María Teresa Zerbino, de Queraltó
El padre Manuel Pérez es asesor nacional de la Conferencia Episcopal y Vicario Episcopal de la Vicaría de la parte de la familia y la vida en la diócesis de Montevideo. “La tarea que trato de desarrollar es acompañar en cada diócesis junto con el equipo de Pastoral Familiar Nacional lo que es el compromiso de promover la familia como el ámbito de crecimiento humano natural de todas las personas y valorar el don de la vida”, explicó a EL PUEBLO.
LA VIDA DESDE SU CONCEPCIÓN HASTA SU EXTINCIÓN
Tanto la familia como la experiencia de la vida naciente desde su concepción hasta su culminación natural hoy está muy en cuestión, entonces, para nosotros – prosiguió – es un compromiso muy importante poder no solamente explicitar estos valores sino acompañar las situaciones diversas que van surgiendo.
Estamos en un momento en que no solamente son cuestionados estos temas, estas realidades de la vida de familia y los vínculos interfamiliares del don de la vida, sino también a nivel de propuestas legislativas hay una serie de proyectos que golpean fuertemente lo que es el vínculo familiar, la unidad matrimonial, el vínculo entre un hombre y una mujer, que constituyen un matrimonio, el por qué y para qué traer un hijo al mundo.
Son todos temas abiertos que, de alguna forma, desde el acompañamiento que tratamos de hacer como pastoral de la Iglesia Católica, también unidos a otras personas, no solamente católicos: gente de muy buena voluntad que comparte inclusive nuestra fe aunque no son católicos, buscar los caminos para que esta realidad que es la familia en el ámbito en el que crece cada uno de los hijos, sea salvaguardada y potenciada. Por ahí va un poquito el enfoque de esto que estamos haciendo acá en Uruguay.
“HAY UN MOVIMIENTO CONTRA EL MATRIMONIO”
Mi nombre es María Teresa Zerbino, estoy casada con Carlos Queraltó, soy orientadora familiar y en este momento soy la presidenta del CIEF (Centro de Investigaciones y Estudios Familiares) con sede en Montevideo. Hace 46 años que trabajo a favor de la familia. Todo por la Familia es un consultorio donde se atiende a familias con problemas y se potencia.
También tenemos una prevención a través de cursos que se desarrollan a través del CIEF. Con el Padre (Manuel Pérez), estamos dentro de la Pastoral Familiar. Como familia, nos interesa mucho todo lo que es ir a favor de la vida desde su concepción hasta su final natural.
– Si tuviera que identificar los peligros o riesgos mayores que tiene en este momento la familia.
– Es cultural. Es una desestructuración y una descalificación de la familia. Hay un movimiento contra el matrimonio. Lo toman como algo que quita la libertad y un montón de detalles que realmente hay como un movimiento que está agrediendo a la familia. Por otro lado, una de las características que se da es la liberación de la mujer, o sea, el feminismo; no por el hecho de la mujer en sí sino por la competencia con el hombre. A la mujer, el embarazo y el tener hijos la deja atrás en este pensamiento de feminismo. Al competir con el hombre, por ejemplo, en el año, si yo tengo un hijo, hay seis meses que no rindo como un hombre. Entonces eso, va agrediendo mucho a la familia.
Por otro lado, también la competencia laboral hace que el niño se institucionalice: a los dos años o antes pasa a una institución. Entonces, ya no tiene la concepción de familia ya de chiquitito: no tiene a papá y a mamá sino que tiene una cuidadora y una cantidad de compañeros y no tiene a los hermanitos.
Son muchos los detalles y creo que hay que legislar y tratar de salvaguardar la familia, para que aquellas mujeres que quieren quedar en sus casas, que quieren criar a sus hijos, lo puedan hacer.
EL MATRIMONIO NATURAL ES HOMBRE Y MUJER
Hay una iniciativa legislativa en este momento que apunta a legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo. ¿Cuál es la opinión con respecto a eso?
La opinión del CIEF es que el matrimonio es entre hombre y mujer. Es el matrimonio natural, no por matrimonio legalizado ni por papeles ni por sociedades. El CIEF ve más allá de las leyes, de las reglamentaciones. Lo que se quiere hacer es una sociedad para que las personas estén protegidas por las herencias y esos papeles. Eso al CIEF no le interesa. El CIEF, lo que dice es que el matrimonio natural donde nacen hijos, donde se desarrolla una familia, es hombre y mujer. Esa es la concepción.
Entre los argumentos principales que se están apuntando a tratar de alguna manera de afectar el matrimonio es que sería una discriminación no aprobar, no darle fuerza a este tipo de proyecto.
La palabra discriminación se está utilizando para agraviar a lo natural. Cuando alguien se siente discriminado, creo que el sentimiento es más de quien se siente discriminado de que del que discrimina. ¿Por qué? La Iglesia y el CIEF nunca dejan de atender a nadie. El CIEF ha atendido parejas homosexuales, hombres y mujeres. No discriminamos.
