Cuando dijimos que lo peor que le podía pasar al Uruguay era creer que el estar entre los países con menos casos de COVID 19, lo alejaba de la posibilidad de contraer el virus. Lo decíamos en base al bajo número de hisopados que se hacían, la densidad poblacional y porque seguramente las consecuencias podían ser muy graves.
Precisamente el riesgo mayor era que la duración de la pandemia, vale decir si se extendía por mucho tiempo, Uruguay debía enfrentar una gran prueba. Convencidos de que estábamos casi “a salvo” de la pandemia, se comenzó a bajar los brazos, a dejar de lado las medidas de prevención y otras que debido a la extensión en el tiempo fueron dejándose de lado.
Hoy podemos contar los dedos de una mano los lugares comerciales que mantienen todas las medidas recomendadas. La alfombra húmeda con determinado desinfectante para los pies y hasta el lavado de manos varias veces al día, casi han pasado a la historia.
Junto a ello se hacen hoy más hisopados de los que se hacían antes, todo esto ha llevado a un notorio agravamiento de la situación y mucho nos tememos que el tema siga agravándose. Es que existe la convicción de que no estamos ante una enfermedad grave y por lo tanto no “calienta mucho” para ser precavidos y tomar las medidas que se aconsejan.
Montevideo es la mitad del país y las medidas tomadas allí son seguramente oportunas. Hay voces que reclaman medidas más “duras” contra quienes no se cuidan o violan las medidas recomendadas de ex profeso.
No compartimos esto, decididamente nos hemos pronunciado a favor de las medidas voluntarias y por lo tanto no participamos del confinamiento obligatorio. No es que ignoremos el riesgo que conlleva, sino porque entendemos que el camino para lograr una mayor adhesión a las medidas recomendadas es la convicción y no la imposición.
Lo hemos dicho ya varias veces en el fondo es un tema de solidaridad el “cuídate para cuidarnos” es un llamado a la solidaridad de todos los seres humanos, es entender como pocas veces lo hemos notado que somos parte del mismo sistema, que no sólo compartimos con las demás personas, sino también con los animales y aunque en principio nada tienen que ver con el tema que nos ocupa, también compartimos con las plantas y la flora en general.
La multitudinaria concurrencia al cortejo de Tabaré Vázquez, y seguramente la realización del clásico entre Peñarol y Nacional, las fiestas tradicionales y el verano en particular pondrán a prueba nuestra solidaridad, de la que mucho nos tememos estamos lejos de alcanzar.
A.R.D.