Alguien que participó el viernes del acto por el Día del Policía Caído en Cumplimiento del Deber, se sorprendió al ver varios efectivos policiales con grandes tatuajes en sus brazos. Preguntó y se le explicó que «ya no corre más» aquello que para ser Policía, los tatuajes tenían que estar en partes del cuerpo no visibles. Cambia, todo cambia, como dice la canción.
Hablando de cambios, es bueno cuando al vaciarse un local comercial no tarda en ocuparse nuevamente con otro emprendimiento, del mismo o diferente rubro. Es lo que pasa en el local grande de Blandengues y 8 de Octubre: pasó rápidamente de restaurante a farmacia. Lo que allí no cambia es la presencia, apenas baja el sol y por calle 8 de Octubre, de indigentes que arman verdaderos campamentos donde pernoctan, incluso con varios perros a cuesta.
«Los comercios que más surgen en estos tiempos son las pizzerías que se dedican a trabajar solo con reparto a domicilio», nos hacía notar una persona. «Con un buen horno y saber elaborar, no se precisa mucho más», agregaba.
Gente en el centro ofreciendo la rifa de AJUPENSAL es otra de las postales habituales en esta época del año. Ya es tradicional en Salto. Se sortea un auto -este año también una moto y dos cascos- con la lotería de fin de año y el valor es de 100 pesos. No solo a través de los vendedores callejeros sino también en comercios de varios puntos de la ciudad y en la propia sede de la institución, está a disposición de los salteños.








