Hace unos 30 o 35 años atrás, era bastante común que estudiantes de Salto, en pleno preparatorio (Bachillerato), planearan un “viaje de intercambio”, que en la mayoría de los casos tenía como destino Estados Unidos. Algunos lo lograban, otro no, pero el tema estaba presente.
Luego, paulatinamente fue dejándose de hablar de ello, hasta que avanzados los años 90 y comienzos de este siglo recobró fuerzas y era frecuente ver en nuestras calles estudiantes no solo de EEUU, sino también de Alemania, Noruega, etc.
Este año, los estudiantes extranjeros llegarán a Uruguay el 12 de agosto y luego de hacer la respectiva cuarentena, se encaminarán al hogar de la familia que los recibe.
Todo es parte del trabajo que realiza YFU, la organización que cuenta ya con unas siete décadas de vida.
YFU es la sigla de “Youth For Understanding”, cuya traducción al español es “La Juventud para la Comprensión”. Se trata de una organización educativa, sin fines de lucro, sin filiación política, ni religiosa, ni racial, que se dedica a la promoción de la paz entre los pueblos del mundo y el entendimiento internacional, a través de sus programas de intercambios culturales.
YFU en Uruguay tiene su teléfono siempre a disposición para evacuar dudas y nutrir de información a quien lo requiera: 24065054, en tanto su sede está ubicada en Ana Monterroso de Lavalleja 2085- Montevideo. En Salto, el “referente voluntario” es el maestro Ramón Rosconi (celular: 091078502).
Es una red internacional de intercambios interculturales formada por un equipo de funcionarios, así como voluntarios de los más de 50 países que la integran. Tiene 70 años promoviendo esta apertura intercultural.
Esta organización permite crear vínculos de por vida que cambian la forma de ver el mundo.
“Los intercambios interculturales de YFU permiten logros y aprendizajes que transforman la vida de los estudiantes y por ende de las familias, donde pasamos a ser ciudadanos del mundo y no de un lugar”, dicen sus principales referentes.
El intercambio consiste en que se puede enviar a jóvenes de Salto, de Uruguay, a otros países de Europa, Asia y América o recibir a jóvenes de otros países en nuestra familia. Tanto para ir o recibir, son jóvenes estudiantes entre 15 y 18 años. Estos seguirán sus estudios contando con el apoyo de las familias y referentes voluntarios que ya han vivido la experiencia de ese intercambio.
A la familia que recibe se la denomina Familia Anfitriona. Esta brinda alojamiento y alimentación en forma voluntaria. Los estudiantes tienen un seguro médico y lo necesario para cubrir gastos personales.
Una buena pregunta es: ¿Qué beneficios tiene una familia al ser anfitriona? Antes hay que decir que se trata de un acto voluntario y solidario, que no conlleva beneficio económico. La familia aprende de otras culturas, costumbres, tradiciones típicas, se crean vínculos que dan, por ejemplo, la posibilidad ir a otros países de paseo, etc.
Lo importante para YFU es que la familia anfitriona tenga el deseo y la voluntad de tener un estudiante de intercambio. Ese estudiante pasa a ser un hijo más que se integra al grupo familiar. Es fundamental bridarle un cálido ambiente de hogar. El tiempo de hospedaje puede ser variado, 3, 6 u 11 meses
En la página oficial de YFU se lee, entre mucha información más, estos interesantes apartados que reproducimos textualmente:
BENEFICIOS
Todas nuestras familias anfitrionas son voluntarias. A través del estudiante, la familia conocerá sobre la cultura y tradiciones típicas del mismo sin salir de su casa, viviendo una experiencia única que enriquece a todos los miembros de la familia y hará que, además, estos se sientan más cerca unos de los otros al compartir y redescubrir parte de su cultura y país con un estudiante de YFU.
REQUISITOS
Todas las familias se conforman de distintas maneras, pero lo importante es que exista un cálido ambiente familiar en el que todos puedan disfrutar. El principal requisito para ser familia anfitriona es querer recibir al estudiante e integrarlo como un miembro más de la familia. Es decir, abrirle su casa, compartir su historia, sus tradiciones y costumbres. Además, brindarle un espacio (puede compartir cuarto siempre que tenga su cama propia) y alimentación (las cuatros comidas básicas del día).
