cuanto a evitar la violencia o sortear dichos incidentes.
Son quienes tienen que definir qué actitud toma su hijo ante la molestia, el enojo o un enfrentamiento con alguien, ya que la primera escuela es el hogar.
Si a un hijo que concurre al Jardín le decimos que si le pegan tiene que pegar, estamos promoviendo una instancia de violencia” – indicó.
Cada centro educativo elabora sus propias políticas de convivencia; si bien se orienta desde el organismo central, se respetan las decisiones de cada institución a promover actitudes saludables entre los docentes, las jerarquías y los alumnos.
Si se entiende que un hecho merece una intervención, se la hace; por otra parte existe un estatuto del estudiante donde se fijan no solamente los derechos sino también las obligaciones.
Otra realidad que sigue en tela de preocupación es el bullying, el acoso a determinados estudiantes; es otra de las facetas del comportamiento violento.
PROMOVIENDO UNA POLÍTICA DE DERECHOS HUMANOS
Para intentar erradicar este tipo de situaciones se hacen talleres, promoviendo una política de derechos humanos dentro de la institución educativa; se trabaja también en temas tales como la violencia doméstica, también la igualdad y diversidad de género.
El jerarca sostiene que en todas las instituciones educativas se trata el tema, ya que ninguna escapa a que se susciten determinados hechos de violencia.
Las causas por las que se generan episodios de enfrentamiento en la mayoría de los casos no tienen asidero; muchas veces son problemas de los barrios, problemas que ocurren en los bailes o de barras que por desquitarse de algo que pasó afuera vienen a buscar a los alumnos a la puerta del liceo.
Lo que se le pide desde la institución a los estudiantes es que si saben que algo va a ocurrir, avisen con anterioridad a los referentes del centro educativo, de esa forma se podrían evitar muchos incidentes.
“LA MAYORÍA DE LOS HECHOS VIOLENTOS SE PRODUCEN FUERA DE LA INSTITUCIÓN”
Fernández hizo hincapié en que la mayoría de los actos violentos entre jóvenes se producen fuera de la institución.
“El centro educativo es el espacio de encuentro de los adolescentes y con frecuencia éstos no saben manejar sus impulsos. Entonces la forma de expresarse es la agresión; por tal motivo es que siempre se están desarrollando actividades, talleres y jornadas dedicadas al tema en pro de una convivencia saludable, a partir de todas las disciplinas. Pero también es necesario que se sumen las políticas de Estado. “Es un trabajo largo que no es sencillo. Pensamos que la Educación es el único camino para la resolución de estos problemas, más allá que sabemos que existen sanciones para los que cometen actos de violencia”.
Padres se muestran preocupados por el riesgo que corren sus hijos
Algunos padres muestran preocupación por el incremento de peleas cada vez más violentas entre estudiantes a la entrada o salida de los liceos. Algunos toman la decisión de llevar y traer a sus hijos al liceo y otros por motivos laborales les es difícil trasladarlos o porque no tienen vehículo y a sus hijos les parece “un quemo” que los lleven hasta la puerta, pero todos muestran preocupación por el tema.
SARA, 32 AÑOS, SU HIJA CONCURRE AL LICEO Nº 2
“Yo tengo miedo por mi hija que tiene 15 años, porque pienso que ninguno está excento a que esté involucrado en una pelea, porque se dan casi sin motivos. Ellos lo ven como algo divertido cuando ven una pelea y se matan de la risa y ninguno se mete para separar. Se pueden lastimar feo, pero yo creo que a ellos no les interesa si matan a otro o no, yo creo que se pegan a matar, en cualquier parte del cuerpo, en la espalda y la cabeza y le pegan con lo que venga. El liceo no tiene la culpa, creo que dan charlas y talleres pero esto es algo que viene de la casa, además si se pelean afuera del liceo no los pueden sancionar ni nada.
De todas maneras por más que yo le diga a mi hija que no pelee, si a ella le pegan se va a defender, también creo que no hay una solución porque hasta que no pase algo grave no van a parar. Es como una moda. Creo que las peleas se dan más entre gurises de ciclo básico, incluso a veces chicos que uno no piensa que fueran a pelearse terminan siendo protagonistas de peleas, el otro día por ejemplo un chico que es muy inteligente y pasa con muy buenas notas y es muy tranquilo se agarró con otro chico a la salida porque estaba cansado de que le dijeran cosas.
