La costa salteña se ha visto «invadida» por jejenes en los últimos días. Ante esta situación, entrevistamos al Ing. Francisco Cano, de la empresa Hygies con el fin de conocer las características de estos insectos.
¿Han recibido muchas consultas por los jejenes que se han detectado en la costa del río?
Sí, hace días venimos recibiendo consultas de clientes que viven, trabajan y hacen actividad deportiva en las cercanías del río, preocupados por la situación. Ante las mismas, realizamos un monitoreo específico para identificar a este insecto, lo fotografiamos y lo comenzamos a estudiar. A partir de esta investigación, podemos afirmar que el insecto que se encuentra ocasionando estas molestias, es de la familia Simulidae, del orden Diptera. Estos son comúnmente llamado «jejenes», (existen más de 2 mil especies de «jejenes» y en Uruguay más de mil especies según investigadores nacionales). Vale aclarar que a esta especie en Europa, la llaman comúnmente «mosca negra», la cual se encuentra originando grandes problemas en diferentes países, afectando al turismo en algunos lugares por las molestias que generan.
¿Por qué aparecen ahora en Salto?
La explosión en la aparición de estos insectos se dio al mismo tiempo en toda la franja costera debido a que colocan sus huevos en sustratos húmedos, cercanos al agua: vegetación y piedras. Necesitan que estos sustratos tengan contacto con agua oxigenada en movimiento. Es en estos lugares donde se reproducen.
Existieron semanas donde se dieron todas las condiciones ambientales para promover la vida y reproducción de estos insectos: altas temperaturas, sumado a que el río estuvo bajando y subiendo, lo que genera más disponibilidad de materia orgánica en descomposición, y disminuye la presencia de enemigos naturales (peces, bacterias, etc) que se alimentan de sus estadios juveniles, y hace que los adultos se desplacen más en busca de agua.
Las épocas de sequía prolongada beneficia la disminución de estos insectos, pero en épocas donde el rio baja y sube casi a diario el resultado es el contrario, y fue esto último lo que vivimos.
¿Qué características tiene esta especie de jejenes?
Esta especie puede volar entre 15 y 20 kilómetros, incluso algunos investigadores hablan que pueden volar aún más. Tienen la capacidad de desplazarse, picar, y volver al lugar donde se están hospedando.
La razón por la cual pican tan fuerte y generan signos alérgicos en la piel es por su aparato bucal, ya que este es mordedor – chupador. O sea: rompen la piel de las personas y de ahí se alimentan de la sangre.
Para lograr un óptimo control de estos insectos se deben realizar tratamientos regionales. En este caso sería en toda la franja costera, que es la zona en donde se reproducen, y considerando su gran capacidad de vuelo, que es entre 15 y 20 kilómetros, como dijimos, se debería tratar esa área.
Otra gran limitante es el lugar en donde se reproducen, que es el río y sustratos en contacto con el rio. Esto trae un gran riesgo de contaminación ambiental en caso de realizar tratamientos con insecticidas sintéticos para el control de fases juveniles (que son las fases a las cuales se debe enfocar las estrategias de control). Existen en otros países productos naturales para el control de larvas para estos escenarios, pero aún no están disponibles en Uruguay.
A modo de ejemplo, en algunos cauces de agua turísticos de pequeña escala, se «cepillan» piedra por piedra para eliminar las larvas y así bajar la población. Esto sería imposible hacerlo en una costa tan extensa como la nuestra.
¿Más allá de estas restricciones, se encuentran realizando algún tipo de tratamiento para al menos reducir el problema?
Sí, en algunos clientes ubicados en la franja costera, como el Club Remeros, venimos realizando tratamientos espaciales del lugar con máquinas nebulizadoras y máquina a motor, enfocando el control en los insectos adultos que se encuentran en el lugar. Esto lo continuaremos haciendo y al mismo momento iremos monitoreando la presencia de estos insectos.
Pero es fundamental saber que con este tipo de tratamientos uno ejerce el control de los insectos adultos bajando su población por un día o algunos días, pero siempre teniendo en cuenta que pueden volver por los nacimientos que se dan en el límite con el río y por aquellos que llegan volando desde lugares lejanos.