Dos preocupaciones dejó planteadas el Dr. Adolfo Elizaincin, en su exposición realizada el lunes de la semana anterior en Casa Quiroga. La ortografía, que aparece menospreciada y sub valorada por la educación actual y la comprensión lectora, afectada por abreviaturas y otros signos que utilizan muchos jóvenes actualmente en el lenguaje escrito, al estar limitados a determinada cantidad de caracteres, tanto en el facebook, como en twitter, SMS y otras herramientas utilizadas por las modernas tecnologías de comunicación.
Con respecto a la ortografía, Elizaincin si bien aclaró que personalmente no ha verificado el alcance del problema y sobre todo qué explicación dan los docentes para dejar pasar los errores ortográficos sin corregir, se mostró preocupado sobre la incidencia que puede llegar a tener la deformación de la palabra escrita.
Para esto hizo hincapié en que si bien el lenguaje oral generalmente tiene diferencias que tienen que ver con la pronunciación, las diferentes tonalidades y demás, el lenguaje escrito en el idioma español es en todas partes igual. Si bien la disertación fue anunciada como “Idioma y Nuevas Tecnologías”. Elizaincín advirtió que en materia específica sólo se consideraba usuario de las nuevas tecnologías y de allí que su disertación se enfocó en aspectos lingüísticos específicamente,
EL RIESGO DE DEFORMAR LA ORTOGRAFÍA
Si bien un colombiano, un cubano, un cordobés (argentino), seguramente hablan diferente, por la tonalidad, por la entonación, por los consabidos “cantitos” propios de una región o un país. Lo que nos une a todos los hablantes, es precisamente el lenguaje escrito.
Las palabras en el idioma español se escriben de la misma forma en todos lados. Esto es en España, en Cuba en Colombia o en Uruguay y por lo tanto, esto es lo que nos une y nos permite entendernos.
Esto precisamente es lo que está en riesgo si procedemos a escribir de cualquier forma l as palabras y “todo vale”, porque llegará el momento en que no nos entenderemos, porque no habrá reglas ortográficas comunes y por lo tanto las palabras podrán escribirse en forma totalmente diferente en un lugar que en otro.
Elizaincin consideró además un error, que las maestras argumenten que no corrigen los errores ortográficos, porque con el uso los niños sabrán como se escriben correctamente las palabras. No se si realmente es este el argumento para no corregir, yo no lo he comprobado personalmente, pero me han llegado de diferentes personas, la misma versión. Considerar que se va a corregir sólo, sería un grave error. Una vez que la persona escribe la palabra de determinada forma, si no se la corrige, si no se le enseña como se escribe correctamente, es difícil que luego lo aprenda e incorpore este conocimiento.
LA COMPRENSIÓN LECTORA
La segunda preocupación de Elizaincin tiene que ver con el riesgo de que las abreviaturas y los límites que impone la nueva tecnología deformen el entendimiento de los jóvenes a tal punto que habituados a usar estos signos cuando tengan que leer los textos “normales” no los entiendan o no los asimilen.
En cuanto a la incidencia en si de las abreviaturas e incluso la supresión de palabras que suelen usar los adolescentes y jóvenes llevados por las nuevas tecnologías, Elizaincin señaló que “no me animo a decir si tendrán incidencia, ni negativa ni positiva sobre el idioma”. Para esto habrá que esperar, porque abreviaturas y similares se han usado en todos los tiempos y en todas las épocas, y no siempre han incidido en el lenguaje escrito.
Recordó que décadas atrás era habitual escribir Montevideo de esta manera: Mvdeo, luego fue dejándose de lado de tal forma que hoy casi que no se ve la palabra escrita de esta forma. Agregó que en determinada época en España, era habitual que las cartas protocolares terminaran con cuatro letras: Q.B.S.M., lo que visto en la actualidad sería difícil de descifrar su significado, sin embargo en aquellos tiempos, signficaba “Que Besa Su Mano” y era un formulismo habitual.
POCOS JÓVENES
En relación al hecho del uso de la disertación de Elizaincin, actual presidente de la Academia Nacional de Letras, doctor en linguística y ex Decano de la Facultad de Humanidades en dos períodos, fue seguida por numerosos docentes, sobre todo maestros y algunos profesores, pero prácticamente ningún joven concurrió a la misma.
Dr. Adolfo Elizaincin alerta riesgos para el lenguaje escrito por la deformación que sufre la ortografía
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