También sé que siempre que hay lío en fiestas de 15 o en algún baile después la siguen el lunes en el liceo. Eso es lo que me cuenta mi hija, incluso me ha mostrado algunos videos de peleas entre gurisas y gurises que se pasan con los compañeros. En el liceo al que mi hija va creo que hay un control porque cuando mi hija se hace la “peladita” la adscripta me llama y me avisa, pero yo nunca voy al liceo a las reuniones de padres, así que no sé si se denuncia esto a la dirección”.
ENRIQUE, 45 AÑOS, SUS HIJOS CONCURREN AL LICEO Nº 1
“Por supuesto que me preocupa, porque tengo 2 hijos que van al liceo y van y vienen solos. Yo no los puedo llevar y traer a todos lados, yo trabajo y ellos se van en el ómnibus. Sé de las peleas porque leí en los diarios y algo me comentaron mis hijos, pero creo que toda la vida hubo peleas entre gurises, por ahí ahora son más violentas, porque la sociedad está más violenta.
Si no fijate lo que pasó en la cancha de Boca el otro día en Argentina, es una barbaridad, y acá no estamos tan lejos. Son cosas que pasan, ya ni podés ir al fútbol tranquilo, mucho menos en el liceo donde van gurises de todos lados, porque en el liceo de mis gurises sé que vienen de varios barrios de la ciudad”.
Director Jorge Buslón: “Me preocupa la pérdida de identidad que están teniendo las instituciones educativas”
El Profesor Jorge Buslón – Director del Liceo No. 3 sostiene que la violencia que se da en las instituciones educativas es un tema “que reviste gran complejidad, es muy amplio y lamentablemente no se ha encontrado aún la solución”.
Entiende que hay temas que se socializan, toman estado público y luego se tratan de soslayar.
Luego la gente se insensibiliza ante la realidad y ante la menor situación, se ataca a los lugares donde se manifiestan las situaciones violentas.
El docente asevera que el 90% de los conflictos se generan a través de las redes sociales y el 80% son protagonizados por chicas”.
Los liceos son centros educativos y mal se puede decir en términos genéricos que son lugares que incitan a la violencia.
No obstante en las instituciones hay problemas internos que dan lugar a una violencia simbólica en lo académico.
Vale aclarar que esta realidad tiene que ver con la propia génesis de la institución; desde el punto de vista académico muchas veces se es poco tolerante con un alumno o la educación no está adecuada al contexto.
Buslón pone de manifiesto su preocupación por la pérdida de identidad que están experimentando las instituciones educativas y el fondo de la cuestión se inicia en el núcleo familiar.
“LOS CENTROS EDUCATIVOS SON LOS QUE SUFREN LA VIOLENCIA”
Se habla de que los padres están preocupados por la educación de sus hijos y ello no es siempre así.
Y ello se traduce en la falta de asistencia de los padres a las reuniones.
La educación primeramente se da en la familia, luego está la influencia del entorno; entonces se entran a confrontar las reglas institucionales y los hábitos.
Algunos padres responsabilizan a las instituciones de que sus hijos no estudien.
Los conflictos que se generan en las redes terminan manifestándose en el liceo, ya que es un lugar de encuentro.
Dentro de la institución se buscan fortalecer las políticas que hacen a la buena convivencia, trabajándose la temática con todo el cuerpo docente.
La mayor responsabilidad de la conducta violenta de los adolescentes la tienen sus padres, ya que muchos hacen caso omiso de la institución.
El docente desde su experiencia afirma que es un tema que amerita una solución compleja y que las instituciones educativas no pueden afrontar esa realidad, sin la colaboración ni el involucramiento de otras fuerzas.
“La sociedad está violenta en su conjunto… ya que se ve en todos los ámbitos, como por ejemplo en el deportivo.
Se está experimentando una etapa de quiebre dentro de los paradigmas sociales”.
En definitiva, si no existe el respeto hacia las reglas, se pierde el sentido de la convivencia y para lograr la armonía hay que buscar un trabajo conjunto. La educación no puede hacer frente a esta realidad sola.
