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lunes, 12 de mayo de 2025
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Conversar, una necesidad de siempre

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Diario EL PUEBLO digital
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Hace algunos años, el salir a la vereda encontrarte con el vecino, ir al almacén, charlar con las personas que estaban allí, un café en una esquina, una mesa con parroquianos, como se les decía, una tarde de te,el almuerzo de los domingos, las visitas a la tarde , eran ocasiones donde la conversación era el centro del encuentro.

La inmediatez en que se vive, la pandemia, la falta de tiempo, la inseguridad en las calles, ha hecho que estos hábitos, aunque existan aun, hayan disminuido y a veces no se encuentran espacios de conversación.

Psic. Alejandro De Barbieri: «Al conversar uno logra disminuir la pena, sentirse comprendido, no sentirse tan solo, y a veces sacar ideas sobre cómo resolver determinados conflictos»

Al momento de redactar este informe, también EL PUEBLO procuró la palabra del reconocido psicólogo Alejandro De Barbieri, quien inmediatamente accedió a conversar, pese a lo atareado de su día. De Barbieri es especializado en Psicoterapia existencial y Logoterapia, además de director y docente del Centro de Logoterapia y Análisis existencial (CELAE). Desde hace algo más de 20 años, dicta talleres, cursos y conferencias tanto de Psicología y Logoterapia como Coaching organizacional en Uruguay, América Latina y Europa. Es asimismo autor de varios libros, como «Lo que cura es el vínculo», «Economía y Felicidad: una vida con sentido», «Educar Sin Culpa: optimismo y entusiasmo para padres y educadores», entre otras importantes publicaciones. Seguidamente, lo medular de la conversación mantenida con el profesional:

-Últimamente estamos notando cierta necesidad y hasta ansiedad de la gente, por mantener una charla aunque sea con gente extraña, por conversar, por contar cosas… ¿Percibe lo mismo?

Justo mi señora, que es psicóloga, me acaba de contar de una consulta que hizo un señor mayor, la consulta prácticamente es que no tiene amigos. La pandemia puso en el tapete que aquella persona que tenía buenos vínculos la pasó mejor que quien no. Lo que hizo la pandemia fue como comprobar que lo que nos cura es el vínculo, es tener gente con quien hablar, a veces cuando uno va a un psicólogo, no es tanto la magia que pueda hacer el psicólogo, o las técnicas que utilice, sino justamente que tenés alguien con quien hablar, que te escucha sin juzgar, y eso baja la ansiedad. Cuando conversás, baja la ansiedad. Así que es muy importante conversar con otros, uno logra disminuir la pena, uno logra sentirse comprendido, logra no sentirse tan solo, y a veces logra también sacar ideas sobre cómo resolver determinados conflictos. Por lo tanto afecta muchísimo a la salud mental no tener con quién hablar o no tener habilidades para socializar. Ese es otro tema que también vemos a veces con los jóvenes, a veces cuesta los vínculos…

-Mencionó inmediatamente la pandemia, ¿por qué?

Claro, porque con la pandemia se afectó más esa necesidad de hablar, y comprobamos cómo nos cura hablar con otros. Lo que puso en el tapete la pandemia es que los vínculos son muy necesarios en la vida. Llega la pandemia y te dicen: no salgas, no hables, no visites a tus padres…eso afecta. Las terapias por ejemplo empezaron a hacerse por zoom, pero la gente te dice: ¿no podrá ser presencial?

-¿Gente mayor principalmente?

Claro, pero no solo…en los jóvenes también es muy importante.

-Por eso la importancia de tener un grupo de amigos…

Grupos de amigos, grupos de encuentros, de deporte, todo eso te sostiene emocionalmente, charlar con alguien, sea un grupo social, grupo religioso, grupo político, no importa…los Rotarios, los Leones, lo importante es sentirse parte. Porque para el sentido de la vida también es importante pertenecer a un grupo. Ayer por ejemplo salió otra vez el tema de todos los suicidios que hay en el Uruguay, porque cuando la gente está sola, cuando la gente no tiene con quién hablar, se va angustiando, se va deprimiendo cada vez más. Entonces es muy importante para la salud mental estar en grupos, socializar.

