Pasar por algunos destacamentos policiales que en otros tiempos sirvieron para que este servicio público tuviera presencia en algunos puntos estratégicos de la Ciudad y verlos hoy vacios, deteriorándose, si es que ya no están totalmente deteriorados, es ver una imagen deplorable.
Sucede en dos buenas construcciones como son los destacamentos de Ceibal (en la avenida Ferreira Aldunate, ex Paysandú) y el de Salto Nuevo, (en calle Treinta y tres y Orestes Lanza ). Neófitos en cuanto a políticas de seguridad ciudadana, recordamos cuando se pedía que se volviera hacerlos funcionar y nos pareció una buena idea.
Admitimos que los actuales recursos técnicos y científicos pueden haber vuelto obsoleta e inútil esta presencia, pero basados simplemente en la experiencia entendemos que no es así.
Una de las grandes dificultades que siempre han manejado las autoridades del rubro es la escasez de personal, pero mucho nos tememos que no se hace todo lo que puede, basta observar qué hacen algunos policías –con su celular – en horas de guardia.
Nos acordamos cuando se propuso formar cuadrillas integradas por policías y funcionarios municipales para realizar recorridas por la ciudad, a lo que obviamente se opuso el gremio de los municipales, entendiendo cosa compartimos, que no es la función que le cabe a un trabajador municipal.
Se hace hincapié en la lucha contra el narcotráfico y el cierre de las “bocas” de venta de droga en los barrios del departamento, como en otros lugares, pero quien conoce la realidad sabe que lo que no se dice es que muchas veces el cierre de una “boca” todo lo que supone es un cambio de delincuente, porque lo que se logra es que el vendedor “titular”, deja paso a otro familiar que sigue con esta actividad, a veces hasta en el mismo lugar.
Días pasados escuchamos a un ex fiscal decir que frecuentemente lo peor que puede hacerse es ir a visitar a un recluso. Debido a que a éste lo “marcan” otros reclusos, los que “mandan” en el ambiente carcelario y le dan un “pedido” para que lo haga traer por dicho familiar.
Si éste no lo aporta o no consigue pasarlo, el recluso la pasa muy mal, expreso el ex fiscal. Lo que no entendemos es porqué conociendo esta realidad, sabiendo cómo se maneja este sub mundo, se permite que las cosas sigan existiendo sin cambio alguno.
En algún momento habrá que despolitizar este tema y abocarse realmente a lo que importa y es capaz de cambiar las cosas.
A.R.D.