Muchas veces hemos visto con mal ojo este tema y así lo hemos expresado. Estamos perdiendo los valores logrados en materia de escritura y lo que es peor aún es la incidencia que esto tiene en materia de comunicación, aspecto al que no parece que se le diera la importancia que tiene.
Desde ya nos cae mal el hecho de las diferencias para denominar las mismas cosas en los pueblos que se supone hablar el mismo idioma.
Es así que al pollo, se le llama “frango” en Brasil. A nuestros “championes”, en Argentina se les denomina “zapatillas”.
En Chile al noviazgo se le dice “pololeo”, para referirnos sólo a los pueblos más cercanos a nosotros.
Estamos seguros que los pueblos más alejados, como Perú, Paraguay, Ecuador o Colombia también tienen sus diferencias entres ellos y con respecto a otras regiones.
No se trata de saber cuál es el término correcto, ni porqué los regionalismos. Sino sencillamente de unificar el criterio y saber cómo denominarlos en cada caso.
Este tema vuelve al tapete, porque ha trascendido que más de la mitad de los estudiantes para profesores o maestros muestran errores o defectos al escribir algunas palabras y lógicamente estos errores o sencillamente dudas se trasmiten luego a los estudiantes, que como docentes tengan luego a su cargo.
Más allá de todo, lo que más duele o lastima los ojos, es no sólo la palabra mal escrita, sino lo que trasmite de la persona. Alguien que escribe mal, es poco lectora, mal puede entender un texto y menos tiene capacidad de discernimiento.
El idioma ha sido una de las herramientas más utilizadas para dominar a los pueblos.
Cuando se supone que se habla el mismo idioma, pero se utilizan términos distintos, los pueblos no se entienden o les cuesta mucho más de lo normal.
Recordamos que en nuestros días de estudiante se dice “el buen lector corrige al mal escritor”. Esto sin duda es así, pero no significa que quien tiene sus manos la difícil misión de enseñar o de trasmitir valores, debe despreocuparse por conocer a fondos las reglas y disposiciones del idioma.
Lamentablemente hoy oímos que lo importante es hacerse entender y como esta no es la esencia de lo que debe comunicarse, no se le presta mucha atención a este aspecto.
Para nosotros es un aspecto esencial y escribir correctamente y sin errores es básico, para dar pasos más avanzados, como redactar.
Porque “el que no sabe es cómo el que no ve”, al decir de nuestros mayores.
Nunca nos cansaremos de reclamar este aspecto.
A.R.D.