“Estamos contentos porque se solucionó el problema de la luz en las calles”, nos decían ayer vecinos del barrio Dickinson. Es que desde hace varios días venían reclamando por la falta de alumbrado público.
Quienes se han mostrado molestos y nos lo hicieron saber, son varias personas que habitualmente transitan por la costanera sur y sostienen que está “en pésimas condiciones” la plazoleta Víctor Lima. Recordemos que está ubicada en costanera sur y calle Juan Pablo II. Sobre todo nos hablan de mucho pastizal, lo que, según nos dicen “da un aspecto de total abandono”.
A propósito, lo que sigue estando en muy malas condiciones es el Palacio de Oficinas Públicas y su entorno (veredas). Un profesional nos comentaba ayer: “se puede entender que tal vez no haya plata suficiente para restaurar lo edilicio, pero esta mugre en la vereda (por calle Artigas) es imperdonable”.
Hablábamos estos días de la muy buena afluencia de público a los centros termales, lo que por supuesto constituye una muy buena noticia para comenzar el año. Lo malo, según el comentario de al menos cinco o seis personas que se comunicaron con nuestro diario, es que hay que hacer una cola muy larga para entrar (en Daymán). Una lectora nos decía que estuvo una hora y media esperando, “perdiéndome de ya estar disfrutado de las piscinas por estar ahí parada”. ¿Alguna solución?