Las convulsiones en los bebés y en los niños son episodios que provocan angustia, asustando mucho a los padres.
La mayoría de las veces están producidas solamente por fiebre alta y se tratan de manera eficaz por el médico que atiende al niño.
En otros casos están generadas por síntomas neurológicos diversos, como puede ser epilepsia o meningitis, entre otras y es el pediatra quien normalmente descarta la existencia de causas neurológicas en las convulsiones.
Las convulsiones:
Son ciertos movimientos anormales e involuntarios.
Son alternancias de contracciones y relajaciones involuntarias que afectan a músculos aislados o a todas, una o varias extremidades.
A veces, los músculos se ponen tensos y hablamos de hipertonía. Y si se ponen lacios, de hipotonía.
Las convulsiones (salvo excepciones) suelen estar acompañadas de pérdida de la conciencia. A veces, se acompañan de otras manifestaciones como ruidos extraños de la respiración, babeo u ojos vueltos.
Existen distintos tipos de convulsiones en niños:
Convulsiones generalizadas: afectan a casi todo el cuerpo.
Convulsiones parciales: sólo afectan a unos cuantos músculos.
Convulsiones febriles simples: cuando el único desencadenante conocido es la fiebre.
Convulsiones atípicas o complejas: cuando se acompañan de otros síntomas neurológicos.
El Dr. Ricardo Scaparoni, nos hablará de convulsiones febriles y de chuchos solemnes:
¿Qué es una convulsión en un niño?
En principio, hablaremos de convulsión febril:
es la forma más común de la convulsión en la infancia.
Una convulsión febril es un fenómeno de la lactancia o de la infancia que se produce habitualmente entre los tres meses y los cinco años de edad, relacionado con fiebre.
Pero sin datos de infección intracraneal o un causal identificable.
Quedan descartadas las convulsiones con fiebre en niños, que han experimentado anteriormente una crisis convulsiva febril.
Se pueden presentar en diversos procesos e infecciones. Intra o extra craneal. No necesariamente una convulsión para que se produzca tiene que ser infección intracraneal, puede ser una infección que eleve la temperatura y que produzca la convulsión.
¿Qué tipo de infección?
Cualquiera sea que produzca fiebre.
Normalmente cuando existe una infección de algún órgano del cuerpo, produce fiebre, y cuando esto pasa la temperatura se eleva para que se produzca la convulsión.
Se considera condiciones febriles, entre tres meses y cinco años, pasada esta edad, si aparece la convulsión, hay que buscar de dónde aparece y por qué.
¿Qué provoca la convulsión?
En menores de cinco años, la convulsión febril se produce por la inmadurez del sistema nervioso central.
Tenemos que tener en cuenta que cuando un niño nace, es totalmente inmaduro.
Si sucede de los cinco años para adelante, es por alguna otra irregularidad.
¿Cuántos tipos de convulsión existen?
La febril y la en apirexia. (sin fiebre).
La febril es la común hasta los cinco años.
Luego de los cinco años, es muy raro que suceda. Pero si la tiene luego de esa edad, (puede ser hasta con seis) y también si es en apirexia, tendremos que buscarle otra causa.
¿Cuál es el índice de afección?
Es frecuente en la población infantil, afectando entre un 2 y un 5 % de los niños.
Para la familia tiene un alto grado de importancia y se caracteriza por asustar mucho a los padres y asusta al médico muchas veces.
Generalmente cuando los padres llegan al centro asistencial y la convulsión febril, con una corta duración de unos 30 segundos, un minuto o un poquito más de tiempo, ya ha tendido a pasar.
¿Puede existir peligro de vida en el niño?
No tengo una estadística, pero gracias a Dios no suele pasar.
Solamente que el niño se encuentre con un problema neurológico. Pero con una convulsión febril, es muy raro que llegue al término mencionado.
¿Cuándo se presenta la convulsión en el niño?
Se presenta normalmente en el inicio de la enfermedad febril.
Y con temperaturas mayores de 38, 5º, pero un estudio reciente mostró que un cincuenta y siete por ciento de los niños, habían presentado convulsiones febriles entre una y veinticuatro horas de iniciada la fiebre.
Esto quiere decir que comienza la fiebre y el niño hace la convulsión febril.
Después de las veinticuatro horas de ya padecer la fiebre, es muy difícil que presente la convulsión.
¿Qué es lo que afecta la convulsión febril?
