back to top
miércoles, 16 de julio de 2025
18.8 C
Salto

A 50 años del Golpe

- espacio publicitario -
Diario EL PUEBLO digital
Enlace para compartir: https://elpueblodigital.uy/n6ag

Carlos Texeira

Segunda parte

- espacio publicitario -SOL - Calidez en compañía

El Estado desarrollador

Por la pequeñez de nuestra economía nuestro país resultará comparativamente siempre un país caro. Ello debe ser tenido en cuenta en toda decisión, no sólo en lo económico sino también en otros sectores de actividad, y particularmente en la educación, ya que el país para crecer y desarrollarse deberá producir bienes y servicios de alta calidad para mercados exigentes; y ello requiere personal capacitado. Ejemplos de ello han sido el desarrollo otrora de la relojería Suiza o de los teléfonos Nokia de Finlandia. Ambos pequeños países. Uruguay no puede competir en producciones masivas con economías de mayor volumen, que necesariamente por su escala tienen un costo productivo menor. Un ejemplo lo tenemos en la naranja. Podemos competir en la fruta fresca, porque tiene un sabor único en el mercado mundial y eso le da un valor extra, pero no en la producción masiva de jugo, donde –por ejemplo- Brasil con miles de hectáreas dedicadas a ese cultivo es el mayor productor del mundo. Uruguay debe volcarse a producir bienes de calidad, donde son prerrequisitos la investigación científica, tecnología de punta y mano de obra altamente especializada. Complementariamente, el Estado debe ser altamente eficaz en los demás servicios que presta y además promotor del desarrollo; al cual los sectores privados nacionales, por si solos, dada su pequeñez a escala global, son incapaces de impulsarlo. Se requiere la apoyatura de la sociedad entera hecha a través del Estado. En este sentido habría que recurrir a políticas hamiltonianas (Hamilton fue el 1er Secretario del Tesoro de USA) que lograron en el pasado el desarrollo de ese país; que de 13 pequeñas colonias inglesas pasó a ser una potencia mundial. Esa misma utilización del Estado promotor o desarrollador, impulsó el crecimiento económico y la industrialización de Alemania en su momento; y en los últimos tiempos el de China, que en pocos años sacó de la pobreza a cientos de millones de personas. Políticas de las cuales nosotros tenemos ejemplos en nuestra propia historia en los gobiernos de fines del siglo XIX y principios del XX (Banco República, Banco de Seguros, UTE, etc.). Iniciativas virtuosas que la mala política ha ido destruyendo.

El cambio climático

Hoy día el conjunto de los Estados deben cooperar para orientar el desarrollo, de modo que se proteja la naturaleza y no se la destruya, Hace ya más de 200 años que el sabio alemán Alejandro Humboldt, como Darwin, Wallace y muchos otros científicos, nos enseñaron la unidad de la naturaleza y que los humanos formamos parte de la misma. La destrucción de la naturaleza es a la vez la desaparición de la especie humana y de la civilización, que a través de miles de años el humano ha estado construyendo. El desarrollo, el avance civilizatorio, debe realizarse cuidando, respetando la naturaleza. El cambio climático al cual estamos asistiendo sólo puede ser revertido con la cooperación de todos los gobiernos de la Tierra, como lo expresara la ex Secretaria de Estado de USA, Hillary Rodham Clinton (Decisiones difíciles. Pág. 243 y sigs. Ed.Simon & Schuster 2014)

La política debe mejorar

Para enfrentar con chances de éxito los desafíos que los tiempos nos traen, es imprescindible que la política mejore mucho en nuestro país. Y para esto lo prioritario, grave, urgente e impostergable es imponer la publicidad y el control de la plata en la política. Que los bienes públicos dejen de ser un botín a repartir entre correligionarios y aportantes; donde una de las cosas que más rechina es ver, ocupando cargos en la administración de servicios y empresas públicas, personas sin preparación alguna, u otras con vínculos estrechos con intereses privados que son opuestos a los de esa empresa o servicio público. Personas que están allí no por su idoneidad, sino como retribución al trabajo político que efectúan o al aporte financiero para la política. Y tampoco la política debe ser utilizada para el enriquecimiento personal. El trabajo político, que sin dudas es necesario en una democracia, debe ser retribuido de otra forma muy distinta a la actual. Por lo demás, también tenemos que ser conscientes que un sistema democrático no es sostenible, si no hay un mínimo de bienestar económico y de nivel educacional en toda la población, que posibiliten una convivencia armónica. Un régimen de paz y libertad no se sostiene y afirma donde las desigualdades de todo tipo son muy grandes. El incremento de la marginalidad social creciente, es una bomba de tiempo en tal sentido.

Finalmente, cabe señalar que seguramente queden muchas cosas por decir y precisar, pero no se pretende más que esbozar algunos pantallazos, para ayudar a reflexionar en esta retrospectiva de los últimos 50 años a fin de construir el futuro, que es lo que en definitiva importa,

Enlace para compartir: https://elpueblodigital.uy/n6ag
- espacio publicitario -Bloom