Un grupo de técnicos de ANEP, reunido en Montevideo el pasado miércoles 15, resolvió que para ayudar a los niños en su formación, es necesario eliminar la repetición escolar. Así lo plantearon en un documento redactado y firmado al cierre de un seminario sobre el tema y la propuesta será presentada a fin de año.
Antonio Romano, director de Planificación Educativa del mencionado organismo, manifestó su convencimiento de que hacer repetir de grado a un niño no mejora la calidad de su aprendizaje, que se trata de un mecanismo que “no da resultado” y que además “es uno de los predictores del abandono posterior”.
Las críticas a la medida no se hicieron esperar desde varios sectores, especialmente docentes y políticos. Se cuestiona desde la inconveniencia de que una decisión de tal magnitud se hubiese tomado entre unos pocos y reunidos en un hotel cinco estrellas, hasta lo nefasto de una tendencia a “igualar hacia abajo” que se viene imponiendo.
Pero además, causó molestia el carácter unilateral de la decisión, sobre todo porque se excluyó del ámbito de resolución nada menos que a los consejeros del CODICEN Robert Silva y Elizabet Ivaldi, electos por los docentes y por los gremios docentes respectivamente. Por ende, las autoridades oficialistas dejaron afueran a los únicos consejeros electos democráticamente, algo que provocó profundo malestar.
Pero las críticas van aún más allá de lo meramente técnico-pedagógico que el tema de la repetición escolar puede implicar y que podría ser discutible; quienes están en la vereda de enfrente al oficialismo hablan hasta de un “resentimiento social” que subyace a la medida, sobre todo porque entre sus explicaciones Romano expresó: “llegó la hora de que hagamos un pacto social, un acuerdo de que la educación es obligatoria para todos, es un derecho de todos y, por tanto, no puede ser pura meritocracia. Llegó el momento de que la clase media acepte que esos bancos que, históricamente, se reservó para sí misma, ahora los deberá compartir con los recién llegados”.
Los consejeros Ivaldi y Silva se mostraron sumamente molestos y preocupados por la “improvisación” en el tratamiento de un tema de esta naturaleza. “Nos enteramos cuando ya estaba totalmente planificado. Creo que no es la forma de funcionar como un organismo colegiado”, dijo Ivaldi.
En tanto Robert Silva señaló que “no puede haber políticas improvisadas, en donde se plantea algo, luego se anuncia en la prensa con grandes titulares de que se va a cambiar la repetición, y no estamos enterados ni siquiera los que tenemos que tomar decisiones.
¿Qué idea damos actuando así en forma improvisada? Que esto va a ser flexibilidad total, el libertinaje. No va a haber más repetición y por lo tanto, los alumnos van a pasar olímpicamente”. Y finalmente cuestionó: “¿por qué cambiar ahora?, ¿para beneficiar las estadísticas? No creemos que por eliminar la repetición vamos a arreglar los problemas de la educación. Se necesita un cambio integral, un cambio en la política curricular”.
El gobierno prevé eliminar la repetición escolar por entender que no da resultado y fomenta la deserción
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