“Hay un tronco grueso, como de los que se cortan para leña, colgado de los cables del alumbrado público…”. Esto nos decía ayer un lector que se comunicó con nuestra Redacción. Se refería a la cuadra del 600 de la avenida Gobernador de Viana, vereda Este. Hechas algunas averiguaciones, un vecino dijo a este diario que ese tronco fue colgado allí a propósito, “para que no se tocaran entre sí los cables”.
En fin, sería bueno que a quien le corresponda el mantenimiento en este caso, sea UTE o Alumbrado Público de la Intendencia, se dieran una vuelta por el lugar. Hay quienes temen, y es lógico el temor, que el tronco pueda caer sobre un transeúnte.
Escuchamos ayer en un comercio un diálogo que nos pareció interesante. Una señora decía que no le parecía productivo que hubiera en la ciudad tantas cámaras de vigilancia porque “los delitos siguen y siguen…¿y se encuentra a los delincuentes mirando las cámaras?”, decía. Pero otra señora le respondía: “en mi barrio casi todas las noches robaban macetas con plantas de los porches, pero desde que pusieron una cámara en la esquina, ¡santo remedio!, se terminó el problema”.
Siguiendo este último razonamiento, bienvenida sea la cámara entonces, porque se estaría cumpliendo así uno de los propósitos fundamentales cuando se habla de seguridad pública: la prevención del delito.
