Conocí el personaje de Conan el cimerio en 1982, cuando se estrenó la película protagonizada por un desconocido Arnold Schwarzenegger, quien sin embargo ya había probado suerte en otras cintas pasando prácticamente desapercibido, como en «Hércules en Nueva York» (1970), «Cactus Jack, el villano» (junto a Kirk Douglas y Ann Margret, 1979).
Sin embargo, con esta película de Conan, que es una superproducción de Lino De Laurentiis, con la magnífica banda sonora de Basil Poledouris, el guión de un joven Oliver Stone y la espectacular dirección de John Milius, la atenta mirada del público mundial se detuvo por primera vez y con detenimiento en este nuevo y hercúleo actor, quien desplazaba momentáneamente al famoso fisiculturista televisivo Lou Ferrigno (Hulk). De todas formas, sería con sus siguientes películas, Terminator (1984) y Comando (1985) que Schwarzenegger comenzaría una meteórica carrera cinematográfica.
Como sea, fue con Conan que Schwarzenegger comenzó a hacerse popular, fundamentalmente gracias a los seguidores del bárbaro cimerio, creación del escritor del género fantástico Robert E. Howard (1906-1936). Conan comenzó como una creación literaria de poca monta en la revista «Weird Tales» («Cuentos Extraños», traducción literal) en 1932. Allí Howard crea su propio universo, la Era Hiboria, la que según los críticos de entonces, deja notar en algunos aspectos la influencia de H.P. Lovecraft, quien también publicaba sus historias en dicha revista. Howard alcanzó a escribir quince historias de Conan y una novela (La hora del Dragón, también conocida como Conan el conquistador), póstumamente se publicarían otros cinco relatos del cimerio. En la década del 70 Conan pasaría a la historieta, donde crece en popularidad hasta nuestros días donde el personaje se reinventa constantemente. Luego con la película de Schwarzenegger el personaje de Conan crece aún más y a los pocos años llega a la televisión en dos tiras de dibujos animados y luego en una serie de televisión donde el alemán Ralf Moeller (también visto en otras películas, como Gladiador en el año 2000) retoma el personaje con poco éxito.
A finales de los 90 los rumores fueron muy insistentes en que Schwarzenegger retomaría el personaje que lo mostrarían a Conan cuando finalmente cumple con la profecía que sería rey, pero el pequeño detalle de meterse en la política por el partido republicano y ser electo gobernador de California además de Conan se fue por la borda un nuevo Terminator.
Ya en 2007 los rumores del regreso de Conan vuelven a hacerse sentir, luego de una dura batalla por sus derechos cinematográficos, se deciden a avanzar en la idea de retomar el personaje del guerrero cimerio. Se pensaron en varios actores para suplir al musculoso austríaco, pero finalmente se decidieron por alguien un poco más espigado y menos inflado, Jason Momoa, actor y modelo hawaiano que acababa de participar en la serie de HBO, «Juego de Tronos» interpretando un personaje bastante parecido a Conan, aunque un poco más bruto, Khal Drogo.
La cuestión es que las expectativas sobre la interpretación de Momoa han sido muy elevadas pues se puso sobre sus hombros a un personaje legendario que lo puede elevar a la cima, como hizo con Schwarzenegger pues de ahí en más fue perseguido por el éxito, o terminar por hacerlo caer en el abismo de los eternos personajes secundarios en todos los demás proyectos que emprenda, como en el caso de Moeller.
La primera impresión que nos deja luego de ver la película, es que se lo extraña a Schwarzenegger. Luego del primer desencanto, uno como que comienza a acostumbrarse a Momoa y agradece que hayan rescatado del ostracismo al personaje. Pero cuando termina por acostumbrarse a Momoa, se da cuenta que otra cosa está fallando, el guión y la dirección de la película.
La cuestión es que, en resumidas cuentas, la historia cuenta que el malo de la película, Khalar Zym (Stephen Lang) anda buscando los pedazos de una máscara sagrada para intentar armarla como si de un puzzle se tratase. Es que los antiguos sabios sabían del poder de esa máscara, por eso la partieron en pedazos que llevaron a recónditos lugares, porque con la sangre conveniente se transformaba en un arma letal de tal magnitud que quien la poseyese se transformaría en el amo del mundo.
Quiere dios (el guionista), que la última parte que requería el muy malo de la película se encuentre en poder de los cimerios, donde justamente el padre de Conan es el jefe de la tribu. Como es de suponer, Zym se apropia del trozo de hueso de la máscara, mata a todos pero deja vivo sin querer a Conan, que para ese entonces era un adolescente, quien obviamente jura vengar a su pueblo.
Zym ahora necesita de la sangre de una doncella con el ADN previamente establecido, quien por azar (guionista), se encontrará con Conan y a partir de ahí unirán sus destinos para vencer al malo e impedir que alcance su objetivo, revivir a su mujer, que es una bruja poderosa, y así conquistar al mundo.
Como dijimos, se extraña a Schwarzenegger, ni siquiera el uso del 3D evita que en algún momento pensemos en él, de todas formas la película entretiene y permite ser vista por los menos fanáticos del personaje. Momoa cree que alcanzó finalmente el estrellato con este personaje pues ya no solo anda buscando filmar una segunda parte sino que ya habría escrito él mismo el nuevo guión… quien le dice, quizás se le haga.