-Conversar en un grupo fuera de la familia es muy distinto a hacerlo en la familia, ¿dónde radica esa importancia? porque hay quienes dicen: «yo converso en casa»…

Y bueno, pero el tema es que dentro de la familia uno ya tiene como un rol asignado, estereotipado, en cambio cuando hablás con amigos, los amigos te cantan la justa, los amigos te dicen a veces lo que no querés escuchar. En una reunión familiar de repente vos negás una cosa y sin embargo los amigos te dicen: no, vos sos así. Es decir, te ayudan también a enfrentarte contigo mismo… Siempre hablando de buenas amistades, ¿no? O simplemente para reírte, para pasar bien, eso es importante. Hay gente que dice: mi mujer o mi marido acá es un serio o una seria, pero cuando sale se divierte. Por eso es tan importante salir en grupo; si estás en pareja por ejemplo, tener otras parejas de amigos es fundamental.

La REDAM está habilitando y construyendo canales de escucha.

Para dialogar sobre la necesidad específica de escucha que tiene el adulto mayor, visitamos una reunión semanal de la REDAM ( Red del Adulto Mayor). Estaban presentes los referentes de las instituciones que la integran como INMAYORES , Ministerio del Interior con la Policía Comunitaria , Tecnicos y estudiantes de la UDELAR que están brindando su apoyo y conocimiento al grupo.

Se aclaró por parte de los participantes que si bien la red no tiene como cometido específico ser un espacio de escucha, a través de las diferentes actividades se van creando canales para el diálogo.

«Dar un espacio para la escucha no es el cometido de la REDAM, porque nuestro objetivo es hacer la promociòn de derechos , difundir esos derechos y sensibilizar a la poblaciòn y al adulto mayor para que sepan donde están contenidos sus derechos , pero no contamos con un espacio específico destinado a escucha porque ya sería extralimitarnos. Pero debemos decir que cuando hacemos actividades con adultos mayores    y que son muchísimas ya sean convesatorios    u otras, notamos sí que hay muchas personas que desean ser escuchadas, y en esas oportunidades escuchamos , y cuando se plantean temas que requieren intervención derivamos a los técnicos, porque si bien podemos estar preparados para la escucha ,para atender el tema que la persona necesita se precisa formación.»

En el diálogo surgió también la reflexión de que    muchas veces no se necesita tanta formación para hablar con una persona común y corriente de los temas de todos los días . «Pasa con quienes vivimos en los barrios que hay muchas voces que necesitan ser escuchadas , y si bien sabemos a quienes derivar las situaciones mas complejas, a veces hay entender que la persona solo necesita hablar, a raiz de la causalidad que es la soledad. Para esas situaciones de soledad es importante que las personas mayores se unan a distintos grupos como por ejemplo coros u otros, aunque a veces hay situaciones físicas que no posibilitan que la persona mayor pueda integrarse a diferentes actividades.»

Se cometó también que en los complejos de vivienda de adultos mayores hay una sintonía y se cuentan cosas unos a otros, y algo que sorprende es que en algunos casos conversan más los hombres que son quienes más salen, por ejemplo con su mate a la esquina y se encuentra con otro y se ve que los hombres charlan de sus cosas.

Desde la policía comunitaria que hace unos 10    años participa en la REDAM , se afirma que en las reuniones que se realizan habituamente se acercan personas con alguna problemática, » cuentan cosas que les están preocupando , y al final de la charla conversan con nosotros o nos pasan sus contactos . Incluso a veces en ese diálogo surgen situaciones de violencia doméstica. También concurrimos a localidades del interior, donde la gente mayor no cuenta con lugares donde participar y hablar de sus cosas.»

