Volvemos hoy sobre Salto Grande. No porque nos resulte agradable hacerlo, sino porque consideramos que toda injusticia debe asumirse.
Para nosotros el tema de Salto Grande es un debe que habrá de pesar decisivamente en el futuro electoral.
Consideramos que es injusto porque no fue lo que se pregonaba en la campaña de la lista que en nuestro departamento que encabezó Albisu (Carlos), quien consideramos una persona honesta y justa.
El tema radica en quienes le rodearon, los ediles de su sector y el de Coutinho (Germán) y el punto aquí es hasta donde se dejó “envolver” o siempre pensó así y ¿borró con el codo lo que escribió con la mano?
Y hasta el momento tenemos grandes dudas ¿Cómo es que se prestó para que varios ediles de estos sectores fueron los primeros designados como funcionarios de Salto Grande?
Se supone que lo ediles son “honorarios” es decir desempeñan funciones sin ambicionar otra remuneración que “el honor de servirá todos los uruguayos”.
La jugada política fue el intento de renunciar a la Junta Departamental (es decir al cargo “honorario” y seguir desempeñándose como funcionarios de la CTM de Salto Grande, muy bien remunerados por supuesto. Estratagema que por suerte fue rechazada.
Pero ¿la “culpa” la tiene Albisu que firmó las autorizaciones para el ingreso de dichos funcionarios? O los miles de salteños que votaron y aprobaron todo lo que prometía el sector?
No nos quejemos tanto, cuando se trata de repartir la torta, los que se llevan la mejor parte son los que siempre estuvieron “arriba” y los demás son relegados.
Que en el Uruguay fue siempre así, no nos sirve como argumento, porque aunque se trate de una utopía seguimos pensando que lo más justo es que todos los que hicieron sacrificio para prepararse, para capacitarse sean los primeros y cuando haya que convocar a otros para cargos para los que no se necesita preparación alguna seamos todos iguales, como uruguayos que somos y haya un sorteo justo e igualitario, sin preferidos.
También hemos visto concursos y sorteos en los que ya se sabía quienes ganarían y este concepto de justicia tampoco nos sirve.
Hemos dicho que integramos un pueblo prostituido y lo mantenemos. Hoy como lo explicamos oportunamente nadie vota sin esperar “algo” a cambio y no hablamos de los cargos de confianza, sobre los que nada tenemos que decir, sino de los otros, sobre todo en tiempo electorales cuando se busca cualquier artilugio para burlar los pocos controles que tenemos.
Al que le caiga el sayo que lo ponga.
A.R.D.