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miércoles, 4 de junio de 2025
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“La gente no ve al Partido Nacional como opción de gobierno porque sigue con un discurso de la década del 90”

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Diario EL PUEBLO digital
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Nadie duda que lo lleva en la sangre, desde los trece años trabaja en política y una vez retornado a su Partido Nacional (PN) entendió que solo siendo presidente de la República se pueden alcanzar aquellas reformas que son necesarias para mejorar la calidad de vida de los uruguayos.
– ¿Usted es de los Saravia de montar a caballo, darse un paseíto por otro partido político y retornar más tarde a su origen?
– Y el general Saravia fue a la guerra del Brasil y volvió para conducir al partido que estaba en muy malas condiciones. Usted recordará que el general Saravia era un general brasilero que vino a conducir a un partido y logró llevarlo al triunfo en la Revolución del 97. Usted tómelo por ese lado.
– ¿Qué le dejó ese paseo por el Frente Amplio?
– En primer lugar, visualizar la interna de una fuerza política que es un frente político, no un partido, que muchas de las banderas históricas que levantamos los blancos y los colorados se fueron al FA porque los blancos y los colorados las habíamos abandonado; sin embargo, esas banderas que recogió después las pisoteó, quiere decir que también uno se puede sumar a una cantidad de gente que se siente defraudada con la conducción en general de la política por determinados dirigentes. Porque cuando uno compromete cosas con la gente, tiene que cumplirlas, eso es lo fundamental.
Yo hago política desde los trece años, mi vida entera fue dentro del PN, mi pasaje por el FA fue de solo ocho años con un grupo blanco que lo votó como muchos colorados y blancos que prestaron el voto, cansado de lo que criticábamos profundamente siempre, que el PN se había transformado en un partido conservador liberal en la década del 90 con el neoliberalismo, del amiguismo, del reparto de cargos, de toda esa cosa que además el FA criticó. Y la idea de una propuesta mucho más republicana, menos conservadora que estaba en el programa del FA del 2004, y resulta que ahí uno se da cuenta que en definitiva el propio FA usó las banderas históricas que los partidos tradicionales abandonaron para llegar al gobierno y que después no cumplió.
Entonces, eso es un aprendizaje que a nosotros nos lleva a la construcción de nuestro sector, sumar propuestas que siempre estuvieron arriba de la mesa por los partidos tradicionales, sobre todo del PN cuando fue un partido republicano. Por eso yo sigo diciendo el mismo discurso que cuando tenía trece años, cuando estuve con Wilson, en el gobierno blanco, cuando estuve en el FA y donde estoy ahora. Sigo con el mismo discurso, sostengo que nunca me moví del lugar, sigo siendo blanco y republicano, porque no creo en izquierdas y derechas, o sos conservador o sos republicano o sos liberal, yo me siento republicano.
– Cuando usted se fue del PN se debió a una serie de circunstancias que lo llevaron a tomar esa decisión, ahora que regresó, ¿notó que haya cambiado algo?
– No, al contrario, lo veo igual o peor que cuando me fui. Yo me fui del PN en el 99, digo, voté dentro del PN pero en el balotaje donde hubo que decidir entre Batlle y Tabaré Vázquez. Lógicamente que nosotros estábamos mucho más cercanos a la propuesta programática del FA porque era mucho más moderna y republicana. Muchos ciudadanos votamos en el balotaje a Tabaré Vázquez, los fundadores de la Columna Blanca, Jorge Machiñena, Aldorio Silveira, Jorge Coronel, Manuel Singlet, todos votamos en ese balotaje al doctor Tabaré Vázquez por tener una afinidad con el programa del FA.
Eso llevó luego a todo un proceso. Ahí el PN votó un 23%, quedamos terceros, y yo vuelvo ahora a un PN con el 21%, y con el mismo discurso de aquel tiempo que lo llevó a perder la del 94, la del 99, la del 2004 y a perder la del 2009 porque si uno revisa el discurso y la propuesta, es el mismo de las últimas décadas, por eso es que la gente no ve al PN como un partido de opción de gobierno, porque sigue con un discurso de la década del 90, con un modelo que fue el que fundió a la Europa actual, por eso hoy en Europa se está dando el debate entre republicanos y liberales…
– ¿Por qué piensa que se está dando?
– Porque los republicanos volvemos a tomar fuerza en el mundo entero como modelo de gobierno, y el PN históricamente fue republicano y federal, el que fue liberal y unitario fue el Partido Colorado, esas son las matrices ideológicas diferentes. Entonces el PN cometió el error de confundir la matriz ideológica cuando fundaron el partido rosado por la desesperación de ganarle al FA. Fue cuando mi maestro e inspirador político, fundador de este movimiento, don Walter Santoro, me dijo “el Frente va a ganar sí o sí y en primera vuelta”. Le dijeron de todo dentro del PN, y el hombre tenía razón.
