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jueves, 3 de julio de 2025
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Con Francisco Gabriel Alves Suárez Policía de carrera, escritor y escultor

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Diario EL PUEBLO digital
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“Las actividades artísticas contribuyen a la
comunicación, acercamiento y rescate de potenciales”

“Las actividades artísticas contribuyen a la comunicación, acercamiento y rescate de potenciales”

Hombre de naturaleza inquieta e investigadora… que gusta hurgar y encontrarse con la razón de ser de todas las cosas, nos permite dibujar en palabras su estampa para “Al Dorso” e ir dilucidando todas sus facetas intelectuales y artísticas.

El Comisario Francisco Gabriel Alves Suárez (44) nació en la tierra “donde se toca el sol con la mano” (departamento de Artigas) y señala que su vocación la descubrió a través de la experiencia de sus familiares.

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“Muchas veces la vocación llega mediante el entorno familiar… en mi caso el ver el desempeño de mis familiares policías y militares, sentí una especial atracción por ello” – comenzó señalando.

Hoy, teniendo un lugar jerárquico en Jefatura de Policía, cuenta su historia de vida donde los aditivos de su desempeñocomialvez001profesional y el talento artístico conforman una singular personalidad que siempre va a más en sus aspiraciones.

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Con una forma pausada de expresarse, nos permite lanzarnos en el tobogán de su historia y acompañarlo en algunos tramos de su viaje

ABRIÉNDOSE

EL CAMINO

En la época  de su gran decisión aún se vivía en dictadura, fue entonces que Francisco fue aprobado en el Liceo Militar No. 2 de la ciudad de Durazno.

Entre sus compañeros adolescentes había algunos que ya habían ingresado y retornaban a su pueblo durante las vacaciones con el cabello corto, su uniforme impecable y deslizaban sus anécdotas que impregnaban a sus congéneres, instándolos a seguir el mismo camino.

“Se generó en aquellos años como una odisea… un desafío para los chicos de quince años, desprenderse de su familia y poder enfrentar un sistema diferente.

En mi caso venía de una familia numerosa… padre, madre más cinco hermanos.

La situación económica no era de las mejores, aún viviendo la benevolencia de la frontera… muchas veces se hacía difícil… entonces esto también me hizo pensar que era una buena opción abrirme un camino, pensando en aliviar la carga de mis padres”.

Con su hermano Miguel, en ese entonces con 16 y Francisco con 15 se iniciaron en el servicio militar y poco a poco se lograron adaptar a la nueva vida que marcara su rumbo futuro.

– No es común que un joven tan joven tenga en claro lo que quiere de su vida…

– “Todos somos diferentes… yo tuve esa visión… que era una posibilidad de abrirme camino y colaborar de esa manera con la familia.

Solo había que estudiar… pues teníamos todo lo demás a nuestra merced”.

– ¿Cómo se dio ese periplo hacia la nueva etapa? ¿Sintió alguna vez temor de resistirse a la adaptación?

– “Creo que está en uno mismo de aceptar los regímenes disciplinarios… decidí aceptarlos y mantenerme en esa postura.

Era mi gran desafío personal… entiendo que a veces con quince años se es muy niño”.

En la mirada retrospectiva piensa que dentro de algunas cosas que quedaron por vivir fue el disfrute de la adolescencia… las reuniones… los juegos… se perdieron en un túnel de más de cinco años dedicados puramente a la formación profesional.

– ¿Ello le pesó en su interior?

– Tal vez con los años uno toma conciencia… pues quedan ciertos vacíos.

Tengo añoranzas de cosas que debí  haber vivido entre los 15 y los 20.

Las historias entre barra de amigos… uno va perdiendo esos vínculos.

– ¿Sus primeras impresiones al llegar al Liceo Militar?

– “Aún estaba la dictadura…la disciplina era mucho más rígida… para nosotros era todo novedad”. Siempre fue un alumno muy aplicado y destacado… nunca supe lo que fue rendir un examen, llegando a ser abanderado en el Liceo Militar.

EL MUNDO PARALELO DE LA LITERATURA Y SU

HIJO EN LAS LETRAS “DE MANO EN MANO”

Su romance con las letras ya había nacido en aquel corazón adolescente que sentía sed de expresarse con la belleza que existe en la combinación de vocablos.

“Escribía versos y enviaba a casa por correspondencia… la comunicación que existía en aquel entonces era el correo postal.

Recuerdo venir a los oficiales con el manojo de cartas que cada uno esperaba con ansiedad”.

Su madre y hermana guardaron cuidadosamente aquellas pequeñas creaciones literarias que años más tarde pudo repasar, recreando en su mente historias y vivencias que fueron formando su personalidad pulsátil.

