La selección francesa medirá hoy su estado de forma y euforia ante una Nigeria que llega al duelo de octavos de final del Mundial tras haber superado una crisis en el vestuario. Lanzada por un Karim Benzema en pleno idilio con el gol, Francia superó las expectativas en la fase de grupos y se ganó el mote de favorita.
El renacido equipo de Didier Deschamps, que hace menos de un año estaba contra las cuerdas tras perder 0-2 con Ucrania la ida del repechaje, chocará hoy en Brasilia ante una selección que a pesar de sus problemas de vestuario fue de menos a más en la fase de grupos.
“No conseguir el título sería un fracaso”, señaló el defensor Bacary Sagna, dejando claro que la Francia de Brasil 2014 es muy distinta de la que se despidió de Sudáfrica 2010 por la puerta de atrás con los jugadores y el seleccionador enfrentados.
“El hecho de haber mostrado nuestras cualidades en la primera ronda nos da confianza, pero no arrogancia. Si no, nos vamos a encontrar con grandes problemas”, explicó el centrocampista galo Yohan Cabaye, que estará de nuevo a disposición de Deschamps tras perderse el duelo ante Ecuador. Ese partido fue el único en que los galos no hicieron gala de un fútbol eléctrico y certero. “Pero eso no amarga ni un ápice nuestra alegría por habernos clasificado”, resumió Deschamps.
Las estadísticas también están del lado del conjunto francés: siempre que superó la fase de grupos de un Mundial alcanzó al menos las semifinales. En 1958, 1982 y 1986 cayeron en dicha instancia, en 1998 ganaron el título delante de sus aficionados y en 2006 perdieron el partido decisivo con Italia.
Ahora espera Nigeria, que se encomendará a la velocidad de sus atacantes arriba y a las manos de su arquero estrella Vincent Enyeama en su propio arco. Antes de volar a Brasilia, la selección africana boicoteó el último entrenamiento en Campinas: en vez de práctica hubo una discusión telefónica con el presidente del país, Goodluck Jonathan, por los premios que recibirán los jugadores por su actuación en el torneo. El dinero debería llegar puntualmente antes del pitazo inicial en el estadio Nacional de la capital brasileña.
“No luchamos contra nadie en especial. Sólo queríamos recordarles que esperamos lo que fue acordado”, dijo el capitán, Joseph Yobo, que insistió sin embargo en que el tema de los premios no tendrá ningún efecto sobre el césped. “Ahí no se puede pensar en otra cosa que no sea jugar y ganar”.