En la mañana de ayer parecía que sería un domingo soleado, pero alrededor de las 16 se vino la lluvia. Muchos enseguida «levantaron campamento» de donde estaban (costaneras, parques…), otros no llegaron ni a salir. «Igual, tenemos toda la semana para pasear», comentaba una adolescente que ya miraba con entusiasmo las vacaciones que están empezando.
Recibimos en los últimos días más de una queja, sobre vehículos que estacionan casi en las esquinas. Por un lado, en algunos casos se dificulta la visión para saber si viene otro vehículo por la perpendicular; pero además, «a veces obstaculizan las rampas para subir o bajar las sillas de rueda», nos decía un lector.
Ante tanta insistencia con el reclamo de diferentes lectores por el mal estado de las veredas del puente Los Algarrobos -puente La morcilla-, periodistas de este diario estuvieron allí observando. Total razón tienen quienes se quejan: no está en mal estado, está en un estado desastroso.
En ambos lados de la calle, de por sí las veredas son angostas, ya que los grandes árboles que hay, se roban un buen espacio. En lo que queda de lugar, y en gran medida justamente por acción de las poderosas raíces de esos áboles, el piso está muy levantado y roto.
El principal problema es que quien camine por allí, de continuo debe bajar la calle para poder seguir, y los vehículos por la costanera no pasan muy lento que se diga.
