Tomamos contacto con la Lic. Mónica Adan da Silveira, Movilizadora Comunitaria de la Comisión Honoraria de Lucha Contra el Cáncer. La licenciada Adan nos deja todas las recomendaciones acerca de los cuidados que debemos tener con el sol, principalmente en verano.
Sabemos que el sol es fundamental para la vida, nos da luz, calor, es fuente de energía y es parte de nuestro ambiente. Pero también sabemos que la luz del sol emite diferentes tipos de radiaciones, entre los que se encuentran los rayos ultravioletas (UV) que no podemos ver ni sentir, las que recibidas en exceso dañan la salud de nuestra piel, ojos y sistema inmunológico.
Durante muchos años, ya sea por placer o por actividad laboral, nuestra población adquirió el hábito de exponerse al sol con las consecuencias negativas para la salud que esto acarrea.
Actualmente, y en base a toda la información científica con que contamos, es posible ver un cambio en el comportamiento de las personas. Hoy en día son muchas las personas y las instituciones que están tomando las medidas de protección necesarias para lograr que las actividades al aire libre sean plenamente saludables.
Se dice que la piel tiene memoria, esto quiere decir que a lo largo de toda la vida en ella se acumulan los efectos de la radiación UV del sol. El bronceado es sinónimo de piel dañada, cuando la piel cambia de color está respondiendo a la agresión de los rayos UV del sol, no existiendo el bronceado sin riesgo.
¿Entonces, no existe bronceado saludable?
No, no existe bronceado saludable. El bronceado es evidencia de daño en la piel. El color de la piel se debe a la concentración del pigmento cutáneo llamado melanina. Este pigmento producido por células llamadas melanocitos, es la principal defensa contra la irradiación UV. A medida que la melanina aumenta con la exposición solar, la piel se broncea más, sin embargo, este bronceado que culturalmente se le llama de “saludable” es un signo del daño producido por el sol. El riesgo aumenta con la intensidad de la exposición, por ello tienen más riesgo las personas expuestas crónicamente como lo son los trabajadores rurales, de la construcción, vialidad, jardines, cuadrillas, pescadores, guardavidas y otros.
Se ha comprobado que el 80% del daño a causa de la exposición a la radiación UV ocurre antes de los 18 años. La piel de los niños es más fina y sensible a los efectos del sol, por ello los niños menores a un año no pueden ser expuestos directamente. Por eso, si desde pequeños la protegemos, disminuimos el riesgo de alteraciones que van desde quemaduras, manchas, acartonamiento y arrugas, hasta el cáncer de piel en sus diferentes tipos.
Es imprescindible entonces que todos quienes trabajan o viven con niños y jóvenes integren el tema de la protección solar a nivel del propio autocuidado y en su tarea cotidiana.
¿A nivel de cifras, cómo está nuestro país?
Cuando se habla de cáncer de piel se incluye al melanoma y el cáncer de piel no melanoma. El cáncer de piel es el de mayor incidencia a nivel mundial.
Las cifras en nuestro país indican que cada año se registran 3209 casos de cáncer melanoma y no melanoma, esto indica 9 casos detectados cada día. En relación con las muertes por estos cánceres, cada año se registran 164. Es importante recalcar que el 95% de los casos de cáncer de piel son curables y tratables si se detectan a tiempo.
¿Qué elementos tener en cuenta para el cuidado de la piel?
Horario
Si bien no existen horarios buenos y horarios malos, hay que evitar la exposición directa al sol entre las 10 y 16 horas cuando la radiación UV es más intensa.
Seguir la regla de la sombra: cuanto más pequeña es la sombra de tu cuerpo, mayor riesgo se corre.
Vestimenta
De trama compacta que cubra lo más posible hombros, brazos y piernas.
Colores oscuros, en la gama del azul, rojo o colores brillantes o fluorescentes. Frente a ropa clara que refleja los rayos infrarrojos, la ropa oscura protege mejor de los rayos de sol.