Para INMAYORES , «la REDAM ha sido un promotor de que las personas puedan exponer y de alguna forma divulgar lo que les pasa porque por diferentes temáticas que antes no se animaban a compartir, porque en la vejez no pasaba o porque a determinada edad eso se resuelve en la familia , el hecho que la REDAM vaya con diferentes talleres , espacios de sensibilización o con el simple hecho de participar en una radio y divulgar información tan importante que logran cambiar la subjetividad de las personas, cambian las ideas que las personas tienen de sí mismas o del vínculo con la familia , empiezan a demandar al Estado una escucha que el Estado no siempre ofrece. Escuchar es una cosa, puede ser una escucha simple pero escuchar con calidad supone comprensión y aceptación incondicional de la persona. Es decir respetar a la persona y dar respuesta a lo que nos está solicitando. Además la escucha tiene como dos cuestiones    bien importantes,    una es la tramitación de algo que me afecta , yo puedo venir con una situación que me está afectando en este momento y necesito una escucha para responder a esto,    o solo quiero que me escuchen simplemente para dar cuenta que soy un sujeto humano. Si vivo tantas horas de mi día sin alguien con quien compartir , el Estado hoy no te ofrece un profesional para que nos esté escuchando,y en una sociedad donde todos estamos con poco tiempo para todo , escuchar hoy se vuelve un recurso fundamental. Si bien entonces la REDAM no tiene como un espacio para solo poder escuchar, creo que sí está haciendo la habilitación y la construcción de canales de escucha y le está exigiendo al Estado mayores obligaciones con respecto a un montón de temáticas que anteriormente no trataba, por ejemplo las personas mayores que llegan al MIDES planteando problemáticas que hace unos años no aparecían y eso tiene que ver conque han escuchado a la REDAM de alguna u otra manera .Temas que tal vez antes a la persona le parecía vergonzoso plantear como puede ser a nivel sexual o una problemática de cuidado. La escucha no siempre tiene que ser técnica pero si tiene que tener un compromiso de comprensión, porque la falta de esa comprensión puede hacer que la próxima vez que lo necesite , esa persona no quiera hablar. Los profesionales debemos tener una escucha empática y atenta porque la persona valora mucho la atención que se pone en esa escucha.»

Se comentó finalmente que los mayores, por los años acumulados de su vida,cargan con mucha historia y    tienen mucho para hablar al respecto de toda su trayectoria retrospectiva , y muchas veces todo ese acumulado de experiencias , de conocimiento , de situaciones atravesadas    necesitan poder narrarlas. Y narrarlas significa muchísimo porque es una forma de reescribir nuevamente esa identidad. Para narrarse esa persona necesita alguien que escuche y eso es muy importante para esa etapa de la vida.

Grupo de Apoyo a familiares de personas con Alzheimer

Ayudamos dando información, pero antes escuchar, porque esa persona siente que precisa sostén porque se siente sola”

De reciente formación, un grupo de familiares de enfermos de Alzheimer se reúne en la sede de la Oficina Municipal de Género y Generaciones (Zorrilla 93) los días lunes de 13 a 15 horas para acompañar, escuchar e informar de esta enfermedad de la que pocos hablan, a familiares de quienes la estén padeciendo. EL PUEBLO dialogó con Mirta Turino, Florencia Presentado y Olga Ramos, integrantes de dicho grupo.

– ¿Cómo surgió la idea de juntarse?

– No nos conocíamos, eso es lo hermoso, saber que hay otras personas que vibran en la misma sintonía y no lo sabemos. Cuando se inaugura a fines de abril la sala de Género y Generaciones, tenía cinco ejes básicos, pero este tema no estaba, lo que había era para personas mayores. Ocurre que cada una de nosotras tiene un vínculo muy cercano a alguien con Alzheimer, y obviamente que nosotras mismas estamos muy sensibles a la temática. Consideramos que es un tema de derechos humanos, y desde ese enfoque sin conocernos, nos juntamos. Estamos hoy bastante comunicadas compartiendo muy fuertemente el objetivo de sensibilizar a todos para que se tome conciencia de algo que nadie habla.

– ¿Hay muchas personas con Alzheimer en nuestra ciudad?

