Lic. en Psicología Valentina Da Cruz: “Es necesario prevenir, orientar y prevenir a la población”
Los trastornos mentales afectan a casi el 12 por ciento de la población mundial: alrededor de 450 millones o una de cada cuatro personas en todo el mundo experimentará una enfermedad mental que se beneficiaría de un diagnóstico y tratamiento. Las estadísticas de la OMS para 2002 mostraron que 154 millones de personas en todo el mundo sufrían de depresión, que es una forma de enfermedad mental. Según la OMS, la salud mental se define como un estado de bienestar en el que las personas se dan cuenta de su propio potencial, pueden hacer frente a las tensiones normales de la vida, pueden trabajar productivamente y pueden contribuir a su comunidad.
La Lic en Psicología Valentina Da Cruz sostiene: “Hablamos de un trastorno emocional que afecta a millones de personas en el mundo. En este día se pretende sensibilizar, orientar y prevenir a la población.
Personalmente me ha tocado trabajarlo con adolescentes siendo la autoestima un papel muy importante en estos casos. Generalmente este transtorno se vincula a la inseguridad e incomprensión que sienten estos adolescentes en cuanto a su entorno”
Los síntomas típicos de la depresión son los siguientes: desmotivación, cansancio, tristeza, sueño constante, hambre excesiva o falta de apetito, insomnio, sensación de querer aislarse, inestabilidad emocional.
“Es importante que si conocen a alguien que presente alguno de estos síntomas puedes ayudarlo de la siguiente manera: Hacerle saber que cuenta con tu apoyo, respeta eso que siente, escuchalo sin juzgarlo, proponerle acudir a terapia con un profesional, este le brindará más herramientas necesarias para transitar y gestionar sus emociones. Y poder enfrentar los conflictos conociendo sus fortalezas y virtudes en un entorno de acompañamiento.
Debemos animarnos hablar sobre lo que sentimos, dándole el lugar que merece la salud mental. Apoyando a quién elija acudir a terapia. No subestimen a la depresión, anímate a hablarlo, no están solo, siempre serán importante para al menos una persona.
La pandemia como ya todos sabemos ha afectado a muchos en cuanto a la salud mental, en adolescentes particularmente ya que sus actividades habituales se modificaron, afectando su vida social, siendo esto un factor de riesgo para la depresión” – reflejó Da Cruz.
LOS SERVICIOS DE SALUD MENTAL
Los servicios de salud mental carecen de recursos humanos y financieros en muchos países, particularmente en los de ingresos bajos y medios. Se necesita más financiación para promover la salud mental y aumentar la conciencia de las personas sobre el tema. En respuesta a hacer de la salud mental una prioridad mundial.
En todo el mundo, al menos el 13% de las personas entre las edades de 10 y 19 años viven con un trastorno de salud mental diagnosticado, según el último informe del Estado Mundial de la Infancia. Es la primera vez en la historia de la organización que este informe insignia aborda los desafíos y las oportunidades para prevenir y tratar los problemas de salud mental entre los jóvenes. Revela que la salud mental de los adolescentes es muy compleja, poco estudiada y sin fondos suficientes.
También se informa que, en todo el mundo, el suicidio es la cuarta causa de muerte más común entre los adolescentes de 15 a 19 años.
Durante la pandemia, los estudios en varios países han encontrado que los jóvenes en particular están luchando. Por ejemplo, en un estudio de más de 7000 chinos en febrero, las personas menores de 35 años informaron niveles más altos de ansiedad y más síntomas depresivos en comparación con otros grupos de edad.
Según los investigadores, las tasas elevadas de estrés, ansiedad y depresión de los jóvenes podrían se han debido en parte al estrés adicional que estaban experimentando mientras intentaban adaptarse a la educación en línea.
La investigación sobre cómo cambian nuestras emociones a lo largo de la vida ofrece una pista. De acuerdo con la “teoría de la selectividad socioemocional” de la psicóloga de Stanford Laura L. Carstensen, los jóvenes tienden a tener diferentes objetivos y comportamientos en las relaciones debido a la forma en que perciben el tiempo. Cuando el tiempo restante en la vida parece expansivo, como lo es para la mayoría de los adultos más jóvenes, tendemos a centrarnos en objetivos de búsqueda de conocimiento, como invertir en un propósito o proyecto a largo plazo. Este tipo de compromisos tienden a ser más exigentes emocionalmente. Por otro lado, cuando los adultos mayores perciben que su tiempo es limitado, tienden a enfocarse en objetivos relacionados con las emociones, como saborear momentos positivos y participar en actividades que los hagan sentir bien, con un enfoque en recompensas más inmediatas.
En otras palabras, incluso fuera de una pandemia, los adultos mayores ponen más atención y esfuerzo en regular sus emociones y, de hecho, tienden a tener un mayor bienestar.
En otras palabras, las condiciones de vida bajo esta pandemia dificultan que los jóvenes aprovechen las conexiones sociales y actúen de acuerdo con nuestro instinto de explorar una amplia gama de oportunidades sociales. carreras.