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lunes, 7 de julio de 2025
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A casi cuarenta años después Arq. Walter D´Amado y la construcción de Salto Grande

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aldorsoHoy por María Fernanda Ferreira

“Desde el primer momento se dijo
que la represa no iba a ser reguladora
de las crecientes”

La construcción de la represa de Salto Grande constituyó casi una “mega” obra para Salto e inició su proceso de construcción el 1ro. de abril de 1974.
A treinta y seis años del este suceso trascendental para Salto y el país, EL PUEBLO dialogó con uno de los primeros profesionales que formó parte del proyecto.
“El motivo que me trajo a Salto fue la curiosidad de ver como el Hombre podía dividir el río, cambiar su cauce y hacer una represa” – manifestó el arquitecto.
Uno de los puntos más importantes tratados en la entrevista tiene que ver con las premisas que se difundieron luego de los estudios de factibilidad, dentro de las cuales se anunció que la presa no iba ser reguladora de los caudales hídricos.
Se recibió de arquitecto en 1968 y comenzó – de acuerdo a sus expresiones  – el ejercicio de su carrera a pulmón, en carácter de marinero en el Ministerio de Defensa Nacional.
Fue convocado en primera instancia para formar parte de un intercambio entre la Intendencia Municipal de Montevideo y el Ministerio de Defensa (la Armada Nacional).
Ese intercambio consistió en que una manzana del cual eran propietarios en el Puerto, la cambiaron por el Hotel Miramar, propiedad de la Intendencia.
Fue en el marco de esos proyectos que el joven profesional se fogueó, paralelamente a la atención de una pequeña empresa constructora que emprendió.
Ello determinó que cuando llegaron los requerimientos de Salto Grande en Uruguay, llamaran a un concurso en el que participaron arquitectos de varias oficinas públicas.
La Comisión Técnica Mixta de Salto Grande requirió en su momento a tiempo limitado un arquitecto para comenzar las tratativas inherentes a la coordinación de los núcleos de vivienda o los núcleos de asistencia para que el personal en todos los niveles – desde el obrero hasta el ingeniero principal, tuviera su correspondiente habitación en el lugar de la obra.
Finalmente D´Amado fue el profesional elegido para tales efectos; consideraron que la obra iba a llevar más de siete u ocho años y en realidad llevó catorce años.
LA COMISIÓN TÉCNICA MIXTA
En aquel momento, la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande contaba con treinta y ocho funcionarios, de los cuales cinco estaban en Montevideo.
Dos fueron contratados según las circunstancias de trabajo.
Uno de ellos fue D´Amado y el Ing. Agrimensor Bulla.
Primeramente se estudiaron las necesidades y el territorio físico de ambas márgenes (se reunían con los homólogos argentinos una vez al mes) y si bien las situaciones eran diferentes por la constitución geográfica y catastro, fueron paulatinamente unificando criterios.
Para organizar las viviendas, debió recorrer las represas de Baygorria y la del Rincón del Bonete, hizo un recorrido por los barrios, observando cómo vivían los obreros.
Paralelamente, como en el Uruguay existía el Instituto Nacional de Viviendas Económicas (INVE), el interés era que todas las viviendas en mayor o menor grado, una vez que se fuera la gran demanda de funcionarios de Salto Grande, entraran a formar parte de las soluciones habitacionales de Salto.
Así fue que se fundaron los barrios San Martín y Dos Naciones.
– ¿En qué condiciones estaba Salto en esos momentos?
– “Estaba mal; venía de un auge ganadero y estaba en declive, al igual que el comercio. Sociológicamente la ciudad ha cambiado muchísimo, las clases sociales actualmente tienen una mayor integración.
Históricamente tuvo su aristocracia, gente muy vinculada con la de Concordia y Buenos Aires. Afortunadamente contamos con la colaboración de las personas del movimiento pro – represa de Salto Grande”.
– ¿Cómo fueron los primeros tiempos de obra?
– “Existen premisas por las cuales la construcción se hizo en ese punto.
Se estudiaron tres perfiles.
Hay que tener en cuenta que el río es muy variable y es preciso aclarar que desde el primero momento la represa no iba a ser reguladora de los grandes caudales del río. Eso está escrito desde 1960.
La represa trabaja a pelo de agua, significa que trabaja con el agua que viene”.
PREMISAS
Se le comunicó a la población ciertos fundamentos; en Rincón del Bonete solo se contó con registros estadísticos pluviales de 24 años de 1906 a 1930.
En Salto Grande se dispone de registros desde 1898.
La cuenca del Río Negro (38.000 km2), menor que la del río Uruguay (230.000 km2) hace que los fenómenos locales tengan gran influencia, aparte de que a mayor superficie, menor es el derrame específico unitario.
El embalse de Salto Grande, por consiguiente, no es regulador.
El desnivel de la represa entre las aguas que llegan hasta el dique y las normales del río se da en 27 metros de presión de agua (necesarios para el movimiento de las turbinas).
Las condiciones inmejorables del suelo de la fundación del río Uruguay en Salto y Concordia, alejó todo peligro de socavación; en caso de grandes crecidas – se dijo – el río quedará en las mismas condiciones que tienen ahora las poblaciones de Salto y Concordia.
– La conformación de las presas ha sido y es un tema de cuestionamiento por muchos ambientalistas por sus efectos negativos en el medio ambiente…
– “Toda represa tiene su afectación, pues se trata de un cambio del uso del suelo, se ve en mayores o menores circunstancias, dependiendo de la naturaleza de la región.
Una represa en el Amazonas o en Maranhao, la situación cambia completamente, incluso hay represas como en Estados Unidos, que se hacen en zonas montañosas.
En el caso de la represa en Egipto, los especialistas no se percataron que el limo que le daba la riqueza al Nilo se quedaba en la represa.
De allí que son fundamentales los estudios de factibilidad.
Ciertamente se afectaron muchos valles ganaderos, ciudades como Constitución y Belén.
También afectó la biodiversidad y la esclusa de peces es una solución más bien técnica que real”.
– ¿Qué vida útil posee la presa de Salto Grande?
-“Depende del cambio de maquinarias que se haga; si no existe una colmatación o derrumbe, la vida útil puede ser muy larga”.
– ¿Y qué papel pueden jugar otras fuentes de energía alternativa?
– “Ya se hablaba de energía alternativa en estudios anteriores a la década del 70, de todos los yacimientos que se conocían en el mundo y el estado de participación del petróleo en la producción de energía en el mundo.
Algunas de las grandes problemáticas que se planteaban ante la eventual construcción de una represa binacional era que no había conocimiento en América del Sur y no sé si en el mundo, de cómo institucionalizar una represa compartida.
Uruguay no tenía y no posee petróleo, Argentina en pequeña escala, pero sí reservas hidráulicas. Luego se descubrieron reservas de gases en aquel país.
La energía eólica en ese tiempo tenía connotaciones más domésticas.
El petróleo es un bien escaso que en algún momento se va a terminar, lo que lleva a pensar en otras fuentes energéticas.
Tenemos que ir pensando en ello”.
– Hoy a casi cuarenta años de la génesis de esta obra binacional ¿Cuál es su reflexión?
– “Lo que enaltece a Salto es el haber ido a reclamar ante las puertas del gobierno para que se hiciera esta obra que después de tanta lucha se logró”.

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