Del seminario «Luces y sombras del bicentenario en América Latina», organizado por la Sociedad Interamericana de Prensa, recientemente cumplido en Buenos Aires en el marco de la 65 Asamblea de la SIP, han surgido análisis y exposiciones muy destacadas.
En relación a los gobiernos y gobernantes, ha sido muy clara la afirmación de que en muchos casos hay gobiernos que siguen tomando la llegada al poder como si se tratara de la obtención de un botín de guerra.
Si bien los disertantes han hecho específicamente algunas salvedades, entre las que se cuenta la del actual gobierno uruguayo conducido por el Dr. Tabaré Vázquez, a quien se puso como contraejemplo de esta actitud, sabemos que no en todos los casos, ni en todos los gobiernos se obra de la misma forma. En los casos de gobiernos municipales o algunas áreas incluso del gobierno nacional, subsisten algunos vicios como el amiguismo, el clientelismo político o lo que es peor, la colocación en cargos públicos de familiares o amigos, en flagrante violación de los derechos de los demás habitantes de país de aspirar con iguales derechos a dichas funciones.
Esto que es tan viejo como conocido, sin embargo se sigue cobijando, se sigue de alguna manera escondiendo o minimizando, sin reconocer que constituye un grave daño al propio sistema y ni que hablar a la fuerza política que lo practica.
El escritor Rodolfo Terragno y la historiadora María Sáenz Quesada subrayaron que las sociedades deben «aferrarse» a las excepciones para modificar la historia, en alusión a los gobiernos de Tabaré Vázquez, de Michelle Bachelet y el concepto que impulsó y practicó el desaparecido Raúl Alfonsín en Argentina.
Dijeron que suele suceder en las dictaduras, pero también es común en los Gobiernos elegidos por el voto popular», señaló Sáenz Quesada al disparar el debate.
«Los políticos llegan al poder con los votos de la mayoría y luego se concibe gobernar como parte de un botín de guerra. Y dentro de ese botín está el reparto de dineros públicos, la publicidad oficial, el apoderamiento de todo lo que el Estado tiene para distribuir», indicó.
Terragno, uno de los principales referentes de la centenaria Unión Cívica y Sáenz Quesada hicieron un repaso de las restricciones a la libertad de expresión durante buena parte de la historia argentina, con énfasis en los tres Gobiernos de Juan Domingo Perón y en la última dictadura militar (1976-1983).
En ese sentido, Terragno destacó que «el mundo camina hacia el fin de los censores gracias al advenimiento de las nuevas tecnologías de la comunicación».
«Nunca antes tanta gente pudo comunicarse con tanta gente. Y los Gobiernos no están preparados para esto. Sólo lo están los editores y los periodistas porque saben qué es una noticia», remarcó.
«Llegará un momento en que los Gobiernos no podrán impedir la circulación de la información. Va a ser imposible la tarea de coartar, de restringir», afirmó el autor, entre otros libros, de «La Argentina del siglo XXI».
Argumentos que merecen escucharse
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