“Al momento de pintar es cuando soy feliz”
Conocí a “Dita” hace muchos años, cuando se presentó a un concurso radial que realizamos para una voz femenina en uno de nuestros programas de radio y lo ganó. Ya destacaba su ingenio, soltura y vivacidad, además de tener una bonita voz. Se fue a estudiar y a buscar un futuro a Montevideo y dejamos de verla, hasta que retornó a su Salto natal como funcionaria bancaria, “que obtuve por concurso”, se adelanta a aclarar. Luego destacó como cantante y en esta etapa de su vida, decidió optar por otra forma de manifestación de su arte, a través de la pintura.
1. ¿Qué eliges hoy, la música o la pintura?
– En este momento de mi vida, la pintura. Me encanta cantar, pero en este momento siento que pinto mejor de lo que canto, y además, me siento más a gusto, más cómoda, estoy conmigo misma, es un poco terapéutico. Siempre pinté, de niña más que nada dibujaba. Siempre fui medio autodidacta, y de un tiempo a esta parte, hace dos años aproximadamente, estoy con la acuarela, encontré el medio artístico por el cual me quiero expresar. Desde que descubrí la acuarela, estoy donde quiero estar y a lo que me quisiera dedicar el resto de mi vida. Al momento de pintar es cuando soy feliz.
2. ¿Das clases de pintura en “Espacio Serafina”?
– Sí, ahí es donde tengo mi espacio, mi taller, donde dicto clases de acuarela para niños y adultos. No me considero una especialista en esto, pero por lo pronto trato de compartir lo que he aprendido de la acuarela con algunos profesores virtuales, teniendo clases con profesores que están en España, en Córdoba, también con algún uruguayo. Con ellos he aprendido, y lo que hago en el taller es transmitir ese conocimiento y agarrar un poco el gusto por la acuarela que es una técnica que, a pesar de ser muy extendida en el mundo, en Uruguay no es de las más populares.
3. ¿Qué trata de transmitir en cada pintura?
– Siempre uso disparadores, como imágenes, fotos, que disparen una idea, y a partir de ahí uno va incorporando a lo que está dibujando sus emociones. Es como cuando pinté una margarita por la Marcha del Silencio el año pasado, se hizo viral y nadie se enteró que la pinté yo. 0 si ves una acuarela que está bastante gris, quizás lo que estás transmitiendo es tu momento, tu sensibilidad, creo que se transmite mucho por el color o en la calidad de la pintura. Cada pincelada es como llevar las emociones al papel.
– He visto tus pinturas y últimamente se ven muy coloridas…
– (Se ríe) Estoy feliz. Estoy en un buen momento de mi vida. También depende mucho eso, estar en un buen momento emocional en la vida de uno, te permite tratar de explotar al máximo tus cualidades artísticas. Estar bien me ha ayudado mucho, y sin duda que esta última etapa de mi vida la he enraizado porque tengo claro lo que quiero, y eso me da una estabilidad emocional que me ha ayudado mucho. Cuando al principio emprendí la idea de dar clases en el taller, había dado esos primeros pasos como con miedo, pero ahora es algo que siento que viene creciendo, me hace bien, voy al taller contenta a dar clases, pero también a pintar, porque mientras doy clases también aprovecho y pinto.
4. ¿Qué te deja el trasladar a otros tu experiencia con la pintura en esas clases?
– Me deja feliz, me alegra. Tengo a mi cargo niños de diferentes edades, pero el grupo con el que más trabajo, que es el de los sábados, es con preadolescentes, me doy cuenta que los gurises quedan copados y se van felices. ¿Y qué me deja? Y bueno, es contagiar esa pasión por lo que uno hace, más con una técnica que cuando antes me hablaban de ella, pensaba cuando iba a la escuela y pintaba con esa acuarelita que la raspabas y no sacabas nada de color, y ver que en realidad la acuarela es otra cosa. Pero trasladar ese amor por la técnica, es lo que me deja más feliz, y cuando veo que se van del taller con una sonrisa, pienso que debo estar haciendo las cosas bien.
5. ¿Dejas la música por la pintura?
