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¿Qué hacemos con la marihuana?

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¿Legalizarla totalmente o seguir combatiéndola?

La Regional Norte de la Universidad de la República fue sede de una jornada de técnicos y otros representantes de instituciones que adhieren a la idea de que lo mejor que se puede hacer frente a la realidad del consumo de la marihuana, es liberarla totalmente. Es esta la mejor manera de evitar el tráfico, explican. Recordaron que el primer político destacado que se animó a hablar públicamente a favor de la liberación de consumo fue el Dr. Jorge Batlle y hoy, son muchos los políticos que acompañan la idea, incluso el Dr. Luis Alberto Lacalle Pou, quien participó de la mencionada jornada. El Dr. Diego Camaño, destacado penalista, catedrático en la Universidad de la República; y el psicólogo Emilio Pérez Ramos, dieron su visión sobre la temática, que reproducimos en el presente informe.

Dr. Camaño

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“Lo que queremos es garantizar

los derechos de los usuarios que han elegido consumir”

Un destacado penalista y un psicólogo, comprometidos con el movimiento que procura la liberación total de la tenencia, consumo y comercialización del Cannabis Sativa (marihuana) en el país formularon sus puntos de vista.

El Dr. Camaño, docente de la Universidad de la República sostiene que “el sistema no funciona de una forma igualitaria y equitativa” y quienes terminan siendo procesados y enviados a la cárcel son consumidores desgraciados que los agarran con cantidades relativamente importantes o pequeños traficantes”.

El Dr. Diego Camaño (Instituto de Estudios Legales y Sociales del Uruguay -Ielsur).

Disertó en la Jornada desarrollada en la Regional Norte sobre “Consumo y Despenalización de Cannabis en el Uruguay” sobre el marco legal actual y su sustento teórico, «La legislación como alternativa al prohibicionismo».

En charla mantenida con EL PUEBLO  el profesional y docente de la Facultad de Derecho, manifestó que “el consumo de cualquier sustancia está permitido, incluso de cualquiera de las drogas aún las más pesadas.

Lo que está prohibido son los actos previos al consumo, como por ejemplo la tenencia de determinadas cantidades y la comercialización. El consumo y la tenencia de una cantidad razonable para el consumo personal son conductas permitidas”. El tema se plantea con un montón de situaciones en las cuales actúa la justicia penal, y al entender de Camaño no debería hacerlo.

LOS PROCESADOS

“Por el funcionamiento del sistema penal la mayor parte de quienes terminan siendo procesados y enviados a la cárcel son consumidores desgraciados que los agarran con cantidades relativamente importantes o pequeños traficantes”.

EL AUTOCULTIVO

UNA POSIBILIDAD

Opina que por un lado “el sistema no funciona de una forma igualitaria y equitativa” y por otro lado “hay buenas razones para avanzar en el marco legal en cuanto a determinadas conductas, como por ejemplo el autocultivo: la posibilidad de que una persona para su propio consumo pueda plantar en el fondo de su casa una planta de marihuana”. Entiende que las “personas que plantan lo que tratan es de evitar caer en el método ilegal, tratando de colocarse fuera de una situación de penalización”. Pero este tipo de conductas hoy en día están prohibidas. Para el caso de la tenencia de determinada cantidad de droga, que no se sabe cuanta cantidad es, ya que queda a criterio del juez, nos dijo el docente que “hay mucha variedad de criterios en cuanto a lo que los jueces aplican” y cree que se podría avanzar en el sentido de despenalizar dicha conducta.