EL LICEO Nº 2 CUENTA CON EQUIPO MULTIDISCIPLINARIO, PSICÓLOGOS Y ASISTENTES SOCIALES
La Subdirectora del Liceo Nº 2 Dr. Antonio M. Grompone (Piloto), indicó que los conflictos entre estudiantes “exiten y son reflejo de la sociedad”, y se dan en todas las edades tanto en chicas como varones. Dijo además que la familia es el sostén de los chiquilines y en muchos casos los denominados alumnos problemáticos carecen de la contención familiar necesaria cuando se llama a los padres por algún problema con sus hijos, aunque prefirió no generalizar, porque aseguró que hay todo tipo de casos.
Reconoció que uno de los principales canales del conflicto entre los estudiantes se origina en las redes sociales, algo que está por completo fuera del control de la institución. Respecto a la gravedad con que se producen estos hechos de violencia aseguró que la violencia generalmente se da fuera de la institución educativa y los adolescentes llegan a lastimarse. Los que ven el conflicto, lejos de separar alientan aún más y no dimensionan la gravedad de los hechos, comentó la subdirectora.
LAS SANCIONES PUEDEN LLEGAR A LA SUSPENSIÓN
Cuando se da un episodio de pelea entre estudiantes dentro del local liceal, se producen sanciones para los intervinientes que pueden ir desde solicitarles que realicen alguna tarea dentro del liceo como ordenar un salón hasta la suspensión de varios días de clase, aunque esta última medida es algo que tratan de evitar y la toman en última instancia, porque lo que se pretende es no desvincular al adolescente del centro educativo. Siempre se comunica a los padres, aunque en algunos casos los familiares buscan justificar la conducta violenta de su hijo indicando los motivos que lo llevaron a reaccionar así, sin tener en cuenta que cualquier conducta violenta no es aceptada en el liceo.
Cuando se produce una pelea entre estudiantes fuera del liceo, la institución interviene si son alumnos de dicho centro de estudios y trata de involucrarse en la situacón paraque ese problema no se traslade y se repita dentro del liceo, la medida que suelen tomar en estos casos es hablar con los padres y aconsejarles que realicen la denuncia policial correspondiente. Porque la familia tiene que estar al tanto de lo ocurrido y sobre todo los chicos tienen que saber cuáles son las consecuencias de sus actos y tomar conciencia de eso.
Este liceo cuenta con poco más de 1.200 alumnos y abarca una amplia zona del cerro y los barrios del norte de la ciudad, cuentan con el apoyo de un equipo multidisciplinario compuesto por asistente social y psicólogo, además del apoyo de Policía Comunitaria.
“Estamos elaborando charlas en prevención de conductas”, subrayó el jefe de dicha unidad policial
Plan de Policía Comunitaria apunta al relacionamiento con los centros educativos para evitar los hechos de violencia
La Policía Comunitaria de Salto se encuentra en un proceso de transición, con el objetivo de modificar la estructura interna, a partir de la cual sus operadores apuntarán a la exclusiva tarea comunitaria y no a realizar otras funciones, como ocurre actualmente.
El primer paso del “plan piloto” que impulsa el nuevo comando de la Jefatura de Policía tiene el fin de fortalecer el trabajo que realizan los policías comunitarios en los centros educativos, apuntando a prevenir los actos de violencia.
“Con el nuevo comando se apunta a que los operadores comunitarios se dediquen específicamente a esa función, porque en los últimos años no venían cumpliendo sus funciones específicas por diferentes razones administrativas y de recursos humanos. Pero en estos días van a empezar a invertir sus ocho horas diarias en su tarea de operador comunitario y su relación con los centros educativos va a ser el primer paso a cumplir”, subrayó el jefe de Policía Comunitaria, el comisario Francisco Álvez, a EL PUEBLO.
En la planta urbana del departamento hay 10 policías comunitarios, cinco de los cuales van a comenzar a trabajar en la nueva Unidad de Policía Comunitaria que está a punto de ver la luz, al tiempo que los otros cinco seguirán trabajando en las comisarías de la ciudad.