Existen características clínicas que la producen: pueden ser de tipo tónico clónicas, con movimientos de brazos, autolimitadas, comienzan y terminan solas, son muy breves con unos minutos de duración y con niño alerta, (lúcido) sin compromiso neurológico luego del episodio crítico.
Después que pasó la convulsión, el niño sigue como si nada.
Esta característica clínica, se presenta en el setenta por ciento de los casos y se clasifican como convulsiones febriles simples.
En un treinta por ciento, se presenta como compleja: es de inicio focal (en un lugar específico), prolongada, con una duración de más de diez minutos, o múltiple y recurrente.
O sea que, para y sigue. Más de una convulsión durante la enfermedad febril.
También puede presentarse un estado de “mal convulsivo febril”: cuando la convulsión se prolonga por más de treinta minutos.
Esta presentación no es común, suele suceder en un cinco por ciento.
Constituye un veinticinco por ciento del estado más convulsivo del niño.
La condición neurológica previa no está considerada en la clasificación de convulsión febril simple y compleja.
¿Qué son los chuchos solemnes?
El chucho solemne, se trata de que el niño comienza a temblar y al tomarle la temperatura, nos damos cuenta de que el niño tiene 36º.
Pasados diez minutos, sube la temperatura y llega la convulsión.
Quiere decir que el niño, comenzó a convulsionar, antes de llegar a los 38, 5º. Es algo que asusta muchísimo también.
Con todos los nervios que la situación provoca ¿qué debe hacer la mamá?
Lo primero que debe hacer es prestarle atención a la fiebre.
Si ve que comienza a subir la temperatura, llevarlo a un centro asistencial lo antes posible, para intentar bajarla.
¿Puede quedarle secuelas al niño luego del episodio?
Es muy difícil.
Después de la convulsión febril, no quedan secuelas. No existe tampoco evidencia de alteración cognitiva, ni dificultad de aprendizaje escolar.
Ni alteraciones del coeficiente intelectual.
Queda normal.
Con respecto a la recurrencia: aproximadamente un treinta por ciento de los niños, que presentan una convulsión febril, tendrán un segundo episodio y en un diez por ciento, tendrán un tercero. Es muy bajo el índice.
Los factores de riesgo de la recurrencia es de historia familiar de convulsiones febriles. Se trata de familiares directos o de primer grado del niño.
Son los padres, o hermanos. No una abuela o demás familiares.
¿Después de los cinco años, ya no se espera una convulsión en un niño?
Probablemente no, porque ya se trataría de una madurez neurológica.
Se considera que el sistema, cuanto más maduro está, menos riesgo corre.
Al nacer, somos muy inmaduros, los nervios, entre otros, no se encuentran en condiciones, hasta los seis años.
¿Qué otra causa puede tener una convulsión?
Puede ser convulsiva por causa metabólica, por trastorno de calcio, por trastorno de la glicemia, muchas veces lo hace por hiperglucemia, infección urinaria, etc.
Cuando un niño debuta en una convulsión y es diabético. También puede suceder luego de una causa traumática.
¿Tiene el niño un tratamiento luego de padecerla?
Generalmente, queda internado realizándole todos los estudios, descartándole todos los procesos infecciosos, que puedan existir.
Es normal que los padres empiecen a tener “fobia” a la fiebre. Pero la mayoría de los niños no necesitarán más tratamientos.
¿Se le realiza algún tipo de estudio al niño al nacer con respecto a convulsiones?
Uno nunca espera una convulsión, pero en caso de que pase a las pocas horas de nacer, puede ser por algún déficit neurológico, alguna malformación cerebral, es cuando se le realiza una ecografía transfontanelar.
Si pasa, en la primera convulsión, no se lo medica al niño.
Se lo estudia y al mes se le realiza un electroencefalograma, porque antes de ese tiempo no muestra nada el resultado.
Se le recomienda a la mamá que si hace fiebre que lo acerque a un centro asistencial, bajándole la fiebre.
Lo primero que tenemos que tener en cuenta cuando el niño llega al médico, con una convulsión febril, es ver la causa de la fiebre.
Luego, durante su tratamiento dentro de la internación, se le realiza un hemograma completo, un P.C.R, también una velocidad en sangre V.C.S, midiendo un índice de infección. Incluso cuando es un resfrío”, nos decía el profesional.
El instrumento definitivo para clasificar las convulsiones es el electroencéfalograma (E.E.G.), aunque a veces se utilizarán otras técnicas diagnósticas más complejas (T.A.C, Resonancia Nuclear Magnética, angiografía, ecografía, etc.).
Mary Olivera
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