– La verdad que en este momento es algo circunstancial porque cómo se están dando las cosas. La acuarela tiene un andamiaje y la música no. Pero más allá de eso, no es que vaya a dejar, creo que en este momento lo elijo, y si la música tiene que volver, que vuelva en el formato que sea. Quizás también llevo ya muchos años en la música trabajando en la noche, llega un momento que desgasta un poco. Pero la pintura la hago en mi tiempo, cuando tengo ganas, más allá de los talleres. La música llegó a ser en algún momento muy intensa, con muchas actuaciones los fines de semana, eso es bastante desgastante. No sé si volvería a ese ritmo, quizás sea también la edad, cuando llegás a los 40 te pasa (risas), una se pone con más ganas de estar al lado de la estufa en la noche que salir a tocar. Pero no es que lo deje, ni mucho menos, quizás me gustaría trabajar en la música con algo mío, que nunca lo he hecho, componer algo, que es un debe que he tenido siempre.
6. ¿El arte lo usas como un cable a tierra? Pregunto porque uno tiene la sensación que el trabajo en el banco podría arrastrarte a una vida más monótona…
– Intento que el banco no sea algo monótono (risas), pero sin duda que la función pública y todavía en un banco, no es una de esas tareas más adrenalítica. La acuarela me saca un poco de eso, así como cuando también puedo practicar deportes, como con el fútbol, por ejemplo, que es otra de las cosas que me sacan de la rutina del banco.
– ¿También practicas fútbol?
– Si, ahora no, no se puede. El cuadro de fútbol femenino amateur que tenemos se llama “La Celeste, un poroto”, soy la presidenta del club, en realidad, somos un grupo de amigas rejuntadas, con camisetas, ni siquiera tenemos sede.
7. ¿Qué te hace feliz?
– Tantas cosas. La felicidad pasa primero por estar bien con uno mismo, que a veces eso es lo más difícil, encontrar ese punto de equilibrio. Después está poder mantener un vínculo armónico con tu entorno y sentir que sos útil para algo, para lo que sea, que le hacés bien a alguien, que le sacás una sonrisa a alguien, que hacés feliz a alguien, que en definitiva, estás haciendo las cosas bien.
8. ¿Por dónde pasan hoy tus principales preocupaciones?
– Una preocupación general es todo lo que está pasando, que te deja pensando qué va a pasar con la Humanidad, porque esta pandemia nos ha removido muchas cosas que pensábamos que teníamos claro y sin embargo nos hace ver lo frágiles que somos. Hoy también me preocupa la situación en la que estamos, más allá de la pandemia, la situación económica de la gente, ver tanta gente que la está pasando mal.
9. Te conozco desde hace 18 años. Si miraras para atrás, todo este tiempo que ha pasado, ¿qué le dirías a aquella joven que se esforzaba en hacer escuchar su voz?
– En ese tiempo yo quería ser famosa, mis amigas van a leer esto y se van a reír, pero es así. ¿Qué le diría a aquella joven? Pah, tantas cosas. Que algunas de las cosas que quería se lograron, otras quedaron por el camino, y hay cosas que me quedan por cumplir. Empecé a estudiar comunicaciones en 2004 y abandoné. Pero me hubiese gustado trabajar en los medios, eso hubiese sido una buena cosa, creo que si no hubiese entrado al banco quizás hubiese seguido por ese lado. Pero bueno, las circunstancias de ese momento era que necesitaba laburar, se me dio la oportunidad, me presenté al concurso y entré. Siempre digo que me queda en el tintero haber hecho tele, cada vez que voy a un programa me encantan las puestas en escena. Tuve la oportunidad de estar en escenarios importantes, más allá de los canales de Salto que siempre fui bien recibida, y la verdad que han crecido muchísimo los canales salteños, pero tuve la oportunidad de estar en Ideas del Sur, por ejemplo, en escenarios de Canal 10 y del 12 de Montevideo. Así que eso me queda como algo que me hubiese encantado hacer. Hice radio contigo, así que me queda pendiente la tele.
10. Acompañaste a tu sobrina a cantar en “Master Class” en Canal 12 de Montevideo. Al final, el sueño de estar en ese programa, ¿era de tu sobrina o era parte del tuyo?
– Era de ella. Cuando se anotó en “Master Class”, era solo para niños, o sea que yo no pensaba participar. El año anterior hubo un problema de pedofilia con uno de los jurados, por eso al otro año cada niño debía participar con algún adulto responsable. En ese caso, Julia quedó seleccionada y entonces mi cuñada me llama porque ellos no podían ir y me pidieron que fuera yo. Había que ir a filmar a Montevideo cada dos semanas, estar tres días allá, yo laburaba y tenía que arreglar mis licencias, pero ese era un sueño de ella. Yo me presenté en otro concurso de canto mucho antes. Después estuve en un programa de Maxi de la Cruz y Eunice Castro que hicieron en Ideas del Sur, perdí también, pero fue muy divertido, ese sí era mi sueño, pero “Master Class” era el sueño de Julia.