Vuelvo al PN y el partido sigue con el mismo discurso. Santoro, hoy desaparecido, a quien siempre consulté, aún estando dentro del FA, me dijo que yo tenía que volver al PN a hacer una revolución interna de ideas, a levantar las banderas que tuvo el partido siempre. El PN hoy es un lema, nada más que eso, le falta contenido, hay que dárselo, pero el contenido está en las banderas, me dijo Santoro. Entonces, me encuentro con un partido estancado en el 21%, estamos lejos del 30 y pico del 2004, estamos lejos del 31% del doctor Lacalle del 2009. O sea, estamos los blancos a 14 puntos de un piso competitivo.
– Supongo entonces que su idea para pelear su candidatura presidencial es arrimar votos nuevos al PN y no sacarle a Larrañaga ni al Herrerismo, ¿cuál sería entonces, en líneas generales, el discurso que utilizaría para que quienes están desencantados con el gobierno de Mujica, que hoy han pasado a engrosar las filas del 23 o 25% de indecisos, voten al PN?
– Ese electorado que usted marca, según los análisis de encuestas, no solo está desencantados con el gobierno de Mujica, está desencantado con las dirigencias de todos los partidos políticos que hoy conducen en mayoría a los partidos. Si uno va a fondo a ese 23%, fíjese que esa cantidad de gente es más de los que votan al PN hoy, son más de 600 mil personas que quizás hasta piensen muchos, quizás la mitad, votar en blanco. Nosotros apostamos a esa gente. ¿Cuál es nuestra apuesta? Decir lo que venimos diciendo que se debe hacer como proyecto de país desde que tenemos trece años, que lo aprendimos con Wilson Ferreira Aldunate y que dijimos durante toda una vida.
Estamos por la defensa de la soberanía nacional, en contra de entregar los recursos estratégicos como la comida y el agua dulce que es el destino de la Nación porque somos la última reserva agrícola que va quedando en el planeta, por lo tanto estamos en contra de cosas como la gran minería de cielo abierto y todas esas cosas que comprometen el destino de la Nación.
Tenemos una propuesta que no tiene ningún sector del PN, porque en eso somos pragmáticos, que refiere a dar seguridad para todos involucrando a las fuerzas armadas, las fuerzas militarizadas y la policía en un proyecto estratégico de defensa de lo que es la seguridad de la gente para darles garantías de trabajo y educación porque sin seguridad no se puede trabajar ni estudiar. Esa propuesta es “seguridad para todos”, está en nuestra página (de internet), la pueden leer ahí. Yo le aseguro que en 10 meses liquido con el tema de la inseguridad.
En Educación hemos propuesto toda la vida lo mismo. Votamos la ley de educación bajo disciplina partidaria diciendo que la ley de educación era una ley fascista que venía con los mismos vicios de la ley del 72 del doctor Julio María Sanguinetti y del gobierno de Bordaberry, que creó un organismo político para gobernar la educación ideológicamente, cosa de la que hemos estado desde siempre en contra. A nosotros nos van a encontrar siempre del lado del planteo de Varela y de Vaz Ferreira, lo dijimos en el Senado. El otro día analizaban algunos politólogos las tres posturas que hubo en el Senado en la interpelación, estaba la postura del senador Larrañaga muy cercana a la del doctor Sanguinetti. La postura nuestra, que es decapitar el organismo político y volver a las autonomías anteriores al 72, como fue toda la vida, o sea, eliminar el CODICEN y volver a la autonomía técnico administrativa y pedagógica de Varela y Vaz Ferreira. Y después la otra postura, la que tiene el gobierno que trata de una conducción fascista de la educación a través de un organismo ideológico donde los sindicatos también gobiernan la educación, siendo que los sindicatos están para defender los intereses de los trabajadores de la Educación, no para gobernar.
– El uruguayo también se preocupa por su bolsillo…
– La gente se preocupa por el reparto de la riqueza que el FA prometió y no hizo. Un país que ha sido exitoso en estos últimos 7 años en política macroeconómica, que ha tenido ingresos importantes por los valores que pagan a nuestros commodities a nivel internacional, que pasamos a tener un Producto Bruto Interno de 46 mil millones de dólares y que tenemos un presupuesto de 10.500 millones de dólares, el 80% de los ingresos se reparte entre el 25% de algunas familias, y el 75% de las familias recibe la diferencia. Eso no es de izquierda, ni siquiera cercano a lo que puede ser una socialdemocracia republicana, el FA no lo logró…
– ¿Por qué piensa que no lo logró?
– Porque priorizó las multinacionales donde cualquier inversión viene y sirve con tal de que meta plata. Pasó con PLUNA, pasa con ANCAP, con Montes del Plata y todas las asociaciones que ha hecho el gobierno. Hay 870 millones de dólares de renuncia fiscal, de los cuales 470 millones están yendo a parar a las manos de grandes multinacionales que no precisan renuncia fiscal porque tienen ingresos extraordinarios, están en zonas francas, mientras que el resto de las empresas nacionales no tienen los beneficios que les dan a estas otras.
Ahí hay una desigualdad entre empresas. Pero además, el impuesto a la renta está mal aplicado, tiene que tener escala, hay que bajar el impuesto a las empresas chicas y medianas, ir por la distribución de utilidades, eso es promover la inversión. Hay que elegir qué inversión le sirve al país, no cualquier inversión sirve, y eso es uno de los grandes temas que el FA prometió y no cumplió.

