Con una hermosa fiesta los esposos Neri Mutti y Mabel Fornaroli agasajaron a su hija Camila al cumplir quince años. Invitaron a familiares y amistades en la planta alta del club Ferro Carril donde compartieron gratas horas de sociabilidad y diversión.
La quinceañera ingresó al salón acompañada de su tío Abel Rumi siendo recibida en primer lugar por sus padres y su hermana Manuela, luego se fueron acercando los demás invitados dándole muestras de cariño y amistad. Camila realzó vistiendo modelo de fiesta interpretado en satén blanco, con la parte superior del bustier drapeado de gasa, esta tela luego subía rodeando el cuello y formando anchos breteles, el esbelto talle señalado con faja ancha de gasa igualmente drapeada nacía la falda muy amplia revestida en parte con gajos irregulares de igual tela, en el peinado juvenil lució tiara de strass.
El salón fue decorado en los colores verde manzana, marfil y coral, la baranda de la escalera fue delineada con paneles de seda color marfil entremezclados con guía de luces intermitentes, en el descanso se ubicó pie alto con destacado arreglo floral, al llegar al salón estaba el enorme cuado con varias fotos de la quinceañera destinado a recoger las firmas y deseos de felicidad. Las mesas donde fueron deferentemente atendidos los numerosos invitados fueron tendidas con mantelería blanca y cubre o senderos de color verde manzana en cuyo centro se entremezclaban globos finos de diversos colores formando un arreglo artesanal semejando lazos que llamó muchísimo la atención por su originalidad. En un lugar destacado se ubicó la mesa principal tendida con mantel de color terracota cubierto con otro blanco de gasa bordado al realce, encima estaba la torta de cumpleaños de tres pisos superpuestos, la base decorada de en blanco con diseños en verde, la del medio de color coral y el piso superior blanco con lunares verdes sobre el cual lucían ramillete de estrellas rojas y verdes, acompañaba el centro de la felicidad cuyas altas y delgadas velitas emergían de entre bouquet de flores blancas naturales y fino follaje. Otra mesa muy coqueta y visitada fue la de las golosinas ubicadas en diferentes planos, estando decorada con ramilletes de estrellas en los colores de la fiesta.
El techo del salón fue destacado con telas de color marfil que se unían al centro de la pista de baile por medio de esferas espejadas apropiadamente iluminadas con luces de colores de la discoteca. En un momento de la fiesta se escucharon las notas de un vals dando comienzo Camila y su papá la danza, luego cambió parejas con otros familiares, amigos y compañeros de estudios. La noche se desarrolló muy alegre y divertida compartiendo la danza y sobre la madrugada el reparto del colorido cotillón donde destacaban vinchas, pelucas, collares y sombreros decorados con piedras. En señal de agradecimiento por haberla acompañado Camila repartió los souvenirs consistentes en paletas de chupetines de vistosos colores apoyados sobre base de estrellas junto a la tarjeta de agradecimiento.