La Iglesia Anglicana tiene sus orígenes en las Islas Británicas, llegando a América Latina con los ingleses a las ciudades de puertos.
Aquí a Salto llegó un gran contingente de ingleses, para lo que fue la construcción del ferrocarril, la central de UTE, la parte ganadera y agrícola, entre otros.
De hecho, nuestro Estadio Dickinson, donado por un miembro de esta comunidad, del mismo apellido, era tesorero de la Parroquia San Lucas.
Actualmente son muy pocos los miembros británicos que existen en América Latina.
Dialogamos animadamente con el Obispo auxiliar de la mencionada Iglesia, de esta manera:
¿Se mantiene la ideología de la Iglesia Anglicana?
En su momento, era una capellanía solo para ingleses.
En Montevideo existe una misa en inglés, para los pocos ingleses que van quedando radicados allí.
Pero se han abierto las culturas y en África es el continente donde hay más miembros anglicanos.
Fue tomando la forma de cada país, insertándose su cultura. Ya estamos en Salto, hace más de cien años, abierta a todas las personas que deseen participar de la vida de fe.
Actualmente las iglesias cristianas nos sentimos más unidos. El CICRU (Centro de Iglesias Cristianas del Uruguay), con su sede en Montevideo, congrega a varias iglesias evangélicas, ortodoxas y de orden católico.
¿Cómo es su época actual?
Estamos en una época de más aceptación, de aceptación a las liturgias diferentes, porque en definitiva somos todos cristianos, creemos en un mismo Dios y creo que tenemos que dar al mundo un testimonio también de unidad, respetando nuestras identidades.
¿Cómo se prepara la Iglesia Anglicana para esta Navidad?
En todo el mundo estamos viviendo el adviento, que es época de preparación para la Navidad.
De hecho, los anglicanos no armamos el árbol, hasta el día 24, porque le damos mucha importancia al adviento.
En la preparación de este es época de ayuno, de reflexión, de re pensar nuestra vida, preparándonos para una gran fiesta.
¡Es el nacimiento de Jesús!
¿Cómo lo vive la Iglesia?
Para nosotros no es solo un recuerdo histórico, sino que lo revivimos de manera especial y espiritual.
Por eso, por lo general no se arma el árbol y si por casualidad se lo tiene que armar por un motivo en especial uno o dos días antes, no se coloca allí el pesebre, porque estamos en espera.
En adviento: época de espera y de esperanza.
Con nuestra corona de adviento.
¿Cuál es su significado?
Le brindamos mucha importancia a nuestra corona de adviento, compuesta por cinco velitas, que se comienzan a encender el primer domingo y vamos recorriendo la segunda, la tercera, la cuarta y la quinta, hasta la noche de Navidad y visualizando, cómo estamos caminando en torno a la preparación.
Nos parece que estamos asistiendo a una preparación tan material, donde lo realmente espiritual, no está presente.
Estamos festejando el cumpleaños de Jesús, reviviendo ese acontecimiento espiritual y Jesús no está presente. A veces, nos decimos: ¡Felíz Navidad!, sin tomar conciencia de lo que estamos diciendo al otro.
Respetando las maneras de pensar, las ideologías. Además, tenemos que respetar las distintas maneras de pensar.
No somos ni mejores ni peores, de aquellos que no creen, somos diferentes.
Nosotros compartimos aquello que nos une.
¿Qué es la Navidad para los anglicanos?
Es el nacimiento del amor.
Es permitirnos cada uno pensar sobre el amor y el sentido de la vida.
¿Qué sentido tiene mi vida? ¿Y qué sentido tiene mi vida en relación con los otros?
Conviviendo en sociedad, en grupo, en familia.
¿Y cuál es el cambio de la Navidad actual?
La tecnología nos ha brindado mucho.
Pero también ha cortado la comunicación entre los seres humanos.
Internet, el celular, la televisión atrapa, o sea que existen elementos que distraen a las personas de aquellos momentos en torno a la mesa en encuentros de familia.
La tecnología no bien usada, salpica negativamente, los vínculos y las relaciones cotidianas entre nosotros.
Asisto muchas veces a quejas de familia, que se encuentran sin diálogo.
Pero ello no quita que se haga un esfuerzo. Existen en todo el mundo seres humanos que ponen su granito de arena para que no todo sea desagradable. No todo es caos.
Tenemos pulsiones que conllevan constantemente a situaciones destructivas y autodestructivas entre las personas, pero también una pulsión de vida, donde florecen gestos, el amor, actitudes.
Donde es posible el cambio.
Y la falta del conocimiento del amor de Dios, es lo que provoca todos los desajustes a la humanidad.
Lo vemos en el fútbol, un deporte que nos enorgulleció mucho, debería ser un deporte de alegría y unión de la familia y hoy, no podemos ir al estadio.
Hay una parte de la sociedad, que no está sana. ¿Qué puede hacer la fe cristiana para modificar esta situación?
Cuando Jesús entra en la vida de una persona…algo sucede.
Porque el amor de Dios es perfecto, porque no sufre quebrantos.
¡Hay grandes milagros! Y tenemos necesidades básicas.
Por ello, la llegada de la Navidad, es hacer un pesebre en nuestro corazón.
El pesebre tiene que ser bien rústico, porque así nació Jesús, identificándose con lo más sencillo y natural.
Debemos identificarnos con esa simplicidad, porque cuando somos simples, nos tornamos más finos interiormente, con una fineza espiritual, que da mucha paz.
¡Y porque cuando hacemos el bien, el bien vuelve a nosotros!