Finaliza la Semana Santa y sin dudas que todo lo que en ella pasó o dejó de pasar es tema recurrente por estos días, en las calles, en los medios de prensa, en las redes sociales… Claro que sobresale el tema de la pandemia y su impacto para las actividades turísticas.
¿Se sintió realmente en la economía del departamento la falta de turistas en los centros termales por haber estado cerrados? Por supuesto que sí, y para comprobarlo basta con hablar con cualquier persona vinculada a empresas y comercios.
¿Hubo igualmente turistas que llegaron a Salto? Sí, los hubo, pero al no contar con el principal atractivo que son las termas, fueron notoriamente muchos, pero muchos menos quienes vinieron.
Como es sabido, rige la prohibición de estacionamiento de vehículos en el lado oeste tanto de costanea sur como de costanera norte. Sin embargo, alcanzaba por darse una vuelta por cualquiera de ellas en la tarde del Viernes Santo para ver que no eran pocos quienes hacían caso omiso y estaban igualmente allí estacionados, como si nada.
¿Se controló esto por parte de la Intendencia y/o Policía o Prefectura? ¿En qué horarios? Pero sobre todo la pregunta es: ¿Por qué cuesta tanto obedecer lo que se indica hacer por el bien de todos? Porque en definitiva, se podrá estar de acuerdo o no, la medida podrá ser acertada o no, pero si es una disposición de la autoridad competente, hay que acatar.
