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domingo, 11 de mayo de 2025
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Análisis de redes sociales (ARS): nuevos vientos en la investigación social

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Diario EL PUEBLO digital
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Nuevos vientos soplan en las metodologías de investigación social. Uno de ellos son los enfoques y métodos del análisis de redes sociales (ARS); su potencialidad en torno a la cooperación interdisciplinaria entre distintos tipos de ciencias, es crecientemente reconocida. Desde 1978 comienza a funcionar la asociación profesional INSNA (International Network for Social Network Analysis); al mismo tiempo se realizan conferencias y congresos específicos (tales como Sunbelt) y surgen numerosas revistas especializadas, tales como Social Networks, Journal of Social Structure, o REDES, entre otras. Linton C. Freeman, un pionero en esta área, indica que el análisis de redes sociales ha reinventado la sociología.
En el siglo XVIII el matemático Leonhard Euler (1741) desarrolla la teoría de grafos, base matemática del ARS. Los estudios de grupos pequeños mediante sociogramas que investiga Jacob Moreno en los años 40 – 50, los problemas del «mundo pequeño» -de Sola Pool y Kochen (1978) —, los trabajos experimentales de Milgram (1967) – los «seis grados de separación» —, los análisis de Barabasi (1999) sobre redes libres de escala, muestran intersecciones relevantes entre modelos matemáticos y análisis social.
Los metodólogos formados en la versión clásica del análisis de datos (con unidades de análisis, variables y valores), se enfrentan hoy a una actualización metodológica importante. El estudio ya no solo se limita a las características de los individuos (o unidades de análisis) y a la asociación entre variables. El ARS incorpora las relaciones entre los individuos (en general, los nodos), y las características agregadas de la red en general, mediante matrices reticulares.
La dinámica de este enfoque se refleja en el desarrollo de nuevas métricas y softwares específicos como el Ucinet, Pajek, Node XL, I-Graph de R, y muchos otros.
¿En qué nos ayuda para entender distintos fenómenos sociales el ARS? No es fácil resumir todas las aplicaciones de este tipo de técnicas. En el CIEA – UNTREF hemos compilado un libro digital (La vida en Redes, 2019) que resume varios aportes del ARS a la investigación social concreta. Se analiza con ARS un clúster productivo de frutas finas en la Patagonia (Masello, Chuchco), y una red de cooperativas de engorde porcino (Chuchco). Se analizan redes de colaboración e intercambio económico (de hecho, es extraño que este tipo de análisis no esté más generalizado en la economía). En el libro se presentan también aplicaciones al deporte y el fútbol (Conde, Bundio), a las redes de las elites propietarias en Chile (Cárdenas), al análisis del delito complejo (Silva), a los colegios invisibles (Paredes), liderazgos políticos (Oliva, De Angelis), y a los conflictos interreligiosos (Oliva), entre otras aplicaciones.
Las redes son modelizaciones de fenómenos sociales. Y un concepto central para comprender y modelizar las estructuras de red es el de la conexión potencial. Con el término «asociación impersonal», Tönnies (1947) describía relaciones sistemáticas que vinculan a miembros de una determinada comunidad aunque no se encuentren en ningún momento en contacto directo.
Una red social está compuesta también por relaciones potenciales. Por ejemplo, quien habla español, puede potencialmente conectarse con otros hispanoparlantes, e interactuar con otros 400 millones de personas. Obviamente no hablará con todos ellos, pero la potencialidad de las conexiones existe, mediante una red de convenciones arbitrarias de lenguaje. Los idiomas con más hablantes generan una red potencial más extensa.
De un modo similar, si un individuo se une a Twitter potencialmente podría interactuar con todos sus usuarios (unos 145 millones). Como los lazos sociales consumen tiempo, la cantidad de conexiones que este individuo puede establecer en su corta vida, está restringida – una restricción cuantificada mediante el número de Dunbar (Arnaboldia, Dunbar, 2017) —.
La moneda también es una red de intercambio potencial. Quien tiene dinero, potencialmente puede intercambiar con otro individuo productos o servicios; algunas monedas (dólares, euros) tienen una red de intercambio potencial más amplia que otras. Y es común que para el atesoramiento predominen monedas con redes de intercambio potencial amplio (euros, dólares).
Muchas de estas redes de intercambio potencial nos vienen dadas. Habitualmente un individuo no elige la religión, o el lenguaje materno, o la moneda mediante la cual realiza sus intercambios. Por el contrario, otros tipos de redes sociales son de participación voluntaria, como estar o no en Twitter.
Este tipo de técnicas también son aptas para el análisis de fuentes de información novedosas, como datos de redes sociales on line y otras fuentes de datos no estructuradas. Se avanza hoy en día en convertir la información abierta, en bases de datos estructuradas.
También existen aplicaciones al conflicto social. Existen redes sociales incompatibles: por ejemplo, es imposible ser de izquierda y derecha, o de Boca y River, o ser católico y musulmán al mismo tiempo. Y tanto en política, cultura, religión o deporte (entre otros), se generan conflictos sociales muy serios.
Los métodos y abordajes del análisis de redes sociales permiten avanzar en modalidades de investigación interdisciplinaria. Estas técnicas abren nuevas áreas de complementación y cooperación mutua entre académicos, científicos y técnicos. Es una tarea difícil: inventar o fusionar conceptos de ciencias diversas es un esfuerzo sobre el cual no hay tanta experiencia o recursos. Pero es notable la creciente presencia de físicos y matemáticos en la disciplina ARS, posiblemente una tendencia creciente que en el futuro redefinirá los límites de las ciencias sociales. En las próximas décadas, posiblemente encontremos fusiones entre ciencias naturales y sociales.
En los últimos años, avanza el ARS en las ciencias sociales latinoamericanas. Diversas iniciativas dan cuenta de esto, como la creación de ALARS, la Asociación Latinoamericana de Análisis de Redes Sociales.
Asimismo, es necesario trabajar en la incorporación de estos temas en la enseñanza de metodología de investigación en nuestros países. Se trata de un área de conocimiento dinámica que tiene amplias posibilidades de aplicación, y de aumentar la relevancia y la potencia analítica de las ciencias sociales. En ese sentido, resulta útil entusiasmar en estos enfoques a los investigadores latinoamericanos, y a aquellos que nos van a seguir en el camino de la investigación social.
Dr. Miguel Oliva, Sociólogo y
Doctor en Ciencias Sociales (UBA).
Profesor adscripto al Centro
Interdisciplinario de Estudios
Avanzados, CIEA.
Universidad Nacional Tres
de Febrero, UNTREF.
UBA, Universidad de Buenos Aires.

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