En la Parroquia Nuestra Señora del Carmen fue bendecida la boda de José Leonardo Cordero Díaz y Adriana Yanina da Silva, siendo acompañados por múltiples familiares y amigos, los que con su presencia les testimoniaron su afecto.
Una fina decoración se apreciaba sobre el altar y en ambos costados del presbiterio donde se ubicaron altos candelabros de varios brazos simulando ramas de árboles metalizados, sosteniendo velones blancos y cairelles transparentes, en los primeros y últimos bancos había ramos de fresias e ilusión blanca.
A la hora señalada ingresaron los hijos de la novia llevando los anillos para ser bendecidos, fueron ellos Ludmila y Nahuel Tejeira da Silva, ambos vestidos muy coquetos. Unos pasos más atrás del brazo de su papá Ercis da Silva les seguía la desposada, vistió modelo nupcial blanco, la parte superior corset de raso con apliques de guías encaje rebordado con cristales y perlas, del esbelto talle nacía la amplia falda de gasa, se extiende en traine, en el peinado lució detalle de flores de satén y perlas de donde se desprendía el largo velo de tul ilusión, el ramo de novia lo constituían pimpollos de rosas e ilusión con algo de follaje.
En el altar la esperaban el novio y su madrina de bodas Iris Larrosa, vistió modelo largo de gasa color violeta, mangas cortas transparentes, triángulo en el corsage y faja bordados en pailletes al tono.
El sacerdote oficiante bendijo la unión en emotiva ceremonia, contando con la participación de amigos y familiares más allegados en la lectura bíblica y las peticiones por la felicidad del nuevo hogar.
Finalizado el ritual en el atrio los noveles esposos fueron efusivamente saludados, posteriormente con una reunión social fue celebrado el acontecimiento.
Como muestra de afecto y amistad recibieron múltiples y prácticos obsequios que pasaron alhajar el nuevo hogar.
En la Parroquia Nuestra Señora del Carmen fue bendecida la boda de José Leonardo Cordero Díaz y Adriana Yanina da Silva, siendo acompañados por múltiples familiares y amigos, los que con su presencia les testimoniaron su afecto.
Una fina decoración se apreciaba sobre el altar y en ambos costados del presbiterio donde se ubicaron altos candelabros de varios brazos simulando ramas de árboles metalizados, sosteniendo velones blancos y cairelles transparentes, en los primeros y últimos bancos había ramos de fresias e ilusión blanca.
A la hora señalada ingresaron los hijos de la novia llevando los anillos para ser bendecidos, fueron ellos Ludmila y Nahuel Tejeira da Silva, ambos vestidos muy coquetos. Unos pasos más atrás del brazo de su papá Ercis da Silva les seguía la desposada, vistió modelo nupcial blanco, la parte superior corset de raso con apliques de guías encaje rebordado con cristales y perlas, del esbelto talle nacía la amplia falda de gasa, se extiende en traine, en el peinado lució detalle de flores de satén y perlas de donde se desprendía el largo velo de tul ilusión, el ramo de novia lo constituían pimpollos de rosas e ilusión con algo de follaje.
En el altar la esperaban el novio y su madrina de bodas Iris Larrosa, vistió modelo largo de gasa color violeta, mangas cortas transparentes, triángulo en el corsage y faja bordados en pailletes al tono.
El sacerdote oficiante bendijo la unión en emotiva ceremonia, contando con la participación de amigos y familiares más allegados en la lectura bíblica y las peticiones por la felicidad del nuevo hogar.
Finalizado el ritual en el atrio los noveles esposos fueron efusivamente saludados, posteriormente con una reunión social fue celebrado el acontecimiento.
Como muestra de afecto y amistad recibieron múltiples y prácticos obsequios que pasaron alhajar el nuevo hogar.
