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miércoles, 9 de abril de 2025
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Con el agua no se juega

Diario EL PUEBLO digital
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No es lo mismo bebible que potable, ¿verdad? Veamos. Respecto a la primera palabra, dice el Diccionario de la Real Academia Española: “Que se puede beber, especialmente si tiene un sabor agradable. Y respecto a la segunda: “Que se puede beber; apta para el consumo humano”.

El agua que tanto está dando que hablar en la zona metropolitana, porque tiene demasiado sodio, ¿dejó de ser potable o bebible? Dejó de ser bebible y hay que tener precaución, especialmente aquellas personas con determinadas características en su organismo, porque su salud puede verse afectada. Cuidado, de ahí a decir que ya se está empezando a morir gente y que esto irá en aumento con el paso de los días, hay una gran diferencia.

¿Es un tema muy delicado? Sí, por supuesto.

¿En este momento se está muriendo gente por esto? No, de ninguna manera.

Todo lo anterior viene a cuenta porque últimamente hemos leído y escuchado a personas que, vaya uno a saber con qué intención, pretenden encender una alarma pública que a nada bueno conduce. Como bien nos decía una lectora comentándonos una breve nota de opinión que publicáramos el sábado (en página 3): “en vez de decir tantas cosas sin fundamento en las redes sociales, la gente debería dedicar ese tiempo a informarse más”. Totalmente de acuerdo con ella.

Nadie duda que lo que está pasando es un problema que el Estado debería haber solucionado hace tiempo, porque avisos y advertencias hubo muchos. Sin embargo nadie lo hizo, nadie se ocupó en serio del tema. La nota del sábado es la siguiente:

“¿Recién ahora se dieron cuenta?:Cuánto se habló de la sequía en los últimos meses. Una de las más graves que ha sufrido el país, ya que se sumaron por lo menos tres veranos seguidos, provocando uno de los mayores déficit hídricos de la historia. No hay dudas que la gente del interior, y del interior más profundo, es la que más sufre esa situación. No es poca cosa ver animales (a veces su único capital) agonizar de sed, o los cultivos literalmente morirse secos. Desesperación y angustia es lo que causa en muchos productores el hecho de no alcanzar el alto costo que implica una solución (aunque nunca soluciona plenamente el problema, por ejemplo para riego, alimentación especial del ganado, etc.). Pese a esta gravedad, no siempre pero sí muchas veces, hemos notado que la gente de la «gran ciudad», mira insensible para otro lado. Ahora les tocó a ellos sufrir las consecuencias de eso mismo, de lo que muchos creían que era cosa de la gente «de afuera». Pues no, ahora las consecuencias de la sequía la están sufriendo quienes allá lejos y al sur, no tienen suficiente agua de buena calidad ni para beber, no alcanza con abrir la canilla para tener el agua dulce que quieran. El problema no es nuevo, pasaron gobiernos de distintos colores y ninguno le hincó el diente al tema como ameritaba. Así que no aceptamos el oportunismo de querer hacer política ahora. Lo cierto es que ahora se sufren las consecuencias por descuido, desinterés, negligencia, o como usted quiera llamarle, de todo el sistema político. Por dar un ejemplo, Fernández Huidobro ya en el año 2010 se mostraba afligido porque preveía lo que está pasando. Incluso planteaba posibles soluciones. En definitiva, al menos dos grandes enseñanzas deberían quedar. Una, que en vez de distraerse tanto en otras cosas, los grandes responsables de conducir el país, debieran ocuparse de lo esencial, ¿hay algo más esencial que el agua? Y dos, el Uruguay es uno solo, basta de dividirnos, porque en el mismo barco vamos todos”.

Sin embargo la politiquería sigue…Y cada uno queriendo sacar la tajada más grande. Todo muy triste, muy lamentable.

