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miércoles, 28 de mayo de 2025
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Boda Broll – Fernández

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Diario EL PUEBLO digital
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En el Juzgado de Paz, firmaron el acta que acredita su matrimonio los jóvenes Ángel Eduardo Broll Britos y Silvia Gimena Fernández Pereira, motivo por el cual fueron acompañados por familiares y amistades.
Firmaron como testigos presenciales de ambos, Ricardo Avondet, Ivonne Pereira, Pedro Broll y Sofía Rodríguez.
En horas de la noche en emotiva ceremonia celebrada en la capilla Nuestra Señora del Rosario en Barrio Burton fue bendecida la boda por el Diácono Manuel de la comunidad de la parroquia de la Santa Cruz.
Una alfombra roja se extendió desde la vereda hasta el altar, la puerta de ingreso fue delineada con guirnalda de globos blancos y amarillos, en ambos costados sobre pedestales había destacados arreglos florales en ambos colores y cintas amarillas, bouquet de rosas y leve follaje se veía sobre el altar, los bancos fueron unidos con cintas amarillas y ramilletes de flores ilusión y azahares.
La novia ingresó al templo del brazo de su papá Eduardo Fernández, vistió modelo nupcial de procedencia China especialmente diseñado para ella, confeccionado en seda pesada color marfil, corsage sin mangas y cuello Mao, delineadas las terminaciones con bordados en canutillos y piedras amarillas y doradas, del talle largo nace la falda  de corte sirena con breve traine, complementó su atuendo con mitones largos de seda bordado con canutillos blancos formando triángulos, sus cabellos peinados apenas recogidos lucieron tocado de pequeñas flores blancas de donde nacía el velo largo de tul nevado.
Se adelantaron a su paso llevando los anillos los niños Ronaldo Leivas y Yanina González.  En el altar la esperaban el novio, el oficiante y los restantes padrinos, Eduardo Fernández y Yaqueline Pereira, Luis Alberto Broll  y Juanita Britos.
Las madrinas lucieron elegantes modelos negros, la mamá de la novia lució vestido  de raso estampado con flores plateadas, corsage de escote redondeado y mangas largas.
La madre del novio vistió modelo sin mangas y falda de suave movimiento revestida el frente con vuelos combinando telas, bordadas, recamadas, de encaje y plisadas.
Durante la ceremonia se escuchó un tema de Natalino.
Finalizado el ritual la gentil pareja en el atrio fue saludada, posteriormente con una reunió social en Parador Ayuí se festejó el acontecimiento.
El mismo fue muy bien decorado, en el recibidor habían espejos y  puf blancos, acompañaban dos carretillas blancas, una con telas amarillas y lilas y la foto de la pareja junto su pequeño hijo Bástian Santino, la restante portaba la canasta con los souvenirs, eran corazones lilas decorados con rositas amarillas y la frase de agradecimiento por haberlos acompañado, iluminaba el diseño mesas bajas con veladoras blancas.
En el salón se multiplicaban las telas en ambos colores, la mantelería que cubrían las mesas en armonía, los centros eran  fanales de vidrio con un velón encendido.
La pareja ingresó al salón mientras se oía la canción  “Volví a nacer” de Carlos Vives, la velada transcurrió plena de sociabilidad y alegría,  el baile con reparto del cotillón fue disfrutado por todos los presentes. Llegado el momento del brindis tomó relevancia la mesa principal donde estaba la torta de bodas de forma oval bañada de fondant blanco y punto perdido amarillo, la rodeaba ancha cinta y moño al tono, para culminar con dos palomas sosteniendo las alianzas, acompañaban dos candelabros con velas blancas. A su lado había otra mesa con los variados postres y y tortas heladas. Recibió la pareja múltiples y prácticos obsequios que pasaron alhajar el nuevo hogar.

En el Juzgado de Paz, firmaron el acta que acredita su matrimonio los jóvenes Ángel Eduardo Broll Britos y Silvia Gimena Fernández Pereira, motivo por el cual fueron acompañados por familiares y amistades.

Firmaron como testigos presenciales de ambos, Ricardo Avondet, Ivonne Pereira, Pedro Broll y Sofía Rodríguez.

En horas de la noche en emotiva ceremonia celebrada en la capilla Nuestra Señora del Rosario en Barrio Burton fue bendecida la boda por el Diácono Manuel de la comunidad de la parroquia de la Santa Cruz.

Una alfombra roja se extendió desde la vereda hasta el altar, la puerta de ingreso fue delineada con guirnalda de globos blancos y amarillos, en ambos costados sobre pedestales había destacados arreglos florales en ambos colores y cintas amarillas, bouquet de rosas y leve follaje se veía sobre el altar, los bancos fueron unidos con cintas amarillas y ramilletes de flores ilusión y azahares.

La novia ingresó al templo del brazo de su papá Eduardo Fernández, vistió modelo nupcial de procedencia China especialmente diseñado para ella, confeccionado en seda pesada color marfil, corsage sin mangas y cuello Mao, delineadas las terminaciones con bordados en canutillos y piedras amarillas y doradas, del talle largo nace la falda  de corte sirena con breve traine, complementó su atuendo con mitones largos de seda bordado con canutillos blancos formando triángulos, sus cabellos peinados apenas recogidos lucieron tocado de pequeñas flores blancas de donde nacía el velo largo de tul nevado.

Se adelantaron a su paso llevando los anillos los niños Ronaldo Leivas y Yanina González.  En el altar la esperaban el novio, el oficiante y los restantes padrinos, Eduardo Fernández y Yaqueline Pereira, Luis Alberto Broll  y Juanita Britos.

Las madrinas lucieron elegantes modelos negros, la mamá de la novia lució vestido  de raso estampado con flores plateadas, corsage de escote redondeado y mangas largas.

La madre del novio vistió modelo sin mangas y falda de suave movimiento revestida el frente con vuelos combinando telas, bordadas, recamadas, de encaje y plisadas.

Durante la ceremonia se escuchó un tema de Natalino.

Finalizado el ritual la gentil pareja en el atrio fue saludada, posteriormente con una reunió social en Parador Ayuí se festejó el acontecimiento.

El mismo fue muy bien decorado, en el recibidor habían espejos y  puf blancos, acompañaban dos carretillas blancas, una con telas amarillas y lilas y la foto de la pareja junto su pequeño hijo Bástian Santino, la restante portaba la canasta con los souvenirs, eran corazones lilas decorados con rositas amarillas y la frase de agradecimiento por haberlos acompañado, iluminaba el diseño mesas bajas con veladoras blancas.

En el salón se multiplicaban las telas en ambos colores, la mantelería que cubrían las mesas en armonía, los centros eran  fanales de vidrio con un velón encendido.

La pareja ingresó al salón mientras se oía la canción  “Volví a nacer” de Carlos Vives, la velada transcurrió plena de sociabilidad y alegría,  el baile con reparto del cotillón fue disfrutado por todos los presentes. Llegado el momento del brindis tomó relevancia la mesa principal donde estaba la torta de bodas de forma oval bañada de fondant blanco y punto perdido amarillo, la rodeaba ancha cinta y moño al tono, para culminar con dos palomas sosteniendo las alianzas, acompañaban dos candelabros con velas blancas. A su lado había otra mesa con los variados postres y y tortas heladas. Recibió la pareja múltiples y prácticos obsequios que pasaron alhajar el nuevo hogar.

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