Una especie de veranillo; mucha humedad y hasta calor por momentos es lo que se vive en las últimas horas, lo que hace prever -como está anunciado, además- que tendremos lluvia. Y después vendrá otra vez el frío, aunque serán ya los últimos fríos como suele decirse.
No son pocos los que comentan ya la Tormenta de Santa Rosa, que «nunca falla, ningún año, es cuestión de esperarla nomás», como nos comentaba alguien ayer, y que, si bien es a fin de mes, puede adelantarse.
Ayer se vivió una jornada muy especial, con un clima raro y no solamente por lo atmosférico, es que también había paro y el movimiento en la ciudad, en días así, es completamente distinto. Menos escolares y liceales en las calles, por supuesto. En las paradas de ómnibus, y en los ómnibus mismos, es algo que se nota bastante también cuando hay menos bullicio de niños y jóvenes. Aunque por lo que pudimos saber, sobre todo en los liceos, la concurrencia tanto de alumnos como de docentes fue en un número considerablemente alto.
Un eterno problema: perros sueltos en la vía pública. Esta vez fue sobre el mediodía de ayer en pleno centro, Uruguay y Grito de Asencio, que significaban un verdadero peligro para el tránsito. De hecho, una moto que frenó de golpe porque un perro se atravesó, casi provoca que un auto que venía detrás la embistiera. Felizmente, fue solo el susto.