Si no hubiese pasado lo que pasó el domingo en ocasión del juego entre Nacional y Ferro Carril por la primera fecha de la liguilla en la “A”, seguramente que los árbitros en particular y el fútbol en general, condenarían al olvido algunos hechos puntuales de violencia que se originaron este año. Más que en la “A” y en la “B”, en categoría Sub 21 y Consejo Único Juvenil, en que justamente los jueces no condicionan sus presencias al amparo policial. En ese ámbito, más de una tensión patentada, sobre todo por obra y gracia de quienes desde el rol de aficionados, sacan chapa de patoteros, con el fútbol volviéndose parte del eclipse mismo.
Lo real y concreto, es que lo sucedido reavivó la memoria. ASDAF paró el fútbol de todas las categorías, los tribunales de la Liga en un plano secundario, los inocentes involucrados en la correntada. No hubo clemencia para nadie. ASDAF igualó a todos. Pasó la motosierra: cortó las patas y el fútbol se arrodilló hasta bordear la caída!.
DE DICTADOS Y
COMPROBACIONES
A esta altura de los hechos, un aspecto por sobre todo: la gremial de los jueces fue adquiriendo un poder, que se tornó incontrolable para los propios clubes. Incluso, el contrato que regula el vínculo económico entre las partes, ofrece una ventajosa realidad a la cuenta de los jueces, mientras el empleador (no otro que la Liga), resolla por la herida abierta: los representantes de la casa del fútbol firmaron un documento que poco menos que es un gol en contra. El neutral Fioriti (visitante ocasional en el recinto de la Liga), dejó el moretón en el texto redactado, como consecuencia de su impericia argumental para el desarrollo de la función. Y hasta ahora la Liga está pagando las consecuencias. La Liga se fue atando de manos.
Y en el entorno de esta marea vigente, desde los clubes la necesidad de demostrar que ASDAF “no manda más que nosotros”. Sin embargo, ASDAF paralizó el fútbol. Y los clubes, absortos observadores de la realidad contraria. Los jueces y la tentación del poder al que se abrazaron.
LA MALDICION DE
LOS CORRIMIENTOS
Tema clave para entender el tiempo presente: el corrimiento de las áreas. La invasión de un área a otra. Los jueces pretenden que “todos reflexionemos sobre la violencia”, llama a “rever conductas” y la aplicación de normas que son capaces de someter los brotes de violencia.
Pues bien: ESA ES UNA MISION DE LOS DIRIGENTES, NO DE LOS ÁRBITROS. Los jueces debieran delimitar su propia área de acción. Es como si mañana los dirigentes del fútbol incursionaran en un punto particularmente polémico: por qué el distanciamiento de ASDAF con respecto a los Instructores de OFI (Jean Martínez-Federico Margal) o porque algunos jueces no entrenan con la rigurosidad que debieran hacerlo. El corrimiento ha sido fatídico. La superposición de roles. La enfermiza tendencia que el que no sabe, igual opina. Que el inepto también se siente apto y en definitiva, terminan todos sumándose a favor de la mediocridad y dividiendo en pro de la dignidad.
De lo que no hay dudas: la Liga Salteña en su tránsito hacia los 100 años de vida (será en el 2011), no merece esta cuota del arrebato conceptual, del sentido común bastardeado y sobre todo, la lucha de poderes absurda.
No ha sido por momentos la pretensión de imponer una tesitura analítica, más bien, el alocado enroque de posiciones en el tablero de las conveniencias sectoriales, donde jamás el poder en cada caso dibujará precisamente el rostro de la vergüenza.
-ELEAZAR JOSE SILVA-