“ES IMPOSIBLE CUBRIR TODAS LAS SALIDAS Y ENTRADAS”
“Estamos en un proceso de transformación y transición, porque se están designando operadores comunitarios por sus perfiles. Más allá de eso, se están previendo situaciones con presencia policial en los centros educativos. No es suficiente, porque es imposible cubrir todas las entradas y salidas de los centros educativos con policías. Cubrimos los lugares donde se reiteran las situaciones de violencia, los centros que tienen más problemas en cuanto a ese tipo de expresiones. Tampoco todos los centros educativos pueden costear económicamente el servicio 222 de la Policía”, acotó.
Álvez añadió que “se está haciendo un área de georeferencia, estudiando cuáles son los centros educativos más sensibles en cuanto a las expresiones de violencia, con la ilusión de que con el correr del tiempo podamos cubrir la mayoría de las salidas y entradas de los centros que requieran la presencia policial”.
Para el jefe de la Policía Comunitaria, la denominada “violencia en el centro educativo” a veces “son meras diferencias entre dos grupos o dos estudiantes” y “estas expresiones de violencia son propias de la juventud, de la edad temprana de estudiantes que a la salida de los centros aprovechan para marcar sus diferencias”.
EL CONTACTO CON EL CENTRO EDUCATIVO
Álvez explicó que los policías comunitarios son llamados a actuar cuando existen hechos de violencia en el exterior de los liceos, principalmente, aunque también destacó la necesidad de apelar a la prevención… “Cada centro educativo, tanto en Primaria como en Secundaria, tiene su protocolo de actuación cuando el problema ocurre en el interior del centro. Cuando ocurre en el exterior, intervenimos nosotros. Sin perjuicio de ello, estamos en contacto con el centro educativo y estamos elaborando proyectos para evitar estas reacciones de violencia que son puntuales, no encadenadas, y hacen un poco a la edad de los estudiantes”.
Dentro del programa de la Policía Comunitaria de Salto “están previstas visitas al centro educativo, charlas con menores y adolescentes y también la posibilidad de incluir a los propios padres en las mismas. Pero los padres reaccionan como padres, y no están de acuerdo en que sus hijos sean observados por su conducta. La primera reacción natural es ir a protestar y pedirle explicaciones al propio educador. Hay proyectos que se están elaborando a efectos de prevenir todo este tipo de situaciones”, arguyó Álvez.
Para el comisario, el bullying “incide mucho en este tipo de conductas”, por lo que “estamos elaborando charlas en prevención de conductas, de valores, de derechos y obligaciones. Todo se conjuga y a veces se expresa en ese tema de violencia, que son agresiones entre dos estudiantes”.
En 2014, Policía Comunitaria elaboró un proyecto denominado Llamada Temprana, donde se apunta a que el centro educativo alerte a las autoridades policiales sobre la posible ocurrencia de hechos de violencia. “A veces el centro educativo tiene la información de que habrá una agresión entre dos alumnos y en este caso es necesario que haya un llamado temprano al 911 o a la seccional correspondiente, para que exista la presencia policial en la puerta del centro educativo y se evite esa expresión de violencia”.
Álvez cree que también es decisivo “el trabajo interno del centro educativo”, porque “no es suficiente con la presencia policial”. “Debemos apuntar a realizar talleres y charlas con los alumnos y si es posible también con los padres, algo que es lo más difícil. Porque no es común que estén con sus hijos en una charla franca con las autoridades, como puede ser la Policía. Pero apuntamos a eso, no sólo a la prevención con la presencia policial. Las charlas de valores, de principios, obligaciones, de derechos, de violencia y de bullying. A eso apuntamos en un futuro cercano.
Álvez concluyó que el problema en cuestión “no es exclusivo de Salto, dado que se da en otros lugares del país. Y a veces hay como un contagio de un departamento a otro”.
Brutales agresiones a la salida de los liceos
Estudiantes cuentan cómo se producen las peleas y que todo queda en nada, algunos sienten miedo cuando van a clases
Para los jóvenes es algo casi normal y hasta divertido ver cuando hay una pelea entre estudiantes. Tanto es así que en uno de los videos a los que pudo acceder EL PUEBLO mientras un estudiante filma con su celular una pelea entre dos jóvenes que lejos de ser apartados son alentados a pelear en la vía pública, otra le pide “¿Después me pasás ese video?”.
Y en otra pelea entre estudiantes ocurrido al frente de otro liceo también nadie intenta apartar a los adolescentes sino que se ríen y alientan a seguir peleando.
