Es mucha la gente que siente miedo ante la pandemia. Más quienes están o creen estar expuestos a un mayor riesgo, y el temor se traslada a las familias. El comentario viene al caso porque ayer nos llamaba una señora, octogenaria, muy preocupada ya que donde trabaja su hijo varios funcionarios han dado positivo al test. «Estamos muy afligidos y la verdad que quisiéramos que cerrara el lugar, pero se entiende que es una decisión muy difícil también para los patrones», nos decía.
Bicicletas circulando por encima de las veredas es un tema de larga data. Ayer volvió a plantearse. «Ustedes desde el diario tendrían que insistir para que se obligue a usar patente, así se identifica quién comete las infracciones», nos decía en pleno mediodía un comerciante de calle Brasil que miraba asombrado a un hombre desplazarse a alta velocidad por arriba de la acera sur.
¿Será la solución el uso de chapa-patente? No lo sabemos. Lo cierto es que nos hizo acordar al tiempo en que sí se debía obtener en la Intendencia la patente para bicicletas. Las chapas y las libretas que se entregaban a los propietarios hoy solo pueden verse en grupos que en las redes sociales exhiben antigüedades.
A propósito de redes, las fotos que circularon estos días, en las que se ve abundante agua servida corriendo por las calles del barrio La Esperanza y zonas cercanas son realmente preocupantes.