Con la llegada del verano y pasadas las pesadas comidas de las tradicionales fiestas, el aumento de las horas de luz y las vacaciones, nuestro ritmo de vida cambia inevitablemente y, con ello, nuestra alimentación. Esto se agudiza con las olas de calor, que pueden producir una disminución del apetito y suponen un estrés para nuestro cuerpo.
Esto puede significar también una oportunidad para producir cambios en nuestro ritmo de vida y comenzar a comer mejor
Por ejemplo, un menú ligero e hidratante puede pasar por una dieta variada y equilibrada, con un patrón mediterráneo. Preferiblemente, nuestras ingestas a lo largo del día deben ser ligeras y frescas: debemos evitar las comidas muy copiosas y ricas en grasas o excedernos en el consumo de proteínas de grandes animales.
La carne de vaca y cordero, por ejemplo, contiene proteínas muy complejas y completas pero que a nuestro sistema digestivo le cuesta digerir. Este proceso necesita mucha energía, que se disipa en forma de calor. Se sabe que la temperatura interna del organismo puede subir hasta dos grados una hora después de tomar una comida con abundantes grasas y/o proteínas complejas. Es entonces conveniente buscar alimentos con un buen perfil nutricional que se lo pongan fácil a nuestro cuerpo.
Pero también deberemos elegir los alimentos que tengan más agua, o al menos, que en su cocinado no la pierdan tanto. Una buena idea sería elaborar platos que se puedan comer crudos o con la mínima preparación posible.
Por eso deberá priorizarse en el menú las verduras y frutas, las que podrán acompañarse de cereales (como arroz y pasta) integrales, legumbres como opción proteica de preferencia, huevos, pescado y carne (preferiblemente de ave).
RECOMENDACIONES ANTE OLA DE CALOR
Está claro que la persistencia de una sensación térmica elevada puede afectar nuestra salud. Ante jornadas de temperatura elevadas aunque no se alcance los picos de las olas de calor, el Ministerio de Salud (MSP) recuerda a la población algunas medidas importantes a tener en cuenta para prevenir los riesgos asociados, y actuar frente a casos de “exceso de calor” y “golpe de calor” especialmente para las personas más vulnerables.
El exceso de calor es la situación provocada por un anormal calentamiento del cuerpo en un período de tiempo relativamente breve. El golpe de calor es la situación más extrema del exceso de calor.
En esos casos, cuando la sensación térmica es elevada se recomienda una serie de puntos que son importantes tener en cuenta. Por ejemplo, mantenerse informado sobre pronósticos, estado del tiempo y advertencias meteorológicas que puedan realizar las autoridades. Tomar especiales precauciones con las personas más vulnerables, como son los menores de 6 años o mayores de 65, personas que realizan tareas al aire libre, personas con enfermedades como hipertensión, diabetes, obesidad. Hay que evitar toda actividad física al aire libre entre las 10 y las 18 horas, así como la exposición a los rayos solares en la playa y espacios a cielo abierto.
Hay que ingerir más líquidos de lo habitual, aún sin tener sed. Se tiene que ofrecer a los niños más líquidos de lo habitual y a los bebés lactancia a demanda. Se propone permanecer en el espacio más fresco de la casa y buscar siempre la sombra cuando se esté en la calle.
Hay que evitar comidas pesadas y calientes. Elegir, en lo posible, alimentos ligeros y frescos idealmente verduras y frutas, optando por pequeñas porciones aunque se coma más veces al día. También hay que evitar el consumo de bebidas alcohólicas.
Hay que tomar de dos a tres duchas refrescantes por día o refrescarse continuamente con paños húmedos y fríos en la cabeza, cuello, axilas y región inguinal. Beber líquidos fríos.
Se sugiere también usar vestimenta holgada, ligera, en lo posible de colores oscuros, gorro o sombrero, lentes de sol y protector solar de alta protección. Hay que mantener los alimentos en la heladera evitando romper la cadena de frío y extremar medidas de higiene de las manos.
Si tiene que salir en horarios de mucho calor, hay que usar ropa adecuada, caminar por lugares sombreados y llevar, en lo posible, una botella de agua fresca.
Hay que tratar de evitar la permanencia de niños, personas mayores y animales dentro del auto, cuando el mismo esté estacionado.
Si tiene familiares, amigos o vecinos ancianos, con discapacidad o enfermedades crónicas que viven solos o permanecen solos durante varias horas en el hogar, se debe llamarlos frecuentemente para saber cómo se encuentran o si necesitan algo.
El Ministerio de Salud Pública se pregunta sobre las personas que pueden resultar afectados por una ola de calor, respondiendo que suele afectar a todas las personas, pero los grupos más vulnerables esencialmente son Lactantes y niños, especialmente los menores de 6 años, adultos mayores de 65 años, personas con enfermedades crónicas como hipertensión arterial, diabetes, obesidad, cardiópatas y consumidores de alcohol, personas con discapacidad, quienes realizan trabajo de esfuerzo físico intenso al aire libre o personas que practican deportes al aire libre.
