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Ana Irene Barla: «como toda mujer hago mil cosas a la vez… Apoyo y admiro a toda mujer que va tras sus proyectos, se empodera y empodera a las demás»

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Arquitecta, docente, tenaz luchadora por la inclusión educativa

Esta es la primera nota del informe que continúa en la página 7 a la 13, donde El Pueblo entrevista a mujeres salteñas en este domingo 8 de marzo Día Internacional de la Mujer
Ana Irene Barla Zunini tiene 45 años, casada, tiene 3 hijos: Abril, Graziana y Bautista. Es Arquitecta (egresada de UdelaR), Diplomada en Innovación y Creatividad para la Educación (por la Universidad de Salamanca) y en Defensa Internacional de DDHH (por la Universidad de Zaragoza y Centro Latinoamericano de DDHH, CLADH), además de docente y ferviente defensora de los DDHH a la Educación. En diálogo con este diario para el presente informe comienza expresando que «como toda mujer hago mil cosas a la vez, me ocupo de mí y mi familia, trabajo, tengo mis horarios y los de mis 3 hijos, ¡las madres entenderán a qué me refiero! (risas) La grilla a veces se torna complicada pero se puede. Apoyo y admiro a toda mujer que va tras sus proyectos, que se empodera y empodera a las demás; mujeres líderes que motivan a otras para luchar por oportunidades».ANA IRENE BARLA (1)
-¿Cómo surge su inclinación por la Arquitectura?
En un primer momento había decidido estudiar Economía, Facultad a la que concurrí un año en Montevideo. Durante el paro de 1994 comencé un curso de Diseño de interiores en un instituto particular que era dictado por una Arquitecta, por lo tanto nos hacía hacer planos y cortes; allí descubrí el mundo creativo del diseño del que me enamoré hasta el día de hoy. Tuve que «volver al liceo» porque tenía que rendir materias de otro bachillerato para poder ingresar a Arquitectura. Recuerdo que algunas personas me decían: «volviste atrás, al liceo», a lo que les respondía: cuando uno va tras su sueño, ¿va hacia atrás o hacia adelante? Comencé Arquitectura en la Regional Norte y luego debí continuar en Montevideo. Cuando estaba por terminar mi carrera me casé e hice el último año de Carpeta viajando.
-Vino después la etapa de docencia…
Comencé en la enseñanza en la UdelaR en 2005, en Facultad de Arquitectura, en Regional Norte. En 2012 empecé a dar clases en Secundaria, me gusta mucho trabajar en Proyectos Educativos Interdisciplinarios. Veo que enriquece aún más el aprendizaje, los alumnos se vuelven más autónomos, aprenden a trabajar en grupos, lo que implica ceder, negociar, aceptar las ideas del otro; y todo ello enseña para la vida…
-Y siempre muy atenta a la inclusión educativa…
Desde que comencé a trabajar en Secundaria he tenido alumnos con distintas discapacidades. Ahí comencé a trabajar con las Adecuaciones Curriculares. Recurrí a las madres de mis alumnos con discapacidad para poder comprender mejor la situación que vivían y cómo podía desde la enseñanza-aprendizaje ayudar. No tenía experiencia en discapacidad, mi hijo Bautista que tiene Síndrome de Down, no era aún nacido y no había tenido relación directa con el tema hasta el momento. Comencé allí a visibilizar muchas situaciones y a darme cuenta que hay muchas cosas sencillas que podemos hacer en lo cotidiano y que los beneficia. Solo necesitamos escuchar las realidades. Hice y hago cursos para formarme en Educación Inclusiva. Debemos tener una formación continua para poder atender las necesidades nuevas y cada vez más comunes de las aulas. Comparto plenamente el concepto de Diseño Universal de Aprendizaje (DUA), se puede planificar y realizar actividades para todos. Necesito conocer mi alumnado, actuar en consecuencia y que logren calidad en el aprendizaje.
-Ese interés suyo en el tema ¿surge por algo en especial?
Me sensibilizó mucho el derecho a la educación cuando le negaron el ingreso a mi hijo en un centro educativo, hicimos la denuncia y fue constatado por el Instituto Nacional de Derechos Humanos que hubo vulneración del Derecho Humano a la Educación de nuestro hijo. Acudimos en ese entonces también con mi esposo a la Comisión de DDHH del Parlamento ya que en Uruguay contamos con la ley 18.418 (de 2008), que ratifica la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (ONU, 2006), la ley 18.437, Ley General de Educación (2008), ley 18651, Protección Integral de Personas con Discapacidad (2010) y el Protocolo de actuación para la inclusión de personas con discapacidad en los centros educativos (2017), además de tratados internacionales con UNESCO y UNICEF. Cito las leyes de nuestro país que protegen a las personas con discapacidad, en este caso referentes al tema Educación para visualizar que hay un marco legal y aun así sigue habiendo casos de negación de ingreso hacia las personas con discapacidad.
-Por lo tanto en su caso está doblemente involucrada, como madre y como docente…
Como mamá de un niño con discapacidad, visualizar, promover, generar conciencia, ponerse en el lugar del otro, empoderar, son acciones que me ocupan. Desde que se ha comenzado a utilizar el concepto de persona con discapacidad, tenemos un aliado para defender sus derechos, los Derechos Humanos. Como expresa Luis Pérez Aguirre «No se puede respetar a los derechos humanos sin tener la íntima convicción de que cada ser humano, por el hecho de ser tal, puede y debe en todo momento ser defensor y promotor de ellos». En cuanto al tema educativo es muy importante porque es el primer ensayo que todos hacemos de vida en sociedad. Voy a contarte una anécdota de mi hijo Bautista del jardín al que concurre. El año pasado hacía nivel 3 inicial, a la hora de merendar tenían que sacar el vaso, plato, servilleta, para poner en la mesa; uno de sus compañeritos lo ayudaba a sacar esas cosas de la mochila. Un día ese amiguito le dice a la maestra que él se iba de viaje unos días y que no iba a ir al jardín, pero que ya había dejado arreglado con otro compañero que iba a ayudar a Bauti a sacar las cosas de su mochila. Por eso defiendo la educación inclusiva, estoy segura que crea una mejor sociedad para todos. «El sentir debería completar la acción», sostiene Luis Pérez Aguirre. Se trata de mejorar la convivencia en sociedad. Esto es tan importante como las leyes.
-¿Una reflexión final?
Estoy segura que se pueden dar cambios en pos de una sociedad mejor, hay que asumir riesgos, atreverse a hacer cambios, a perder miedos, seguros y convencidos de que se puede. En este 8 de marzo quiero enviar el deseo de un feliz día a todas las mujeres, y si me permiten, en especial a las mujeres de mi familia y en particular a mis hijas.

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