LA LEGALIZACIÓN

NO ES AUSENCIA

DE NORMAS

La propuesta de fondo “es la legalización, que no quiere decir ausencia de normas. Significa que esas sustancias, al igual que los medicamentos que están controlados, estén sujetas a determinadas normas. Esto tiene ciertas ventajas, porque permite mejorar la calidad del producto, ya que hoy en día los usuarios de estas sustancias no pueden controlar cual es el contenido de lo que les venden.  También permitiría bajar el precio, eliminar el mercado ilegal que es el que genera las organizaciones, el narcotráfico”. Porque, continuó expresando, “en la medida que uno incorpora a la legalidad ciertas conductas eso ya no es negocio para el narcotráfico. Sabemos que los menos interesados en la legalización son los narcotraficantes. La prohibición es funcional a los intereses de quienes trafican con estas sustancias”. Indicó que se intenta lograr un sistema en donde el Estado regule y tenga una participación, con normas que reglamenten todo lo que tiene que ver con el tráfico y el uso de estas sustancias, para que de esa manera estén mejor protegidos los derechos de los usuarios.

LA GUERRA

HA FRACASADO

“Con esto va a disminuirse o eliminarse prácticamente el mercado ilegal que hay en el entorno a estas sustancias, y el sistema penal no va a ser usado para este tipo de situaciones”. Cree Camaño que “la legalización tendría que ver con todas las sustancias, ya que la guerra contra las drogas es una guerra que ha fracasado, y que no da resultado y no ha servido para sacar ni para disminuir la demanda que hay. Además genera corrupción y aparatos burocráticos que lo único que hacen es retroalimentarse con fondos. También genera intervenciones militares en nuestros países, sino pensemos en Colombia. La guerra contra las drogas en sí es una ilusión”.

También entiende que hay “razones políticas, porque este no es un tema científico y puramente legal, en el fondo es una definición política porque son tan drogas el alcohol y el tabaco como la marihuana y la cocaína. No hay ninguna definición científica que nos permita decir cuales drogas tienen que estar penalizadas y cuales no”. Dicha definición política es difícil pero debe necesariamente, en algún momento empezar por alguna de las sustancias, y la marihuana es una sustancia que hoy día esta socialmente aceptada, que se conocen cuales son sus efectos y que es de las drogas consideradas livianas, por eso empezar por la marihuana parecería una buena cosa.

PARA LA SALUD

ES PEOR QUE

ESTE PROHIBIDA

Respecto a la idea de la liberación de todas las drogas, el expositor manifestó que “a los efectos de la protección de la salud pública es mucho peor que estas sustancias estén prohibidas, porque si lo están es muy difícil hacer políticas públicas de prevención. En el caso del alcohol y del tabaco es más fácil hacer campañas y establecer políticas públicas, pero en las sustancias prohibidas es mucho más difícil porque el Estado que ha declarado el tráfico de estas sustancias ilegal está limitado por esa prohibición para desarrollar determinadas políticas para proteger la salud”.

Dijo que la prohibición no favorece al tema de la salud, por eso se da el caso de los medicamentos controlados. “Hay drogas que están incluidas en esas listas cuya circulación está autorizada porque forman parte de componentes de medicamentos controlados que se venden con recetas verdes en la farmacia. Y esto permite un control, una protección de la persona que necesita consumir esa sustancia”.

LA EXPERIENCIA

INTERNACIONAL

Respecto a la experiencia internacional en países en donde está liberado el consumo de drogas, Camaño hizo referencia a los llamados “coffee shop”, que son lugares donde tienen un menú en donde se puede elegir distintos tipos de canabis, marihuana, y eso ha generado un mayor control sobre lo que es la circulación de estos productos y ha generado que los propios usuarios no tengan que someterse a una ilegalidad y tengan un lugar en donde puedan desarrollar una conducta que no está prohibida”. Además eso baja el nivel de estigmatización, ya que el consumidor tiene el estigma porque su conducta está prohibida”.

También podría hablarse de “los usos terapéuticos que puede tener la marihuana en situaciones de dependencia respecto de drogas más pesadas, o los usos que puede tener para el tratamiento de determinadas  enfermedades; pero estamos privados de eso porque está prohibido”. Se pregunta ¿cuál es la salud que se está protegiendo?.