Nadie duda que lo lleva en la sangre, desde los trece años trabaja en política y una vez retornado a su Partido Nacional (PN) entendió que solo siendo presidente de la República se pueden alcanzar aquellas reformas que son necesarias para mejorar la calidad de vida de los uruguayos.

– ¿Usted es de los Saravia de montar a caballo, darse un paseíto por otro partido político y retornar más tarde a su origen?

– Y el general Saravia fue a la guerra del Brasil y volvió para conducir al partido que estaba en muy malas condiciones. Usted recordará que el general Saravia era un general brasilero que vino a conducir a un partido y logró llevarlo al triunfo en la Revolución del 97. Usted tómelo por ese lado.

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– ¿Qué le dejó ese paseo por el Frente Amplio?

– En primer lugar, visualizar la interna de una fuerza política que es un frente político, no un partido, que muchas de las banderas históricas que levantamos los blancos y los colorados se fueron al FA porque los blancos y los colorados las habíamos abandonado; sin embargo, esas banderas que recogió después las pisoteó, quiere decir que también uno se puede sumar a una cantidad de gente que se siente defraudada con la conducción en general de la política por determinados dirigentes. Porque cuando uno compromete cosas con la gente, tiene que cumplirlas, eso es lo fundamental.

Yo hago política desde los trece años, mi vida entera fue dentro del PN, mi pasaje por el FA fue de solo ocho años con un grupo blanco que lo votó como muchos colorados y blancos que prestaron el voto, cansado de lo que criticábamos profundamente siempre, que el PN se había transformado en un partido conservador liberal en la década del 90 con el neoliberalismo, del amiguismo, del reparto de cargos, de toda esa cosa que además el FA criticó. Y la idea de una propuesta mucho más republicana, menos conservadora que estaba en el programa del FA del 2004, y resulta que ahí uno se da cuenta que en definitiva el propio FA usó las banderas históricas que los partidos tradicionales abandonaron para llegar al gobierno y que después no cumplió.