– Hay muchas, y va a haber cada vez más. Acabamos de venir de una charla con la doctora Carolina Lluberas, geriatra, que de este tema vaya si lo conoce, porque muchos de sus pacientes tienen esta enfermedad. Ella dijo que se trata de la mayor pandemia humana que se viene, y nadie, ni gobiernos ni sociedad alguna presta atención. Tenemos claro que no necesitamos tener la enfermedad en nosotras mismas para entender de qué se trata y que es muy grave, muy complejo, muy delicado. Supongamos que cae en mi familia un diagnóstico de Alzheimer, en ese momento no se sabe a dónde ir, alguien me dirá que está la consulta médica. Sí, pero es breve, hay tiempo para lo mínimo, nadie asesora ni te informa ni al paciente ni al familiar ni al cuidador. Y lo que se vive es un drama al tratarse de una enfermedad muy larga, neurovegetativa, progresiva e incurable. Con esos calificativos ya te pintan que el panorama es difícil de afrontar, y a menudo, hay mucha complicación en la familia, en los cuidadores, en los horarios, en el dinero, porque es muy cara. Si nos ponemos a pensar que en nuestra sociedad el número de personas mayores en muy poquitos años va a ser mayor que la franja de 0 a 14 años, los mayores de 65 vamos a ser más, se supone que todo el escenario social, económico, cultural, cambiará. Entonces, nuestro impulso que es netamente humano, solidario, y es una tarea sumamente sencilla, pero no por eso menos importante.

– ¿Qué le aportan como grupo a alguien que vive o tiene a un familiar con Alzheimer?

– Le vamos a ayudar dándole información, pero antes escuchar, porque esa persona siente que precisa sostén porque se siente sola, y también que se vaya concientizando del proceso. Que en cada casa, en cada barrio e institución se hable de esto. Que en una ciudad que pretendemos sea universitaria, porque no todos los departamentos del país tienen este escenario cultural, con tantas personas formándose y ya formados, aspirando a un futuro profesional, y hablo de la salud, con tantas Facultades como tenemos de Enfermería, de Psicología, de Trabajo Social, de Derecho, porque todo eso está acá adentro, estamos hablando de personas que son sujeto de derechos. Entonces, ¿cómo se explica que nadie haga nada? ¿Por qué la gente ignora tanto sobre esta enfermedad? Como cada vez hay mayor cantidad de personas mayores, hay más riesgo. Pero ojo, esto no quiere decir que por ser persona mayor equivale a tener Alzheimer, pero sí quiere decir que hay mayor riesgo.

Nuestro grupo también brinda contención, algo tan importante que justo la doctora Lluberas hablaba de eso, porque también el cuidador se enferma, y eso lo veía, porque hubo momentos que pasé por esas crisis, fue cuando habló del “cuidador quemado”, que pasa cuando el cuidador se termina enfermando y termina muriendo antes que el mismo paciente, porque la enfermedad puede llevarte hasta doce años o más. Entonces, este grupo brinda una contención que ayuda a llevar ese proceso de otra manera. La persona que llega al grupo se va informado, sabe lo que viene, en base a las experiencias de cada una, decirle que quizás sea por ahí, mirá que apliqué esto y en su momento me sirvió. Se trata de compartir experiencias, compartir un momento, un oído. Ahora nos encontramos en la charla a un montón de gente que se interesó y que necesita ir a hablar con alguien. Así nos vaya a hablar, si quiere que lo escuchemos, tomamos ese tiempo y lo escuchamos.

– ¿Dijeron que se trata de una enfermedad que no solo ataca a personas mayores?

– Sí, porque cada vez va bajando más la franja etaria con la gente pasible de tener esta enfermedad, sea a los 40, a los 50, y ni hablar de cuando es mayor. Por último, no creemos que estemos descubriendo América, creemos humildemente que esto es necesario, porque en una ciudad de 130 mil habitantes que no haya un lugar donde recurrir, no nos deja bien como sociedad.

