Se celebra hoy el Día Internacional del idioma Euskera, por lo tanto todas los grupos vascos del mundo se adhieren a estos festejos. Salto no es ajeno a este evento y se suma a la actividad internacional desde el Centro Vasco de Salto.
“Es muy importante para nosotros el idioma porque es el que le brinda identidad al pueblo vasco. Existe un proyecto llevado adelante por José Francisco Cincunegui, cuya finalidad es difundir el idioma vasco en todo el mundo y a la formación de profesores”, comenzó diciendo la profesora Adela Soto de Beriau, presidenta del Saltoko Euskaldunen Taldea (Centro Vasco de Salto) a EL PUEBLO.
Este año se compartió un internado de profesores de Euskera para el dominio cabal de la lengua.
Conmemorando este día en el centro se desarrollarán algunas actividades lúdicas que incluyan vocablos en Euskera; también se piensa proyectar una película. Incluso en el correr del año se desarrollaron varios eventos de carácter cultural, recibiéndose la presencia del reconocido acordeonista vasco, Gorka Hermosa.
Vale decir que un cuento del Prof. Leonardo Garet fue traducido al Euskera y se encuentra en el País Vasco como material de enseñanza para los alumnos. “Queremos agradecer a la masa de asociados, ya que toda la agenda se pudo cumplir merced a su apoyo”, aseveró Soto.
HERMENÉUTICA DEL LENGUAJE VASCO
Más antiguos que los demás pueblos europeos, comparecen los vascos al pie de los Pirineos, y más antiguo que los demás lenguajes de Europa comparece el vasco o euskara. Lingüistas y filósofos están todavía ante el enigma del lenguaje vasco, su origen y desarrollo. Sus comienzos nos remiten a la Edad de Piedra. Las palabras para cuchillo, arado y hacha remiten a la raíz vasca aíz, es decir, a la raíz “piedra”.
Cabañas y casas de los vascos yacen a menudo sobre las ruinas de la Edad Megalítica. Lo mismo sucede con el origen del pueblo vasco. La leyenda vasca hace del lenguaje vasco el lenguaje de Adán y Eva en el paraíso.
Los vascos se asentaban ya al pie de los Pirineos antes de que las tribus arias de origen lingüístico indoeuropeo arribaran mucho después a la península ibérica. Nadie pudo realmente vencer o conquistar al pueblo vasco, ni los celtas ni las legiones romanas de las que recibieron el nombre latino de “Vascones”, ni siquiera los godos y tampoco los moros o árabes.
El propio Carlomagno sufrió una derrota decisiva en su retirada de una conquista española en el famoso valle de Roncesvalles, donde Rolando entró en combate con los vascos. Incluso cuando los vascos se encontraron mas tarde bajo dominio español y francés, siguieron conservando o bien lucharon por su libertad, tal y como la historia del nacionalismo vasco, las luchas por la libertad vasca y los movimientos de independencia lo demuestran hasta nuestros días.
Guernica es símbolo trágico de todo ello. Los vascos no han pasado jamás en su desarrollo histórico por una fase feudal, a diferencia de sus pueblos limítrofes.
A pesar de la asunción del cristianismo, no han tenido nunca un patriarcalismo religioso cristiano. Con su sentido innato de la libertad-en-comunidad o “libertad comunal”, así como su autonomía en solidaridad, los vascos son testigos de la más vieja democracia en el mundo occidental.
Su expresión está contenida en los famosos “fueros”, o sea, privilegios de autonomía regional, que, mantenidos por los reyes castellanos o franceses, representan una legalidad y justicia autóctonas, junto a una organización financiera y militar propia. Lo que el resto de Europa y América hubieran de conseguir mucho después y lentamente, o sea, tanto el ideal de la democracia como la libertad y la igualdad ante la ley, respeto a la persona y a la propiedad, forma comunal de votación y otros derechos humanos naturales, pertenecían a la tradición de la cultura vasca.
Incluso allí donde el vasco ha resultado portador de la industrialización y de la modernización, le han resultado intrínsecamente extrañas las ideas del capitalismo moderno, con su división de clases y su ideología agresiva. Dominio y esclavitud son palabras ajenas al vocabulario vasco. Y lo mismo vale de la discriminación sexual; no existe como tal. Hombre y mujer obtienen los mismos derechos en la economía doméstica y en la familia (baserria). La lengua de los vascos con sus aproximadamente ocho dialectos que se hablan en siete provincias es preindoeuropea y no está emparentada con ninguno de los lenguajes europeos.