No estamos de acuerdo. Pensamos que realmente lo mejor es lo otro, porque es lo natural. Lógico: cuando alguien habla en contra de alguien, cuando alguien habla de alguien distinto de sí, ese distinto se siente discriminado, pero no siempre es discriminación. También con las razas: recuerdo que tenía mi hija chiquitita, y subimos a un ascensor y subió una persona de color, una persona negra, mi hija tenía año y medio, hablaba y me decía “mamá, es negro”. ¿Está discriminando? La persona se puede sentir discriminada, pero la niña no está discriminando, está resaltando una diferencia. Creo que va por ahí.
LAS SECUELAS DEL ABORTO
– Un tema también muy polémico en nuestros días es el que tiene que ver con la concepción de la vida, el aborto. ¿Cuál es el concepto con respecto a la concepción de la vida y la paternidad responsable?, ¿se pueden armonizar?, ¿se deben armonizar?
– Creo que el punto de partida es la paternidad responsable. La pareja tiene que ser consciente de que como pareja –hombre y mujer-, precisamente porque se aman, están llamados a prolongarse en sus hijos, como fruto del amor que tienen uno por el otro. Creo que es la realización plena de la pareja, cuando logra vivir esa experiencia. Aún parejas que no tienen capacidad fecunda, está la acción de la adopción. Como que naturalmente el hombre y la mujer constituidos en pareja en vida matrimonial viven esa experiencia que yo diría que es hasta como una necesidad. Entonces, el punto de partida es la responsabilidad, es poder dar vida a los seres que son sus hijos, frutos de su amor.
Hoy, pensar en el aborto naturalmente es eliminar un ser que está viviendo y que es un ser autónomo desde el momento de la concepción. La ciencia lo afirma, esto no es solamente un planteamiento cristiano o un planteamiento de fe. Cualquier libro de biología habla de que en el momento de la concepción empieza un ser humano a vivir totalmente autónomo de la mamá. Entonces, hay otra corriente como el feminismo –que recién se señalaba-, el derecho de la mujer a decidir, el hijo deseado y no deseado, esos planteamientos que buscan de alguna forma justificar la eliminación de este ser que, si transcurre naturalmente el tiempo de gestación, va a nacer.
Entonces, se buscan argumentos que justifiquen la eliminación de esta persona. Pero en realidad, el aborto, se mire por donde se mire, es la eliminación del ser humano. Lo podemos llamar suspensión del embarazo, pero si yo suspendo algo, quiere decir que lo puedo reiniciar; si suspendo un embarazo, nunca lo voy a poder reiniciar.
Más allá de todos los problemas que implica moralmente o desde el punto de vista de la atención clínica de la persona, o de la sintomatología que aquellos que están involucrados en una situación de abortos y en una clínica hay personal sanitario, quién acompaña a la persona para abortar, quién induce a la persona para abortar, las presiones sociales que vive la persona, todo esto, de alguna forma, después crea secuelas.
Uno encuentra personas de veinte, treinta, cuarenta, cincuenta años, que abortaron y todavía siguen pensando en ese hijo, dónde está ese hijo. Hay una serie de sintomatologías que le provocan el recuerdo, porque naturalmente, es una experiencia tan fuerte que deja secuelas, por más que en el momento de la ejecución del aborto la persona puede tener una mínima capacidad de decisión. Pero evidentemente que un aborto, para hablar bien claro, es la eliminación de un ser humano, un homicidio, matar un ser humano, que desde el punto de vista de la ciencia, hoy está reconocido desde la concepción. El descubrimiento del genoma humano, el ADN, ya habla de una identidad personal desde el primer momento.
UNA GUERRA SILENCIOSA PARA REDUCIR LA POBLACION
A veces se dramatiza por un accidente, por un asesinato de un adulto, las guerras; pero hay una guerra fría y callada que es toda esta eliminación de seres humanos a nivel de todo el mundo, que responde a otros intereses mundiales. Creo que es importante señalarlo. Hoy estamos planificando la población de acuerdo a directivas que no son nuestras, directivas que miran a reducir la población mundial con fines meramente económicos, porque es más fácil dominar a menos que a más.
Entonces, hay una planificación de las grandes instituciones como UNICEF, como la ONU, que tienen ya planificado para tal año es necesario que esté aprobado el aborto en todos los países de América Latina, para tal año es necesario que la población baje de tantos millones a tantos millones.
Justamente estaba conversando con el Padre Fernando Pigurina, que estamos hablando de 6.700 millones de habitantes en todo el mundo en este momento, que dicen “no cabemos más”. Si ustedes multiplican el área del departamento de Colonia, cabemos todos los seres humanos del mundo ocupando un metro cuadrado.
Quiere decir que la tal superpoblación no es cierta. Eso hace despertar que los intereses son otros, y en vista de eso, se busca de mil formas: no solamente el aborto sino las guerras; las guerras, además de ser un negocio de armas, son provocadas. No hace falta investigar demasiado. Hay enfermedades que están eliminando poblaciones enteras a través del SIDA.
Hay muchas políticas que, de alguna forma, tienen un solo objetivo. Claro que el aborto es lo que tenemos más cerca, es lo que tenemos aparentemente –y parece una contradicción- más al alcance de la mano, pero evidentemente el aborto y todas estas otras maneras de eliminación de la población mundial son frutos de estas organizaciones que tienen planificada la reducción de la población mundial. Ese es el objetivo.