Un grupo de amigos «que hasta podría considerarse mágico»

Treintañeros todos, desde hace muchos años vienen compartiendo diferentes momentos de sus vidas como un verdadero grupo de amigos. Hay entre ellos varones y mujeres, hay docentes, psicólogos y un diseñador ahora radicado en el exterior, lo que no ha impedido que su vínculo continuara. Ellos son Yanina Baratta (docente y psicóloga), Germán Da Cunda (diseñador), Alejandro Pignataro (docente y psicólogo), Lucía Aguiñagalde (psicóloga) y Vanesa Arrieta (docente). Sobre el valor de la amistad, sobre la importancia de pertenecer a un grupo de amigos donde hablar y compartir con libertad, conversaron con EL PUEBLO y así se resumen sus expresiones:

Yanina: «no concibo la vida sin amigos»

«Soy la más grande del grupo pero no hace mucho la diferencia a la hora de esta amistad que hemos ido construyendo. Somos un grupo de amigos a los que la vida encontró, y que mantenemos un contacto diario, literal. En esta cotidianeidad hablamos, y mucho, y también lo hacemos con nuestras miradas, porque sabemos de miradas cómplices, que bastan más que    mil palabras. Compartimos alegrías, tristezas, nos contenemos pero algo que sobresale siempre es que, reímos mucho. Con Alejandro nos conocimos primero, nos atravesó facultad, cursos, juntadas, libros, comidas, y así se fue agrandando el círculo. La riqueza está, entre un montón de cosas, que puedo ser quien soy con ellos, sin pose, sin aparentar, algo que parece básico, pero no es tan simple de darse. Nos vamos conociendo, en nuestros claros y oscuros, sin presiones y sin querer cambiarnos. Hemos estado conversando de «bueyes perdidos» por horas, en la noche y en el día. Así vamos siendo y conectando. Creo que no concibo la vida sin amigos, son esos vínculos que están y persisten, se resignifican y nos abrazan, y eso llena la vida.Y por ende, amistad y comunicación van de la mano, por eso si será importante tenerlos para charlar, contarnos vivencias, discutir sobre diferentes puntos de vista, caminar juntos»

Germán: «la vida vivida con amigos es mucho más feliz»

«Los amigos lo son todo. Son con quienes más puedo disfrutar y reír, sin prejuicios y lleno de libertad. Puedo llorar, bailar, cantar, de hecho me permito agregar que todos cantamos muy mal y aún así quisimos formar una banda… (risas). Hay amigos con quienes puedes soñar y disfrutar un camino. Un camino sinuoso, nunca perfecto pero real. Podemos compartir en confianza inquietudes y desconocimientos. Podemos nutrirnos del otro, y podemos abrazarnos y celebrar la vida. Son sin dudas una de las constantes más importantes en mi vida. Nos conocemos desde hace ya un tiempo. En particular con Ale no recordaba que en nuestra infancia compartimos un año de clases de guitarra! 15 años más tarde nos volvimos a encontrar a través de otro amigo que nos conectó. Y gracias a él ahora me encuentro tan cerca y unido a este grupo. Muchas vivencias y experiencias se me vienen a la mente. Parte de quien soy hoy en día, es gracias a mis amigos. Gracias a compartir un camino juntos, y gracias a ir aprendiendo a la par de ellos cómo es esto de la vida. No me imagino cómo hubiera sido mi vida sin ellos, porque desde la adolescencia hemos crecido y experimentado juntos. Son un pilar fundamental. Me dan sentido de pertenencia, me dan seguridad, me dan autoestima, y me dan años de vida. No siempre los tengo cerca y en todo momento, a veces me encuentro solo, sin poder compartir muchas cosas; esta soledad duele pero creo que la mejor vida es aquella que uno la puede compartir con sus amigos, pareja y familia. Un mes antes del comienzo de la pandemia en 2020 volví a USA  donde resido desde el 2019 y por dos largos años no pude volver a mi país ni ver a mi gente. Fueron dos años terribles. Sin el contacto humano y con desconocimiento de todo lo que significaba. Por suerte la tecnología me permitió seguir en contacto y poder seguir sintiéndolos cerca. Era la única herramienta. Hoy en día, estamos en contacto al instante. Sin dudas te das cuenta que somos seres sociales y necesitamos del otro para vivir. Si bien no hablamos tanto, también por estar a 4 horas de diferencia, nos escribimos todo el tiempo. Nos mandamos links de cosas random, stickers, memes, recomendaciones, cosas que nos suceden en el día a día. Como dije antes, la vida vivida con amigos es mucho más feliz y si es con un grupo de amigos como este, tanto más. Brindo por todos los buenos momentos que hemos vivido y por todos aquellos que viviremos»