Breve manual

de auto-cultivo

En la Jornada realizada en la Regional Norte se entregó un “Breve Manual de Auto-cultivo”, en donde se indican técnicas de germinado de semillas en sustrato o servilletas, los cuidados necesarios para el crecimiento de la planta, el período de floración, el secado, curado y almacenamiento. Este folleto, según surge de su propia redacción, esta confeccionado con el objetivo de que los consumidores no compren “basura en el mercado negro”, se pueda “cosechar su propio cannabis, contra el narcotráfico, para no ir a la boca y cultivar tus derechos”. Advierte, además, que la marihuana que se consigue en el mercado negro “puede haberse cultivado con agroquímicos y puede contener hongos tóxicos que dañan los pulmones, ya que a los narcotraficantes no les interesa la calidad”. En el dorso de la publicación se indica que “el producto de su venta alimenta mafias, corrupción y lobby prohibicionista”.

Del repartido que se entregó en las jornadas surge:

·La decisión de consumir mientras no afecte a terceros, según la ley vigente, es un derecho individual inalienable.

·No queremos comprar y contribuir con el narcotráfico

·Reclamamos poder cultivar para uso personal, ya que el autocultivo no afecta la seguridad pública, reduce daños y quita clientes a las bocas.

Psicólogo Emilio Pérez Ramos

(Comunidad Terapéutica La Brújula)

Abordar una realidad que ya existe porque hoy mucha gente consume

Se trata de abordar una realidad que existe. “Hoy mucha gente consume marihuana, y hay que aceptar una realidad de la que no se quiere hablar. La ilegalidad muchas veces lo que hace es tapar algo, no querer ver, no aceptar y no querer empezar a pensar sobre lo que está pasando”. El consumo esta “de hecho hace años en este país. Es progresivo y significativo el porcentaje en los jóvenes”.

El profesional que trabaja con drogodependientes se pregunta si este tipo de jornadas que se plantean sería una manera de incitar al consumo de alguna sustancia, y elabora una respuesta partiendo de que “el consumo está, es un hecho, se va a quedar”. ¿Qué beneficios y que consecuencias tiene legalizar el consumo de drogas? “No es poner a disposición la droga porque hoy ya está al alcance y el que quiera encontrarla la consigue, pero en el ámbito de la ilegalidad, en la trasgresión”. Cuando algo se obtiene en la ilegalidad se expone a riesgos legales, físicos.

Es conveniente sacar a la marihuana del circuito de la ilegalidad. “Hoy por hoy las bocas de venta de drogas no venden solamente marihuana, venden otros productos, ya que la marihuana es la que menos ganancia da”. De alguna manera no aceptar la situación que se da de hecho se expone a los consumidores a otros riesgos.

Si bien en Uruguay hay un alto índice de gente diagnosticada de depresión, “la marihuana es una droga de las llamadas hipnóticas y no es de las que producen excitación, sino que “desestresan”. Por lo que si hay un estado depresivo va a aflorar con mayor facilidad de repente. No hace aparecer cosas nuevas, quizás se puede angustiar un poco más, y puede hacer más visible una patología que ya esté instalada. No significa que genere patologías”.

NO CUALQUIERA

ES UN ADICTO

La postura que hace años se escucha es que como consecuencia del consumo se podría estar ingresando al consumo de drogas más pesadas. Pero el profesional manifiesta que “cualquiera no es adicto, para serlo la persona tiene que tener determinadas características de personalidad que lo lleven a ello, como un trastorno.

La marihuana no hace aparecer cosas nuevas, “no se pasa del faso a la merca, y de ella a la lata, como si fuese algo lineal. Eso no es real”. La legalización y reglamentación del consumo de marihuana nos daría la posibilidad de controlarla, y alejar del riesgo inmediato a la gente que va a una boca, y tiene otro montón de ofertas para consumir”.