Una nota sin firma publicada hace unos días en el Correo de los viernes (medio de comunicación colorado, algo a tener en cuenta) en una parte hace un planteo que, para coincidir o no, vale la pena leer y razonar: “Connotados dirigentes de la izquierda comienzan con sus relatos espectaculares sobre la escasez de agua en la zona metropolitana, obviando que ésta es consecuencia directa de una inevitable sequía que azota la región; aparecen los médicos de las «muertes evitables» a decir que el gobierno «envenena» a su gente con agua salada, pese a que la evidencia científica indica lo contrario; luego de los médicos, aparecen en escena los artistas militantes, «devastados» por la maldad de la «derecha»; luego llegan los «superhéroes«, Cosse y Orsi, para tomar las «medidas» que el «insensible» gobierno no toma; finalmente la bancada frenteamplista presenta una «batería» de deseos, que anuncia con bombos y platillos un exultante Pereira, que denuncia «falta de diálogo«. Vendrán luego las marchas y quizá algún caceroleo…”.

Claro, yo le recordaría también a este gobierno que es a él a quien a los uruguayos deben reclamarle hoy por la calidad de un servicio que pagan mes a mes, y si se atrasan en el pago le cobran intereses y si no pagan se lo cortan. No le podemos reclamar a un gobierno que ya no está. Pero tampoco puedo olvidarme, que el Frente Amplio en 15 años de gobierno no solucionó un problema que ahora, poco menos que dice que tiene una solución facilísima y la insensibilidad del gobierno actual no permite remediar.

Ni una cosa ni la otra. Sencillamente, el agua es uno de esos tantos asuntos que se debe asumir como tema de Estado, no de un gobierno o el otro. Lo que sí vemos de un gobierno y de otro, es que se distraen en si hubo una vivienda más o una menos entregada por tal o cual mecanismo, o si hubo una receta más o una receta menos en el Hospital Policial utilizada por fulano o mengano. No decimos que esas cosas no sean importantes, pero hay otras esenciales, porque mientras estamos en eso, literalmente la vida nos pasa por el costado, como un río… (de agua cuya calidad puede ser peligrosa). ¿Se entiende?

Fernando Pereira sostiene que su partido, en el período de gobierno anterior, dejó todo pronto para una represa. No, Pereira, lo que dejó fue un préstamos encaminado, cuyo trámite puede extenderse por mucho tiempo más. De lo contrario, si no hubiese sido así, ¿por qué no se hizo en 15 años? Y al mismo tiempo le preguntamos al gobierno actual: ¿la solución cuándo está previsto que llegue? ¿En este período, o harán como el Frente Amplio, es decir, dentro de un tiempo anunciar que dejaron todo preparado?

¿Podemos aceptar que desde la Intendencia de Montevideo se reclame al Gobierno Nacional que no vuelca recursos para una represa, cuando la propia Carolina Cosse hace unos años luchaba dentro de OSE para que más recursos se destinaran al Antel Arena y no a tal o cual obra del ente del agua? Parece absurdo…

Esto va a pasar. Ya pasará. Queremos decir, se va a solucionar el problema quizás antes de lo previsto y será luego solo un mal recuerdo. Pero de todo eso debemos aprender.

¿Empezaremos a prestar más atención ahora cuando se nos hable de la escasez de agua? ¿Comprenderemos que con el agua no se juega? Ojalá… ¿Haremos más caso ahora cuando las asociaciones ambientalistas nos sigan diciendo una y otra vez, que el vertedero a cielo abierto que tenemos en Salto (y en otros lugares del país también) ya está pudriendo todas las aguas subterráneas? Ojalá…

Porque todos hablamos de cuidar el agua, pero solo ante situaciones límites. De lo contrario seremos calificados como “sensacionalistas”, como lo fue en su momento Fernández Huidobro, que con toda razón advertía que había que ocuparse lo antes posible, “antes que lleguemos a ser los uruguayos un paciente crónico”.

Insistimos: ni una cosa ni otra. Hoy no se está muriendo gente, pero tampoco podemos dormirnos en los laureles como dice el refrán popular. Porque cuidado, con el agua no se juega.

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