Entonces, eso es un aprendizaje que a nosotros nos lleva a la construcción de nuestro sector, sumar propuestas que siempre estuvieron arriba de la mesa por los partidos tradicionales, sobre todo del PN cuando fue un partido republicano. Por eso yo sigo diciendo el mismo discurso que cuando tenía trece años, cuando estuve con Wilson, en el gobierno blanco, cuando estuve en el FA y donde estoy ahora. Sigo con el mismo discurso, sostengo que nunca me moví del lugar, sigo siendo blanco y republicano, porque no creo en izquierdas y derechas, o sos conservador o sos republicano o sos liberal, yo me siento republicano.

– Cuando usted se fue del PN se debió a una serie de circunstancias que lo llevaron a tomar esa decisión, ahora que regresó, ¿notó que haya cambiado algo?

– No, al contrario, lo veo igual o peor que cuando me fui. Yo me fui del PN en el 99, digo, voté dentro del PN pero en el balotaje donde hubo que decidir entre Batlle y Tabaré Vázquez. Lógicamente que nosotros estábamos mucho más cercanos a la propuesta programática del FA porque era mucho más moderna y republicana. Muchos ciudadanos votamos en el balotaje a Tabaré Vázquez, los fundadores de la Columna Blanca, Jorge Machiñena, Aldorio Silveira, Jorge Coronel, Manuel Singlet, todos votamos en ese balotaje al doctor Tabaré Vázquez por tener una afinidad con el programa del FA.

Eso llevó luego a todo un proceso. Ahí el PN votó un 23%, quedamos terceros, y yo vuelvo ahora a un PN con el 21%, y con el mismo discurso de aquel tiempo que lo llevó a perder la del 94, la del 99, la del 2004 y a perder la del 2009 porque si uno revisa el discurso y la propuesta, es el mismo de las últimas décadas, por eso es que la gente no ve al PN como un partido de opción de gobierno, porque sigue con un discurso de la década del 90, con un modelo que fue el que fundió a la Europa actual, por eso hoy en Europa se está dando el debate entre republicanos y liberales…

– ¿Por qué piensa que se está dando?

– Porque los republicanos volvemos a tomar fuerza en el mundo entero como modelo de gobierno, y el PN históricamente fue republicano y federal, el que fue liberal y unitario fue el Partido Colorado, esas son las matrices ideológicas diferentes. Entonces el PN cometió el error de confundir la matriz ideológica cuando fundaron el partido rosado por la desesperación de ganarle al FA. Fue cuando mi maestro e inspirador político, fundador de este movimiento, don Walter Santoro, me dijo “el Frente va a ganar sí o sí y en primera vuelta”. Le dijeron de todo dentro del PN, y el hombre tenía razón.

Vuelvo al PN y el partido sigue con el mismo discurso. Santoro, hoy desaparecido, a quien siempre consulté, aún estando dentro del FA, me dijo que yo tenía que volver al PN a hacer una revolución interna de ideas, a levantar las banderas que tuvo el partido siempre. El PN hoy es un lema, nada más que eso, le falta contenido, hay que dárselo, pero el contenido está en las banderas, me dijo Santoro. Entonces, me encuentro con un partido estancado en el 21%, estamos lejos del 30 y pico del 2004, estamos lejos del 31% del doctor Lacalle del 2009. O sea, estamos los blancos a 14 puntos de un piso competitivo.

– Supongo entonces que su idea para pelear su candidatura presidencial es arrimar votos nuevos al PN y no sacarle a Larrañaga ni al Herrerismo, ¿cuál sería entonces, en líneas generales, el discurso que utilizaría para que quienes están desencantados con el gobierno de Mujica, que hoy han pasado a engrosar las filas del 23 o 25% de indecisos, voten al PN?