Hoy la iniciación del consumo se hace con la pasta base (droga dura con efecto inmediato y que genera ganas de consumir más), sin necesidad de tener un antecedente de marihuana. “A veces se empieza con la pasta base sin mediar ningún consumo previo de otra sustancia, a veces sin siquiera mediar el alcohol”. La legalización es una propuesta interesante, según Pérez, para “que se pueda pensar en políticas públicas de salud respecto a las drogas, que es lo que hoy por hoy se barre debajo de la alfombra y se deja de lado, y se consume mucho en Uruguay”. La marihuana, por ser una de las drogas más livianas difícilmente genere adicción.

LA MAYOR CANTIDAD

DE DELITOS ESTA

ASOCIADA AL ALCOHOL

Respecto a la vinculación de la droga con el fenómeno delictivo, según los datos del Ministerio del Interior la mayor cantidad de delitos está asociado con el alcohol (el 26%), una droga social aceptada, no muy mal vista, con negocios establecidos propiamente para su consumo”. ¿Qué es lo que pasa que no se puede hablar de la marihuana en Uruguay? La gente se asusta de la marihuana y sin embargo no podemos pensar en el alcohol que está marcando una problemática muchísimo mayor, en gastos de salud, de dinero.

En lo referente a la vinculación del consumo con el fenómeno del suicidio, reconoce que hay sustancias que “pueden disparan la decisión, pero hay sustancias más rápidas y que inciden mucho más que la marihuana, por ejemplo la cocaína, la pasta base, y que la propia marihuana, a veces, puede aplacar la angustia, depende del estado de ánimo en que se esté surte el efecto”. Si bien no hay pruebas científicas que indiquen que la marihuana destruye el sistema nervioso y sus funciones, si “afecta el nivel de concentración, el nivel atencional, dispersando a la persona, afectando sus capacidades, extremos recuperables luego de los efectos del consumo”.

Influye mucho la posición moral del Juez

“Hay bastante desinformación”,  pero de a poco está dejando  de ser un tabú”

Desde su trabajo en IELSUR, el Dr. Camaño manifestó que “hay bastante desinformación en la gente, y cuando uno explica determinados aspectos se pueden apreciar los problemas reales que genera la prohibición y deja de tener preconceptos o prejuicios  que de alguna manera son generados por muchas circunstancias, e incluso por los medios de comunicación que vinculan la droga con el delito que es bastante nefasta”.  Lo importante es brindar información al público para tener un debate sin prejuicios, dejando de lado el telón de fondo que no nos deja ver bien los problemas. A nivel de la juventud cree “que es una conducta socialmente aceptada el tema de su consumo, nadie se escandaliza”, y a nivel de su práctica como abogado penal manifiesta que “los jueces han ido siendo más permisivos con las cantidades que permiten tener  las personas.  En las decisiones judiciales influye mucho la posición moral del juez, más que la cuestión técnica jurídica”. Como profesor de derecho penal el tema es uno de los que más apasiona a los estudiantes. “Hay interés en el tema. No hay grandes marchas como en otros países, pero de a poco está dejando de ser un tema tabú. Ninguno de nosotros hacemos apología del consumo, ni queremos incitar a que la gente lo haga.  Lo que queremos es garantizar los derechos de los usuarios que eligen consumir esta sustancia”. Cree que sigue habiendo un estigma importante, ya que los padres, por ejemplo, no se escandalizan tanto por el consumo de alcohol y si por el tema de la marihuana. También hay una cuestión cultural: el alcoholismo es un grave problema de salud pública hoy, y es aceptado e incluso fomentado. Se ve la influencia de las percepciones o prejuicios que uno tiene, el miedo a lo prohibido, a la cárcel, a la internación.

NO SE INTERNA POR MARIHUANA

El psicólogo Pérez Ramos, a su vez, relató que en la Clínica de internación en la que trabaja “no se interna a personas por consumo de marihuana, porque es un tipo de sustancia que se puede manejar de otra manera, y que la aparición de un consumo en la adolescencia es hasta esperable hoy en día”.

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