Como comentáramos en ediciones anteriores, el pasado viernes 16 quedó inaugurada en el Museo María Irene Olarreaga Gallino, la muestra “Paisaje con fósiles” de Joaquín Arostegui. En la oportunidad estuvo presente el propio artista, quien se dirigió al público luego de ser presentado por el Encargado del Museo, Arquitecto Paul Bittencourt. La muestra se encuentra en la Sala de exposiciones temporarias “Carmelo de Arzadum” y permanecerá abierta por algunos días más.
Día de los Museos
El arquitecto Bittencourt explicó que la muestra “se enmarca en la Celebración por el Día de los Museos” (16 de mayo), y agregó que “unos 30.000 museos en el mundo están realizando actividades hoy, según la UNESCO”. Destacó la actividad como un buen aporte a que “el museo cada vez tenga un rol más protagónico en la sociedad, en la cultura, como elemento de comunicación”.
Salto, un lugar de afectos
Por su parte Joaquín Arostegui, dijo que “Salto es un lugar de gran afecto para mí, he trabajado muy bien en distintas oportunidades, en distintos momentos”. Recordó que su primer acercamiento a nuestra ciudad “empezó en el año 88 cuando el Ministerio (de Educación y Cultura) había montado una exposición itinerante de artistas plásticos por el interior, estuvo dos años la muestra y me tocó estar en Salto (…) luego me comencé a vincular con APLAS y desde allí en más se han hecho más frecuentes mis pasajes por Salto”, comentó.
Una metáfora sobre el tiempo
Respecto a la muestra que dejó inaugurada, “Paisaje con fósiles”, dijo que “es una muestra un poco particular. El motivo son restos del ferrocarril, que se había decretado su muerte y no circulaba más, por los años 96 o 97. Yo me encuentro en la vía con restos de cosas como señaleros y cosas así, y empiezo a indagar, a hacer dibujos, pero no daba en la tecla, hasta que un día hice un click, me puse en la postura como si fuera un arqueólogo que empieza a documentar. Y en los apuntes tomados, y en los dibujos que hice, algunas cosas se desfiguraban: esto parece un monje, esto parece un grillo… y ahí empecé a divagar. Al utilizar tinta china, un pigmento natural como la nogalina, simular que son dibujos antiguos cuando en realidad son de ahora es como hacer trampas con el tiempo. Una metáfora sobre el tiempo pasado o quizás sobre el tiempo perdido, no lo sé”.