El tramo que desde la costanera norte conduce a la desembocadura del arroyo San Antonio ha cambiado muchísimo en los últimos tiempos: bitumen, bancos, iluminación, ya no más ranchos que ocupaban espacios ilegalmente, etc. Hasta un monumento a La Redota, obra de Diego Santurio, fue inaugurado allí.
Con temperaturas como las de estos días, se ve diariamente a muchas personas disfrutar de ese entorno, sobre todo en horas de la tardecita. Hay quienes van a pescar y quienes simplemente se sientan a tomar mate, o caminan, o andan en bicicleta.
Lo malo es que las pintadas que una agrupación política hizo en todas las columnas del alumbrado que están a un costado de la calle, ya pasaron a ser parte del paisaje. ¿Se ocupará la misma agrupación de limpiar cada una de las columnas ahora que ya pasaron las elecciones? Pasaron dos meses y nada…
A propósito de gente en las costaneras, alguien que empezó a salir a caminar alrededor de las 5 de la mañana, se sorprendía de la cantidad de gente que encontró haciendo la misma actividad. También se sorprendía de que «todo el mundo se saluda, todos se dicen buen día, mucho respeto». Qué bueno que lo mismo ocurriera también en otros ambientes y a otras horas del día.