Desde la madrugada de ayer la lluvia viene siendo intensa por esta y por varias partes más del país. Sin dudas que era necesaria. Los ríos y todos los demás cursos de agua han empezado a mostrar su caudal más habitual luego de varios días de sequía. Pero además, la lluvia trajo alivio al calor que mucho se hizo sentir a comienzos de semana.
Hablando de río, en la tarde del martes el CECOED anunció «el inminente aumento en los niveles del río» que estaba previsto para las horas siguientes. Y así fue. Decepción significó esto para el grupo de salteños que en estos días venía limpiando la costa en la zona del Muelle Negro: habían quedado montones de la basura que se juntó, listos para ser cargados en camiones, pero vino el agua y volvió a llevarse todo.
Más allá del malestar de muchos y de las críticas a la Intendencia por no haber llevado la basura a tiempo, sabiendo que el río subiría, en el grupo predominaba el buen humor y las ganas de no bajar los brazos en esta admirable tarea que vienen cumpliendo.
En la noche del martes, el chofer de un ómnibus insistió amablemente a una pasajera que usara tapaboca. Como no obtuvo resultado, frenó y se dirigió hasta el asiento de la mujer a explicarle que si no acataba la medida debía descender del bus. Sólo así logró el objetivo. Parece un ejemplo concreto y claro de la lucha diaria entre quienes asumen una responsabilidad y quienes son indiferentes.