Lucía: «el beneficio más grande es poder hablar»

«El grupo se creó a partir de Alejandro, que es eslabón principal. Todos nos conocimos por él y    luego nos fuimos conociendo entre nosotros a través de los cumpleaños y salidas en común. Y allí entre los que más compartimos se fue formando el grupo. Somos un grupo de 5 personas, dónde más alla de las rutinas, espacios físicos y horarios, siempre nos tomamos un tiempo o tratamos de tener una excusa para ponernos al día. A veces la excusa es salir a algún lado o si    no, juntarnos en alguna casa a comer algo. El tener un grupo de amigos, es tener apoyo, contención. Es ese lugar a donde poder ir o reunirte y saber que frente a lo que te pase están dispuestos a escuchar, comprender o en el peor de los casos, poder decirte con sinceridad lo que piensan. El beneficio más grande es poder hablar, contar, saber que hay situaciones que no solo le pasan a uno sino que a veces suceden, el aprender del otro. No solo se comparte momentos sino experiencias a través de viajes, salidas, situaciones, anécdotas y demás. El poder hablar, comunicar lo que se siente, lo que se quiere, el tener a personas que estén allí disponibles, más allá de los tiempos, tiene un valor muy grande. Valor que lo aprendí en época de pandemia, donde la imposibilidad de juntarnos o vernos por el covid fue mayor».

Vanesa: «ese refugio que tenemos cuando todo parece que está perdido»

«Nuestro grupo de amigos se ha ido conformando de a poquito a lo largo del tiempo. A Ale lo conocí primero, hace ya varios años, gracias a él conocí a Ema (Germán), un amigo que está lejos pero muy cerca y siempre lo esperamos ansiosos para divertirnos juntos. Con Lu y Yani estamos en contacto permanente y si es necesario una juntada express a mitad de semana, sale. Personalmente se me hace bastante difícil poner en palabras lo que siento cuando hablo de la importancia de este grupo. Tener un grupo de amigos con la conexión que tenemos nosotros podría considerarlo hasta “mágico” porque vibramos todos en la misma sintonía, la del amor. Con ellos puedo contar siempre sin importar distancias ni horarios, ahí están, para escucharte, apoyarte y sobre todo cuidarte. Es ese refugio que tenemos cuando todo parece que está perdido, donde las palabras cálidas y adecuadas siempre aparecen para contenerte y abrazarte el alma. Son quienes escuchan cientos de veces la misma historia y así mismo siguen aconsejándote y ayudándote a descubrir el camino. Somos quienes festejamos el éxito de uno como si fuera el de todos, donde las alegrías nos llegan al corazón y nos inundan de felicidad y donde la tristeza es preocupación de todos. Con ellos puedo ser quien soy libremente y aún más, descubrir una mejor versión de mi. Hoy celebro la vida con estos amigos que valen oro y que permanezcan por siempre los momentos vividos y sigamos recorriendo el maravilloso camino de la vida juntos».

EL PUEBLO en la calle: los salteños cuentan con quiénes conversan

Con dos preguntas puntualmente, una vez más EL PUEBLO salió a la calle días pasados a conversar con los salteños sobre el tema de este informe dominical: ¿Con quién conversa habitualmente?, ¿Con quién le gustaría conversar más a menudo?. Aquí un resumen de las respuestas obtenidas:

Lorena (30 años, estudiante):

«Converso conmigo misma (risas)…Habitualmente con mi esposo, con mis hijos, pero hay temas que de verdad uno precisa conversar con uno mismo. El tema es tener con quién conversar, no siempre se tiene…Por ejemplo me gustaría conversar más con personas mayores; y si pudiese elegir una persona mayor diría con mi madre, pero ya no está».

Gladys (68 años, jubilada):

«Me gusta mucho conversar y siempre estoy conversando. Vivo sola, pero recibo visitas, charlo con vecinas, en el almacén…Pienso que hoy en día la gente conversa cada vez menos porque se entretiene con otras cosas, pero yo soy de otra época y no podría estar sin charlar con la gente. Me gustaría conversar más con los familiares que me quedan, que son pocos, pero es difícil, cada uno anda en sus ocupaciones, a veces hasta pasamos tiempo sin vernos».

