-Fue el ganador de la última edición de Rutas de América. Tan solo algunas semanas atrás.
El salteño concluyó de la mejor manera: exponiendo razones, potenciando su convicción, reconociendo el amparo que supone su equipo Cerro Largo.
Para AGUSTÍN MOREIRA, el fin de semana a manera de tránsito de las últimas horas, porque la hora del viaje a Montevideo llegó y será este lunes.
Después de todo, la primera etapa de la Vuelta Ciclista del Uruguay está a la vuelta de la esquina. El jueves de las palpitaciones y como uno más.
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«Cuando entre una carrera importante y otra, los días son relativamente pocos, es concreto que uno debe saber dar la vuelta de página, porque más que volver a empezar es una continuidad. Por día, y sobre todo en la mañana, hago los kilómetros que tengo que tengo que hacer, los que marca el plan. Evito salir de tarde por el calor, pero en la mañana ahí estoy.
Esa constancia uno la tiene que tener. Es inevitable. ¿Si puedo ganar la Vuelta?. No soy el único que va con ese objetivo, pero también digo que Cerro Largo es un equipo, por lo tanto más allá de las piezas, existe el valor de la estructura general y de la manera que se responda frente a la circunstancia de cada etapa.
Llego bien. Llegó en condiciones y no puedo negar que lo anímico también cuenta, por eso haber ganado Rutas, claro que tonifica. Soy de los que pienso que la respuesta surge a veces desde ese sueño que no tiene tiene. Y al sueño, por supuesto que lo tengo. El sueño también ayuda y corre con uno».
-Agustín, a los 30 años. Después de Rutas y antes de la Vuelta. Sabe que la responsabilidad es un peso en sí mismo. No se doblega y decide. Al fin de cuenta, la calidad que tiene y lo sostiene. Una eximia y generosa calidad. De eso: no se duda.