-Faltó preguntarle al «Quique», cómo estaba. Qué tiempo era ese, su tiempo, como uno más en el Hogar Municipal de Ancianos.
-Faltó preguntarle al «Quique» cómo se llevaba con los afectos de antes y si esos afectos se sumaron en todo estos últimos meses, para que la soledad no lo postergara tanto y no padeciera el dolor de sentirse, acaso lejano, acaso distante, de su gente, de su barrio, de su Cerro….de esos colores que amó a partir de su fidelidad. Y de la elocuencia de ese humano sentir.
-Faltó preguntarle al «Quique» si quienes hoy lamentamos su muerte, le regalamos un tiempo nuestro para tenderle una mano, para descubrir el abrazo….de esos que juntan corazones. De esos mismos. De esos.
-Faltó preguntarle al «Quique» si para nosotros, él significaba tan solo una anécdota en el fútbol, un personaje de esos incurables y bonachones que cada vez existen menos.
-Faltó preguntarle al «Quique»si sabíamos muchos de los que hoy nos asociamos al pésame por su muerte, que día nació y si en algún cumpleaños, nos fuimos al Hogar Municipal, tan solo para que nos vea. Tan solo para que sienta que la soledad es cosa de otros, pero no de él.
-Faltó preguntarle al «Quique» si en estos últimos fines de año, alcanzó la feliz recompensa de algún reencuentro o caso contrario, alguna lágrima le fue brotando desde la desolación.
-Falto preguntarle al «Quique». Faltó preguntarte.
No hay caso, el «Quique Risa» fue flor de personaje. El de la cancha y el del Cerro.
El de la cantina y el tinto para compartir.
El de la ocurrencia en ese grito atronador ayer y nostálgico hoy. Ese «Bien de bien», producto de su creación de hincha.
Bien desde ese, su abajo, su mundo.
Entre humilde y pobre, pero hasta de repente, con su libertad a cuestas. Sin barrotes. Sin jaulas.
A la sombra de algún árbol de ahí nomás donde nace la costanera norte, para echarse una siesta. ¡Qué solo falta cerrar los ojos, para procurarse la aventura de soñar!.
Y el domingo, Cerro. El Cerro del «Quique Risa». El albiceleste. Esos colores. Esa pasión.
Lejos de la tribuna. Contra la alambrada.
¡Es el hincha que siente los colores hasta las tripas y venga a ver!
¡El que no deja de creer en el mañana distinto, pleno y total!
Aunque gane Cerro, aunque pierda Cerro, aunque empate Cerro….¿importa a veces tanto el resultado o esa magia propia de los momentos memorables, de sentirse uno como uno más?
Por eso «Quique», por eso tu muerte obliga al repaso.
Del buenazo de siempre, sobrellevando la mochila de tantos porqué, que de repente no conocimos o no supimos de ellos.
El «Quique» bien personaje. Ese mismo.
Al que faltó preguntarle.
¿Te das cuenta «Quique» que faltó preguntarte?
¿Te das cuenta?
-ELEAZAR JOSÉ SILVA-
