De la misma forma que hemos sostenido nuestra convicción de que un medio de comunicación masiva no debe manejarse en torno a los afectos, a las sensaciones, ni suyas, ni de la “masa” de lectores, porque caería en subjetividades, suscribimos que las muestras de afecto recibidas en ocasiones puntuales como es la de haber llegado al medio siglo de existencia, es para nosotros un indicador infalible de que estamos en el corazón del pueblo salteño.
No perdemos de vista que la esencia de la función que cumplimos es la de ser reflexivos y no impulsivos, pero una cosa no quita lo otro.
Cuando se logra armonizar ambas cosas estamos en el punto justo.
Si el medio es respetado en la comunidad como una voz independiente, plural, honesta y de esta es aceptado y apreciado en su comunidad, estamos cumpliendo con el objetivo buscado.
Hemos tratado de señalar que nuestro mayor anhelo es ser respetados por la comunidad que integramos en nuestra misión periodística.
Pero esta aspiración no significa que perdamos la sensiblidad en materia de problemas sociales, ni tampoco que dejemos de lado los afectos.
Lo que procuramos es que la obtención de este afecto, del cariño de los salteños, no se obtenga al precio de tener que dejar de lado nuestra esencia, que supone la búsqueda de la verdad, de la justicia social mediante la información veraz, debidamente investigada y analizada.
Resulta obvio que este objetivo se logra a veces plenamente y otras no tanto, porque depende de muchos factores, pero lo que procuramos es que el lector tenga la certeza de que siempre nos mueven estos objetivos y nuestra máxima aspiración es llegar a obtenerlos.
Mantenernos con el corazón encendido, por el cariño de tanta gente y la mente serena para analizar y opinar con la cabeza y el razonamiento, sin permitir que los afectos se entrometan a la hora de informar y opinar, es nuestro desafío diario.
Las innumerables demostraciones de cariño y de afecto que hemos recibido en estos días nos reafirman en la convicción de que estamos en la buena senda.
Ante ello no cabe más que el agradecimiento profundo y la promesa de seguir transitando por este camino en bien de todos.
Con el corazón encendido y la mente serena: gracias pueblo
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