Días pasados cumplió quince años Ana Josefina Campi Roselli, compartió su noche de fiesta con familiares y amigos.
Sus padres Luis Martín y Ana Clara junto a sus hijos Anabella y Sebastián organizaron la fiesta que brilló por toda la madrugada.
El salón presentó una decoración acorde al momento con motivos alusivos y mucho color, en el recibidor había alto candelabro con veloncitos amarillos entrelazados con arreglo floral y follaje, del otro lado estaba el cuadro destinado a recoger las firmas y mensajes de felicidad de cuantos le acompañaron esa noche.
En el salón guías de globos amarillos y anaranjados surcaban el recinto de lado a lado, en diferentes ángulos habían pedestales con destacados arreglos florales silvestres, se sumaban helechos colgantes dándole un toque de verdor a la ambientación. Los invitados a medida que iban llegando se fueron ubicando en torno a mesas tendidas con mantelería blanca y senderos de gasa amarillos y anaranjados, formaban torzada al medio cubriendo la base del candelabro con velón, flores y brillantes hojas muy verdes.
Llegada la media noche cuando ya estaban todos los invitados Josefina y su papá iniciaron el vals dando por inaugurada la fiesta, continuó la danza con su hermanos, otros familiares, amigos y compañeros de estudios. Posteriormente ritmos de moda se pusieron al aire siendo estos toda una invitación al baile, sobre la madrugada se repartió el cotillón y se hicieron juegos de serpentinas y se rompieron los globos cristal rellenos de papelitos brillantes que formaban racimos en el centro de la pista.
La quinceañera realzó su juventud vistiendo modelo diseñado por ella realizado en crep satén blanco, corset bordado con guías de cristalitos formando flores y hojas, amplia falda revestida de tul nevado, para el momento del cotillón la cambió por otra más corta adelante realizada con varias capas de tul amarillo, estilo rumbera, en su peinado juvenil lució torzada de tul entrelazada con hilos de cristalitos.
Luego de la cena y mientras saboreaban el helado un primo llegado de Rivera deleitó a los presentes interpretando melodías acompañándose con guitarra, le obsequió una canción que había compuesto especialmente a su prima.
Llegado el momento de elevar las copas en el brindis compartido la familia se ubicó detrás de la mesa principal tendida con delicado mantel de encaje color ocre y viso amarillo intenso, encima estaba la torta de cumpleaños en forma de almohadón de color marfil con detalles en su decoración de amarillo y sobre un costado ramillete de flores al tono e ilusión blanca, acompañaba el árbol de la vida en cuyos quince brazos estaban los veloncitos circulares amarillos. Luego de soplar y pedir los deseos, llamó a quince personas más allegadas para irlos entregando junto a palabras de agradecimiento y amistad.
Antes de finalizar la reunión la quinceañera se paseó por las mesas entregando los souvenirs, eran delicadas piezas de porcelana fría con imanes para los mayores y confituras graciosamente envueltas para los jóvenes, en ambas se adherían las tarjetitas de agradecimiento por haberla acompañado en este su día feliz.
Recibió muy lindos y finos obsequios.
