Así está hoy la planta de cannabis medicinal de Salto:
Lo del título describe la actualidad de la empresa Boreal Agrominerals (registrada en BPS como Ignapin S.A), planta de cannabis medicinal que en su momento -hace tres años atrás- generó en nuestro medio una gran expectativa como posible gran fuente de trabajo. Ubicada en Ruta 3 km 498 y camino La Calera, hoy ya no funciona y los empleados están en pleno proceso de reclamo por varios haberes impagos.

EL PUEBLO pudo dialogar con ellos para interiorizarse más en la difícil situación que atraviesan todas estas familias. Hay mucha angustia, desconcierto y una gran desilusión porque se derrumbó prontamente lo que en un momento fue presentado como un gran proyecto. Nadie da respuestas, nadie sabe responderles nada, no hay ninguna certeza, solo incertidumbre, sostienen permanentemente.
Quien más detalles brindó a este diario fue Nicolás Ghigliazza, quien se desempeñaba como técnico en mantenimiento: “hacía la parte de campo, de planta y los motores electrógenos…”.
La planta empezó a construirse a finales de 2019. “Nosotros ingresamos el 30 de marzo de 2020 -dice Nicolás-; se estaban haciendo las plantas de secado y nosotros fuimos a orientar, a ayudar a terminar esas tareas, también a supervisar y gestionar lo que iba quedando pronto, que era la parte eléctrica, la climatización…”
“PARECÍA CIENCIA FICCIÓN”
Dice el entrevistado que “al principio venía todo muy lindo, como quien dice todo color de rosa, se veía una gran inversión, no solamente con infraestructura sino también con todos los contenidos internos, con las maquinarias… Todo muy bueno, muy lindo”. A lo sumo, reconoce, “por ahí sí había una carencia en la parte administrativa, en la parte gestora, había algunas cosas que dudar. Por ejemplo pagos que se hacían como en ciencia ficción, que eran con valijas grandes llenas de plata, adelante de la gente, eran cosas increíbles. Cuando nosotros ingresamos, pasaron unos meses y se empezó a cosechar, eran como unas plantas de prueba. Ahí llegaron a haber unas 300 personas en sala, y un poquito más, sumado eso a la gente que trabajaba terminando la planta, éramos casi 400 personas en total. Había mucha expectativa. Fijate que en setiembre se logró la inauguración, vinieron figuras muy importantes del país, como el propio Presidente Lacalle Pou, estaba también Albisu, Sartori, el Ministro de Industria, la Embajadora de Canadá, entre otros”.
HASTA QUE COMENZÓ LA DECADENCIA…
Explica Nicolás: “Nosotros medimos el trabajo por las zafras, que es la parte digamos productiva de todo esto, y eso fue cada vez con mucho menos gente. Si bien el primer año que se cosechó hubo unas 300 personas, ya para el segundo año de cosecha fue mucho menos, diría 100 y poquitas personas. Pero todavía había como un aire de que iban a haber puestos, de que se iba a hacer una producción de todos los climas… Porque la floración es en determinada fecha, y se tenía la idea incluso de plantar en invernáculos, etc., entonces se creía que iba a haber trabajo. Se habían introducido máquinas industriales para sacar un poco de mano de obra”.
Ya el tercer año de cosecha, al decir de Ghigliazza “fue un desastre, mucho menos gente, se había tomado una camada de personas para plantación, para cosecha, y en la mitad de la plantación descartaron todo, echaron a todos, hubo muchos problemas…”.
Ante este panorama, cuenta que “había gente que hicieron reclamos porque ofrecieron un monto de plata que no era lo que correspondía, entonces era un tire y afloje, se reclamaba muchas cosas que no se estaban pagando… A partir de ahí la empresa no pagó más a nadie, no llamó a nadie, no regularizó con nadie. Ahí empezó lógicamente la gente con abogados, con indagatorias, con todo esto que está pasando y que empezó a reventar porque en ningún momento se acercaron, nunca tuvieron empatía, quedaron 30 o 40 familias sin ningún sustento, sin siquiera una liquidación que por lo menos te salva cinco o seis meses. En el caso nuestro un poquito más porque al estar desde el principio sería más significativo. La persona encargada, de acá de Salto, me llamó por teléfono diciéndome que me estaban dando de baja, en un PDF me pasaron la constancia de baja… Jamás me llamaron para decirme que tenían tal monto y negociar, ni a mí ni a ninguno de mis compañeros”.
SE EMPEZÓ A VENDER TODO
Por otra parte, narra que de pronto “se empezaron a vender activos, empezaron a caerle embargos a la empresa y fueron vendiendo activos, intentando descartar todo y nada de pagarle a la gente. Fuimos averiguando más y la verdad que estas sociedades anónimas son como agujeros negros, nadie sabe nada, nadie te da una respuesta… Pero vendieron todo, todo… Y jamás se acercaron a pagarle a la gente. Ahora solo quedan tres personas (funcionarios) que todavía no les dieron de baja, es una encargada del producto terminado, un encargado de mantenimiento y un muchacho que era encargado de la parte de campo, van a cumplir horarios y vuelven a sus casas, no queda más nada”.
Además, se suma que por falta de pago al ente, UTE ya realizó el corte de energía en prácticamente toda la empresa.