Javier (24 años, empleado de comercio):

«Converso habitualmente con mis compañeros de trabajo, acá en el trabajo mismo y afuera. Porque son cosas distintas, se habla de otras cosas… Pero te diré que a veces estamos tan metidos en esto que nos juntamos un sábado y cuando queremos acordar estamos hablando solo de trabajo (risas)… Me gustaría hablar más con mis padres, cuando los veo charlamos mucho, pero no hay mucho tiempo para eso, lamentablemente».

Gisella (29 años, ama de casa):

«Supongo que decís con qué personas, pero yo hablo mucho con mis mascotas, con los gatos. Mi marido trabaja todo el día, no soy de salir a hablar con los vecinos, que son casi todos personas muy mayores, y bueno…Me gustaría charlar más con mi familia, que vive en campaña. Estamos comunicados igual por el celular, pero tampoco vamos a estar todo el día con el celular, cada uno tiene sus cosas, sus horarios…».

Ramón (53 años, taxista):

«Con quienes más converso es con los pasajeros del taxi, ¡tengo tantas historias que voy juntando! Con mi familia también hablamos, pero fijate que la mayor parte del tiempo la paso arriba del auto, cuando estoy en casa no siempre estamos todos, también tengo que dormir, sobre todo cuando me toca trabajar de noche…Me gustaría charlar más con ellos, mi señora, mis tres hijos, por eso es tan importante el día libre, pero tampoco es fácil coincidir todos».

Ana María (72 años, jubilada):

«Converso todo el día con mi viejo (esposo), ¿con quién más voy    hablar si vivimos los dos solos? Los hijos se casaron y se fueron hace tiempo, y vienen a vernos sí, pero más bien en los cumpleaños, en las fiestas, a veces algún fin de semana. Me gustaría conversar más con mis hijos y mis nietos, y con amistades de antes, de otra época, que se puede imaginar muchos ya partieron…».

“Es importante construir relaciones positivas”

L Licenciada en Psicología Antonella Bastitta

Interactuar es ejercer una acción o relación recíproca hasta dos o más personas o cosas. A modo de ejemplo, la maestra formó grupos de trabajo para que los alumnos interactúen entre sí… el ser humano necesita vivir en sociedad… necesita relacionarse con las demás personas y aprender a relacionarse con ellas para sobrevivir en este mundo. Siempre de alguna forma vamos a necesitar de los demás y ello implica relacionarse socializar con otras personas… esto genera amistades, relaciones… otro tipo de vínculos.

El ser humano por naturaleza es un ser que necesita relacionarse.
Sí vamos a la importancia por ejemplo, no so-lamente es una necesidad básica del ser huma-no que ya lo trae también por naturaleza. Lo importante es construir relaciones positivas con los demás y esto nos facilita la creación de una estructura de apoyo amplia y sólida en la que podemos encontrar diferentes espacios de disfrute bienestar, felicidad crecimiento…compartir nuestros malos momentos y superarlos con mayor facilidad” subrayó Bastitta.
Las personas naturalmente necesitan conversar con alguien y a veces no se da esa posibilidad. Que se de esa interacción es muy importante porque de no darse esto puede ocasionar importantes trastornos psicológicos y de salud claramente este hoy en día justamente por muchas situaciones de la vida parece que la gente cada vez le cuesta más confiar en otros y relacionarse entonces es mucho más difícil a la hora de contar nuestros problemas a la hora de abrirse, es ello que nos puede traer problemas psicológicos y de salud incluso en los niños más pequeños la falta de socialización afecta de di-ferentes maneras tales como la maduración cerebral por ejemplo es tan perjudicial que hasta el desarrollo cerebral afectal sobre todo en los primeros años de vida .