A pesar de haber asumido el idioma vasco muchos extranjerismos, ha seguido manteniendo su carácter propio arcaico-original. Posiblemente la lengua vasca es el único monumento viviente de un lenguaje que fue hablado por tribus neolíticas que lo esparcieron por toda Europa y norte de África antes de la expansión de la familia lingüística indoeuropea.
La lengua vasca es, como testifican los lingüistas, musical y extremadamente compleja. Testimonio de la originalidad del vasco son aquellos caracteres que nosotros los modernos, descendientes de la familia lingüística indoeuropea, percibimos como “primitivos”: su falta de nombres colectivos, su falta de palabras para conceptos muy abstractos, y la presencia de muchas palabras onomatopéyicas.
La otra cara de éste fenómeno es que, dada la apertura del idioma vasco respecto a la pluralidad y diversidad de las experiencias humanas de la realidad, evita fácilmente el peligro de “hipostasiar” la realidad en conceptos generales abstractos, peligro en que recae la herencia platónica de nuestra metafísica occidental construida sobre la falsilla de la estructura lingüística indoeuropea; de este modo evita asimismo el idioma vasco la objetivación en “entes de razón”, o sea, de realidades puras o abstractas. Un “embrujamiento de nuestra razón por medio de nuestro lenguaje” (L.Wittgenstein) es un problema típico y específico de la tipología lingüística indoeuropea.
La lengua vasca es “aglutinativa” y consta de muchas composiciones de palabras. El sentido de las palabras depende en gran parte de la adjunción de sufijos y otras partículas a las raíces verbales.
El tipo lingüístico vasco es “sumativo-aditivo”: una sola palabra así formada puede fungir por toda una frase. La construcción de la proposición funciona a modo inverso respecto a la estructura de la frase indoeuropea. Así pues, no aparece en el punto central, el “sujeto” sino el “objeto” de la proposición.
En este mismo contexto hay que entender también la famosa “pasividad” del verbo: “El padre le ama” se convierte en “ El es amado por el padre”. Los conceptos indoeuropeos de “sujeto” y “objeto” no son adecuados para la lengua vasca. El vasco, de un modo similar a algunas lenguas americanas, como por ejemplo de las tribus Dakota, parece expresar en su estructura verbal una “actitud receptiva” respecto a la realidad y al mundo entorno.
Cosas y acontecimientos o sucesos no se captan desde el punto de vista distanciado de un observador o “conquistador” activo, sino desde ellas mismas. La realidad se experimenta en vasco como “acontecimiento” y “destino natural” o evento.
El propio “yo” humano precisamente con su “pathos” de libertad se coimplica en esta comunidad universal de lo real. El lenguaje vasco es en este sentido “hermenéutico”, es decir, abierto al mensaje de la realidad. Y he aquí que el sentido de la continuidad real así como la propia sencillez e independencia unidas al sentido indómito de la libertad y de la propia dignidad arrogante conforman precisamente el carácter vasco.
La lengua vasca es rica en formas concretas de expresión. A causa de su carácter “aglutinativo” está abierta, por así decirlo de un modo horizontal, a la realidad en devenir. El sentido vasco de la “igualdad” y la “libertad”, así como para la integración de individuo y comunidad, encuentran aquí sus raíces lingüísticas. El euskera evita clasificaciones categoriales y genéricas, así como ordenaciones jerárquicas y verticales en general. La especificidad del vasco radica en la captación y asunción de lo concreto y en la expresión de lo situacional, y no en el cultivo del culturalismo del pensamiento abstracto-distanciante. El vasco es el lenguaje de la participación en la vida, a veces dura, pero no es el lenguaje del observador distanciado.
Cuando el arquetipo mítico de lo patriarcal-masculino que ha troquelado a la cultura occidental, así como unidimensionalmente a un cristianismo patriarcal, se encuentra actualmente en crisis, nuestra re-visión de la más vieja cultura de Europa y de su simbolismo -la cultura vasca- ofrece una alternativa hoy olvidada respecto a la comprensión humana del propio yo, del mundo y de lo religioso. De este modo los vascos y su concepción originaria y primigenia de la realidad no nos aparecen como perteneciendo al pasado, sino al futuro del hombre occidental y de la humanidad occidental. Los vascos son un símbolo de la humanidad futura integral.
Lo humano no está dado, sino que ha de ser adquirido y, a menudo, incluso en resistencia contra lo inhumano, así como ganado frente a toda dominación y opresión”. Dr. Franz-Karl Mayr (Mitólogo y semiólogo, Innsbruk, Austria), en: “El matriarcalismo vasco. Deusto, 1988” – Por el Prof. Leonat Eguiazabal.
Celebran hoy el Día Internacional del Idioma Euskera
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