En esta nota recabamos la opinión de los protagonistas, estudiantes adolescentes que participaron en algunas peleas y otros que sin haber visto directamente alguna pelea opinan sobre algo que les llega y está muy próximo.
FABIANA, 17 AÑOS, LICEO Nº 1
Fabiana (nombre apócrifo) tiene 17 años y está cursando el último año de secundaria en el liceo Nº 1 IPOLL. El pasado lunes 20 de abril fue brutalmente agredida por tres jóvenes cuando se disponía a ingresar a dicho centro educativo.
De acuerdo a lo relatado a EL PUEBLO por Fabiana, eran aproximadamente las 13:30 horas cuando dos jóvenes (una menor y otra mayor de edad) acompañadas de un joven también mayor de edad concurrieron al frente del Liceo Nº 1 para pegarle a una chica y a su novio con los cuales ya habían tenido una pelea el sábado anterior en un boliche. Como esta chica entraba más tarde y la vieron a Fabiana, fue a ella a quien una de las jóvenes que antes había sido novia de un amigo y entonces le tenía celos le dio un puñetazo y tomó de los pelos. Fabiana se defendió, la tiró al piso a la otra joven y entonces intervinieron los amigos de la agresora, supuestamente a separar, pero el joven -según afirmó- le daba puñetazos en la cabeza y en el cuerpo y luego la otra también la tomó de los pelos.
Un amigo de Fabiana las separó y la llevó a la casa de una amiga cerca del liceo. En el trayecto llamaron a la madre de Fabiana quien le ordenó que volviera al liceo y desde allí luego de hablar con las adscriptas fue trasladada al hospital ya que tenía abundante sangrado en la cabeza por un corte que, según un testigo habría sido provocado por el joven que andaba con algún objeto en la mano aunque no pudieron especificar qué era.
En el hospital fue la Policía y luego realizaron la denuncia en Seccional Primera. Los agresores y testigos fueron llamados a declarar pero aún no hubo una resolución.
Fabiana aseguró que no es la primera vez que esta chica golpea a otras por celos de su exnovio, y previo a la agresión ya la había amenazado dos veces por Whatsapp.
Indicó que luego de esto tuvo miedo y sus familiares debieron acompañarla durante varios días tanto a la entrada como a la salida de clases.
Desde el liceo le informaron que no podían hacer nada porque la joven no concurre al mismo centro, si bien la directora le indicó que iba a hablar con la directora del liceo donde concurre, no sabe “en qué quedó”.
JULIETA, 16 AÑOS, LICEO Nº 5
“No, yo nunca vi una pelea, pero sí he escuchado, sobre todo el último lío del IPOLL y otros más que me contaron. Se que a veces acá en el liceo quedan de esperarse en la Plaza Artigas para pegarse. Se da en todas las edades, pero en los de 4to. y 5to. ya no es tanto porque son más grandes. Me da miedo sí, sobre todo después del día que le pegaron a Fabiana (nombre apócrifo), porque eran 3 contra 1 y me mostraron la foto de como quedó y lo mal que quedó. Da miedo porque a veces las peleas se dan por algún comentario en las redes sociales, o algo que decís de alguna foto en el facebook, y si por ahí mirás mal a alguien o pechas en el cruce a alguien sin querer ya te miran feo y te dicen que te van a agarrar a la salida. Hay gurisas más violentas que otras y te pegan por cualquier cosa, o porque bailaste o te apretaste en un quince el novio de alguna, o comentarios de ese tipo. En el liceo los profesores nos dicen cuando por ahí estamos peleando en joda, que no peleemos y que no tiene que haber violencia pero nunca nos dieron charlas ni nada de eso”.
CECILIA, 16 AÑOS, LICEO Nº 5
“Yo nunca vi una pelea, pero sí se que se dan y que se re pegan. Se pelean porque están en desacuerdo con el otro y empiezan a discutir y terminan mal, algunas gurisas se pelean por los varones y se pelean en el liceo o afuera del liceo porque es donde se ven. Los profesores nos hablan del tema y nos aconsejan que no nos peleemos. A mi un poco de miedo me da, porque aunque yo vivo cerca voy caminando hasta el liceo”.