Magister Lic. Cristina Rundie, Socióloga

Una parte del ser social intenta juntarse con otros para ayudarse y construir un nuevo espacio que termina sirviendo de autosostén”

Cristina Rundie es Licenciada y Magister en Sociología, docente e investigadora universitaria. Fue consultada por EL PUEBLO referente a la temática de este Informe Periodístico para tener la visión sociológica del mismo.

“Como análisis sociológico comenzó diciendo Rundie-, primero que nada como un análisis estructural que tiene que ver con la integración social de las personas, importa decir que históricamente han existido dos grandes mecanismos que propician o facilitan la integración social que son el trabajo y la educación”.

“Estos dos mecanismos han cambiado mucho, sobre todo en las últimas décadas. En algún momento el trabajo supo ser el principal espacio para la integración social, a mediados del Siglo XX en nuestro propio país, pero eso ha ido cambiando. Hoy tenemos una heterogeneidad estructural en lo que hace al mundo del trabajo, el desempleo, las personas que buscan empleo. Entonces, la relación con el trabajo marca mucho las posibilidades que tiene una persona de integrarse o no a la sociedad”.

“Lo mismo ocurre con la educación. Esto lo digo porque siguen siendo dos factores muy relevantes al momento, por ejemplo, de analizar a la juventud. Aquellos jóvenes que no están relacionados al mundo del trabajo o al mundo de la educación, paulatinamente se van desintegrando, no en su totalidad porque tienen grupos de pares, grupos artísticos, culturales, pero sí incide mucho”.

“Luego tenemos el factor de aquellos grupos que trabajan con personas que tienen alguna enfermedad, personas que se vieron afectadas por algún hecho, por ejemplo, hijos que han sufrido bullying en instituciones educativas o deportivas, entonces hay grupos de padres que se conforman para trabajar en torno a eso, o los mismos estudiantes o, por ejemplo, también hay otro grupo que tiene que ver con familiares de víctimas de accidentes de tránsito, que tienen también su serie de actividades y que se juntan porque algún integrante de su familia sufrió un accidente de tránsito que en algunos casos terminó con su vida, en otros no, pero que configuró una gran problemática que llevó a una sensibilización tan grande que hace que se junten con otros que estén viviendo situaciones similares para poder trabajar el asunto”.

“A lo que voy es que hay una cuestión histórica en el trabajo y la educación que se han ido modificando mucho socialmente. Supieron ser elementos principales de integración social, y que hoy ya no lo son tanto, porque existen otros espacios, pero la sociedad es tan heterogénea con diversos intereses, pero también afectaciones de nuestras vidas. Por lo que los intereses como los elementos que nos afectan, hace que tengamos la necesidad de juntarnos con otros que estén más o menos en una situación similar porque es la forma de poder no aislarse, llegar a esa situación de la desintegración que es como la más nefasta, porque a veces tiene consecuencias que pueden llegar a ser hasta la autoeliminación misma de la persona o solo perjudicarse en la salud, en muchos aspectos”.

“Por eso, siempre esa parte del ser social de intentar juntarse con otros, ya sea, reitero, por un interés o por algo que los haya afectado, pero en esto de poder ayudarse, construir un nuevo espacio que termina sirviendo de autosostén”.

– ¿Somos nosotros los que nos encerramos y no buscamos ayuda o es la sociedad la que está un poco cerrada?

– Pasa que decir nosotros y luego agregar la sociedad es algo que no es posible disociar, porque nosotros somos parte también de la sociedad. Vivimos en una sociedad moderna, occidental que en sus bases está la tendencia hacia el individualismo ya desde hace muchísimos años, pero eso es muy cuestionable porque si bien tenemos una lógica bastante individualista, la construcción de un proyecto de vida individual, por ejemplo, que más allá que muchas veces es compartido, sigue estando la construcción de un proyecto de vida del individuo, que es parte de las bases de este sistema y de esta cultura.

No está muy a diferencia de las culturas antiguas más tradicionales que efectivamente eran más colectivas. Si bien vivimos así, por otro lado, necesitamos de la construcción con la otra edad por el propio proyecto de uno, y no todo pasa por lo mercantil, por intereses de otro tipo sino que también hay como un componente muy emocional en la construcción con los otros que hace a nuestro sostén en la salud.

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