– Ese electorado que usted marca, según los análisis de encuestas, no solo está desencantados con el gobierno de Mujica, está desencantado con las dirigencias de todos los partidos políticos que hoy conducen en mayoría a los partidos. Si uno va a fondo a ese 23%, fíjese que esa cantidad de gente es más de los que votan al PN hoy, son más de 600 mil personas que quizás hasta piensen muchos, quizás la mitad, votar en blanco. Nosotros apostamos a esa gente. ¿Cuál es nuestra apuesta? Decir lo que venimos diciendo que se debe hacer como proyecto de país desde que tenemos trece años, que lo aprendimos con Wilson Ferreira Aldunate y que dijimos durante toda una vida.

Estamos por la defensa de la soberanía nacional, en contra de entregar los recursos estratégicos como la comida y el agua dulce que es el destino de la Nación porque somos la última reserva agrícola que va quedando en el planeta, por lo tanto estamos en contra de cosas como la gran minería de cielo abierto y todas esas cosas que comprometen el destino de la Nación.

Tenemos una propuesta que no tiene ningún sector del PN, porque en eso somos pragmáticos, que refiere a dar seguridad para todos involucrando a las fuerzas armadas, las fuerzas militarizadas y la policía en un proyecto estratégico de defensa de lo que es la seguridad de la gente para darles garantías de trabajo y educación porque sin seguridad no se puede trabajar ni estudiar. Esa propuesta es “seguridad para todos”, está en nuestra página (de internet), la pueden leer ahí. Yo le aseguro que en 10 meses liquido con el tema de la inseguridad.

En Educación hemos propuesto toda la vida lo mismo. Votamos la ley de educación bajo disciplina partidaria diciendo que la ley de educación era una ley fascista que venía con los mismos vicios de la ley del 72 del doctor Julio María Sanguinetti y del gobierno de Bordaberry, que creó un organismo político para gobernar la educación ideológicamente, cosa de la que hemos estado desde siempre en contra. A nosotros nos van a encontrar siempre del lado del planteo de Varela y de Vaz Ferreira, lo dijimos en el Senado. El otro día analizaban algunos politólogos las tres posturas que hubo en el Senado en la interpelación, estaba la postura del senador Larrañaga muy cercana a la del doctor Sanguinetti. La postura nuestra, que es decapitar el organismo político y volver a las autonomías anteriores al 72, como fue toda la vida, o sea, eliminar el CODICEN y volver a la autonomía técnico administrativa y pedagógica de Varela y Vaz Ferreira. Y después la otra postura, la que tiene el gobierno que trata de una conducción fascista de la educación a través de un organismo ideológico donde los sindicatos también gobiernan la educación, siendo que los sindicatos están para defender los intereses de los trabajadores de la Educación, no para gobernar.

– El uruguayo también se preocupa por su bolsillo…

– La gente se preocupa por el reparto de la riqueza que el FA prometió y no hizo. Un país que ha sido exitoso en estos últimos 7 años en política macroeconómica, que ha tenido ingresos importantes por los valores que pagan a nuestros commodities a nivel internacional, que pasamos a tener un Producto Bruto Interno de 46 mil millones de dólares y que tenemos un presupuesto de 10.500 millones de dólares, el 80% de los ingresos se reparte entre el 25% de algunas familias, y el 75% de las familias recibe la diferencia. Eso no es de izquierda, ni siquiera cercano a lo que puede ser una socialdemocracia republicana, el FA no lo logró…

– ¿Por qué piensa que no lo logró?

– Porque priorizó las multinacionales donde cualquier inversión viene y sirve con tal de que meta plata. Pasó con PLUNA, pasa con ANCAP, con Montes del Plata y todas las asociaciones que ha hecho el gobierno. Hay 870 millones de dólares de renuncia fiscal, de los cuales 470 millones están yendo a parar a las manos de grandes multinacionales que no precisan renuncia fiscal porque tienen ingresos extraordinarios, están en zonas francas, mientras que el resto de las empresas nacionales no tienen los beneficios que les dan a estas otras.

Ahí hay una desigualdad entre empresas. Pero además, el impuesto a la renta está mal aplicado, tiene que tener escala, hay que bajar el impuesto a las empresas chicas y medianas, ir por la distribución de utilidades, eso es promover la inversión. Hay que elegir qué inversión le sirve al país, no cualquier inversión sirve, y eso es uno de los grandes temas que el FA prometió y no cumplió.

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