Silvia Irache de Martínez Herrera
Según Silvia, la vida la llevó a dedicarse a este comprometido oficio.
Cuando habla, nos convence de que lo que hace le encanta.
Tiene una familia hermosa, por sobre todo muy unida, y como si esto fuera poco, dedicados todos a la herrería.
Nos recibió amablemente y con gran entusiasmo, nos trasmitió la energía, los sueños de una mujer que sabe pelearla, desafiante, sin entregarse a los duros pasajes de la vida.
Aquí la vemos delante del espejo, realizado y obsequiado por su esposo.
¿Cuál es tu actividad, y cómo se presentó la oportunidad de hacerlo?
Lo mío, es trabajos de herrería.
Comencé acompañándolo a mi esposo, mirando, aprendiendo y cortando fierros. Luego fui lentamente, animándome a crear y reparar.
Así, hemos realizado tareas como la de curva de elásticos en los vehículos, como ómnibus, camiones, rejas, entre otras cosas. Pero me especializo en hacer cerchas. Curvas, rectangulares, comunes, y con varillas en diferentes medidas.
Pero si me llega la propuesta de realizar rejas, también lo hago. Me animo a todo lo que sea trabajo con soldaduras.
¿Se te hace difícil el trabajo cuando hay que doblar el material?
Contamos con una máquina, realizada por mi esposo, para el trabajo de cercha, por ejemplo.
Se realiza todo el trabajo de doblado de la varilla, luego se arma las caras de la cercha y luego se la arma completamente.
¿Cuánto hace que estas en esto?
Comenzamos en el año 91. Anteriormente trabajaba yo en una quinta, realizando tareas de chacra, se nos quema la casa en el lugar donde vivíamos, y surge la oportunidad de vender ese terreno y comprar aquí, pagando una parte de donde hoy vivimos.
Comenzamos a trabajar fuertemente, los dos solitos en la curva de elásticos de vehículos, ya que mi esposo contaba con la experiencia del trabajo realizado en Metalúrgica Salto.
Luego seguimos con lo que aparecía para realizar en soldaduras, porque lo necesitábamos.
¿Lo ves como un trabajo artesanal?
Te diría que sí. Lo hacemos, porque es redituable, pero también nos gusta y nos sentimos cómodos haciéndolo.
Me encanta lo que hago.
¿Hay algún trabajo en especial que recuerdes y lo podamos apreciar?
Sí. Las rejillas para los árboles de calle Uruguay, entre otros.
¿Cuáles son tus prioridades?
Mi familia.
Mis hijos son lo más importante para mí. Mi lucha ha sido siempre el tenerlos juntos. El amor a ellos, me ha llevado a realizar muchas cosas.
Siempre fuimos de trabajar toda la semana y disfrutar los fines de semana.
Tratando de que sea en familia, con todos los hijos y sus familias, incluso la de Mario que ya no está con nosotros.
¿Cómo está constituida tu familia?
Por mi esposo Ricardo, mis cuatro hijos: Héctor, Mario, Virginia y Marcos. Su esposa Mercedes con sus chiquitos Alexander y Emiliano.
Y aunque Mario hace ya cuatro años que nos dejó, con 23 años, nos regaló una hermosa niña, Pía. Tengo en total, tres nietas mujeres hermosas en la familia.
¿Cuál es tu asignatura pendiente?
Es un sueño, lo mío. Poder organizarme con una ONG, para los niños del barrio.
Todos los días, llegan criaturas, aún chicas, pidiendo un apoyo.
Y es algo que necesito realizar, para sentirme bien conmigo misma. Me conmueve verlos pidiendo, como necesitando un amparo.
¿Cómo la ves a la mujer salteña?
Muchas veces veo que se entrega a los problemas, desesperándose.
Mi vida tiene muchos vaivenes, pero he salido adelante. He vivido en una casa muy precaria, y he tenido que caminar todos los días, dos, casi tres kilómetros de ida y lo mismo de vuelta, trabajando en una chacra, para poder salir adelante, con cuatro criaturas chicas. Por suerte y se lo agradezco siempre al patrón que tuve, el señor Nino Lechini, que nos ha ayudado muchísimo. Excelente persona, ser humano y vecino.
De allí, pase a trabajar con la familia Coutinho, aprendiendo a querer muchísimo a la señora Pilar, mama de Germán. La adoro, es un ejemplo de mujer, y una persona que sirve de referencia en la vida. Excelente patrona.
Un mensaje a las mujeres.
Que no dejen de luchar por algo que quieran.
Por el amor, por la familia, porque vale la pena. Hoy me toca a mí pelearla por mis hijos y por mis nietos que amo.
A la mujer salteña le digo, que no olvide: ”la mujer sabia, edifica su casa y la necia la destruye”. Esto es bíblico. Antes tenía la biblia de adorno, actualmente practico la fe.
¡Un gran saludo a todas las mujeres en su día!