El tema que hoy nos convoca es el de la reiteración del pedido del ministro del interior de la autorización de los allanamientos nocturnos, una medida que como lo dijo, considera que es una medida esencial y que hasta ahora el Poder Legislativo no pudo autorizar debido a que entendemos que para hacerlo necesita una mayoría especial.
En el fondo esconde otro concepto, que tiene que ver con el uso que se haga de esta autorización. Autorizar los allanamientos nocturnos, específicamente prohibidos por la Constitución de la República, significa darle a la policía y eventualmente a quien ejerza el poder autorización para hacer incluso lo que la ley no ha autorizado hasta el momento y para nosotros al menos con mucho acierto.
Para entendernos bien, hasta el momento los allanamientos nocturnos no están autorizados, pero nada impide que se hagan durante el día, e incluso que se acordone una finca o un barrio entero hasta que llegue el día.
Si los allanamientos se limitaran a aquellos hechos con el debido criterio y la responsabilidad que cabe no tendríamos mayores motivos para oponernos.
Pero en la situación actual donde se descubren frecuentemente conexiones de autoridades con la corrupción y los abusos, no creemos que sea acertado otorgar esta autorización.
Si estos allanamientos se hacen con las debidas garantías, dejando bien claro quién lo ordena y por qué, es una cosa. Muy diferente es cuando no se muestra nada, no se proporciona documento alguno y se aprovecha para maltratar a quien “molesta” o cuestiona estos abusos, en estos casos somos los primeros en oponernos.
No se puede desconocer la historia en estos temas y lo que surge de esto no es bueno precisamente, porque ha habido abusos y similares.
Conocemos las estratagemas que suele aplicar el delito para eludir los allanamientos, pero también conocemos muy bien los abusos y excesos que se han cometido durante estos operativos.
Si los allanamientos nocturnos se aplican específicamente para combatir el delito y cuando hay pruebas debidas de que en el lugar a allanar se cometen delitos, no tenemos problema en apoyar la medida.
Nuestra desconfianza surge cuando se pide una autorización generalizada a la policía y nadie puede ignorar que no toda ésta obra con la debida responsabilidad.
Los frecuentes procesamientos así lo confirman.
En definitiva, para nosotros se trataría de otorgar algo por corto tiempo, debidamente controlado y analizado, porque no se trata de un tema menor precisamente.
A.R.D.