El primer libro intitulado “De Mano en Mano” llegó entre los años 2001 y 2002 cuando se integró a un grupo literario… fue acuñando textos, poesías y relatos.

También comenzó a participar de concursos donde fue distinguido en más de una oportunidad.

En su vida se dio similar vuelta a la del escritor uruguayo Serafín J. García que también se había formado parte de la institución policial y logró imprimir sus escritos también con el apoyo de la Jefatura de Policía de Treinta y Tres.

Había tramitado ante el Ministerio del Interior, la impresión de 300 libros, a su vez con el apoyo de la Intendencia.

Sin saber de antemano, Francisco Gabriel tuvo una experiencia coincidente para materializar la edición de “De Mano en Mano”.

“No fue tarea fácil compaginarlo y corregirlo… hoy por hoy sigue siendo un gusto caro el editar un material literario” – afirmó.

Supo entonces que como funcionario policial podía llevar – de la mano del uniforme – un potencial que se desplegara en varias aristas… esta actitud es loable y enaltece el trabajo, de acuerdo a su visión.

“En la Policía tenemos un amplio terreno para explotar en el quehacer social y social, usando los potenciales para mejorar el servicio”.


“Mas que jefes se buscan líderes”

En lo que respecta al sistema policial volcado hacia el servicio a la sociedad, considera que “más que buscar jefes se procura el liderazgo”, sin perder la disciplina de la unidad, figuras que sean referentes y que inspiren confianza.

SU ENCUENTRO CON EL

“ALMA” DE LAS PIEDRAS

Empero su naturaleza inquieta no permitió que sus constantes descubrimientos llegaran a su fin y un día se dio un hecho inusual que lo llevara a otra dimensión del vasto universo del arte.

“Me inscribí en un taller de tallado en piedra… y me fui encontrado con ese nuevo mundo.

Era un primero de año en Pueblo Belén… iba caminando por la ruta 3 y me encontré con un parroquiano amigo.

Hacía cuarenta grados de calor y nos encontramos solo dos personas en aquel lugar.

Ese hombre de setenta años hacía sonar su acordeón a piano.

En campaña cuando dos personas se cruzan, sienten necesidad de comunicarse.

Nos dimos el saludo de Año Nuevo… entre su resaca de alcohol me dedicó un tema…. Tomé dos piedras (que las había escogido previamente en el camino para ejercitarse) y comencé a acompañar el ritmo.

Súbitamente aquellas piedras se quebraron por la golpeada, partiéndose a la mitad… resultando ser geodas.

Ese incidente me llegó tal vez a modo de mensaje”.

Esta nueva etapa con el tallado de las piedras lo llevó a descubrir nuevos seres, personajes que dio vida con la forma y el color, sumado a breves relatos.

Pocos meses atrás realizó la exposición de sus trabajos en piedra en el Hotel Horacio Quiroga.

“Me dije a mi mismo… voy a intentar que la poesía viva dentro de las piedras y que estas puedan permanecer en la poesía” – compartió.

ENTRE LAS ARTES Y EL

EJERCICIO PROFESIONAL

– ¿Cómo compatibiliza el tiempo del servicio policial con el ejercicio del arte?

– “La creación es algo indescifrable como nace… está dentro del ser humano mismo y tiene sus tiempos… es como salir a caminar o ir al gimnasio.

Todos nos hacemos un tiempito.

Nos lleva a veces más que media hora, una hora por día.

Son pequeños gustos que nos damos haciendo un espacio”.

Hoy el Comisario Francisco Alves a partir de su investidura ha sido nombrado para trabajar en dos áreas diferentes; Servicios Generales y de la Oficina Técnica Departamental de Policía Comunicaría, Gestión de Calidad.

Se  han creado recientemente oficinas técnicas en cada Jefatura, con objetivos de recibir capacitación, los mandos en los diferentes niveles.

“Es normal que se sienta rechazo hacia un cambio… de allí la necesidad de capacitar”  – entendió, afirmando que Uruguay ha mirado los modelos de muchos países desarrollados.

Un ejemplo marcado es el de Japón, que ha invertido muchos recursos en seguridad y de cada diez policías, cuatro son comunitarios.

CONCIBIENDO A LA

SOCIEDAD DEL  FUTURO

“Todo el entorno cambia… cambian los países… las sociedades, sistemas políticos y debemos adaptarnos a esa realidad.

Prefiero ver ese futuro con esperanza y que podamos lograr un mundo más justo, equitativo, donde se haya aminorado la pobreza y la ignorancia.

Pero no tengo la certeza”.

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